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Pies

Los huesos, los músculos y los ligamentos del pie son una parte importante en la anatomía de este cuerpo articular. Por tal motivo, es conveniente desarrollarlos para que conozcas en profundidad su ubicación y su funcionamiento. Esto te ayudará a saber de forma preventiva y a evitar contusiones en el pie.

Si quieres saber cuáles son las lesiones más comunes que se producen en esta parte del cuerpo, será necesario que continúes leyendo. Te explicaremos, de forma detallada, la biomecánica del pie y los tratamientos que se pueden aplicar para mejorar el cuadro de dolor.

Partes y anatomía del pie

Huesos y articulaciones

La anatomía ósea del pie se compone de los siguientes huesos, listados desde su parte proximal hasta en la zona distal: 

  • Calcáneo: Es uno de los huesos más fuertes que tienen cuerpo humano, el cual forma el talón de la persona. Se encuentra debajo del escafoides y del astrágalo, por lo que también se une a las cuñas y al cuboides.
  • Astrágalo: Este tejido óseo es el que da origen al pie y se conecta con la tibia y el peroné de la pierna. Es posible encontrarlo por encima del calcáneo para provocar el movimiento articular.
  • Escafoides o navicular: Este hueso se halla en la parte superior del pie, por encima del cuboides. Además, se une con el astrágalo y las tres cuñas.
  • Cuboides: Es uno de los huesos encargados de dar equilibrio y sustentabilidad al pie. Se conecta con el calcáneo, el astrágalo, por debajo del escafoides y al cuneiforme lateral.
  • Cuña lateral o cuneiforme: Este hueso permite la articulación del tercer metatarsiano y está unido con la cuña intermedia, el navicular y el cuboides.
  • Cuña intermedia: Se puede encontrar este hueso en la parte superior del empeine y tiene por función unir el escafoides con el segundo metatarsiano. Se ubica entre la cuña interna y lateral.
  • Cuneiforme medial o cuña interna: Es un hueso ubicado en la parte posterior del pie y que se encarga de la articulación del mismo. Se conecta con el cuneiforme intermedio y con el primer metatarsiano.
  • Metatarsianos: En este grupo de huesos se los puede dividir desde el primero al quinto metatarsiano, considerándose el primer metatarsiano al hueso interno que está unido con la falange proximal del dedo gordo y el cuneiforme interno.
  • Falanges: Estos huesos se dividen en tres secciones, llamadas distal, medial y proximal. Siendo la falange distal la que se une con el metatarsiano. Al igual que la mano, el dedo gordo del pie no cuenta con una falange medial.

En cuanto a las articulaciones que permiten dar los movimientos propios del pie humano se pueden mencionar las siguientes:

  • Subastragalina interna anterior: Es una articulación necesaria para la acomodación del pie, uniendo el astrágalo -desde la carilla interior- con diferentes ligamentos. Forma parte del grupo de las articulaciones astragalotarsianas.
  • Subastragalina posteroexterna: Dispone de la misma función de la articulación anterior, pero su nacimiento se produce en la parte astragalina superior.
  • Chopart: Su nombre se debe al descubridor y estudioso de esta articulación. Une el calcáneo y con la carilla posterior del cuboides. La calcaneocuboidea es una articulación triangular que permite realizar movimientos autónomos entre ambos huesos.
  • Astragaloescafoidea: El escafoides y el astrágalo se unen en esta articulación para dar movimiento a la parte trasera del pie.
  • Astragalocalcaneoescafoidea: Es una articulación que realiza movimientos pequeños entre el escafoides, el calcáneo y el astrágalo. Se incluye en el grupo articular astragalotarsianos.
  • Cuneonavicular: Las tres cuñas se articulan con la zona anterior del escafoides por medio de este cuerpo articular.
  • Cubo-cuneana: Es otra articulación ubicada entre los huesos del tarso anterior. El cuarto y quinto dedo se une con la cuña interna y con la parte posterior del cuboides.
  • Intercuneiformes: Estas articulaciones también pertenecen a la zona del Tarso anterior y se encargan de mover los tres cuneiformes o cuñas.
  • Articulación de Lisfranc o tarsometatarsianas: Los cinco metatarsianos se pueden articular con las uñas y el cuboides por medio de esta articulación.
  • Metatarsofalángicas: Su nombre corresponde a la unión de los metatarsos con las falanges, lo cual provoca el movimiento de los dedos. También se las conoce como articulaciones interfalángicas.
  • Supra astragalina: Se la puede considerar parte del tobillo o del pie. Es la encargada de realizar los movimientos en forma de polea para que, esta zona del pie, pueda llevar a cabo acciones de extensión y flexión. Une la tibia con el astrágalo.

Huesos del pie

Músculos

Los músculos que se encuentran en el pie son:

  • Extensor corto del dedo gordo: Este músculo permite contraer el dedo mencionado para producir el movimiento de extensión. Nace en el hueso calcáneo y se inserta en la falange proximal del dedo gordo.
  • Extensor corto de dedos: Al igual que en músculo anterior este tejido permite la extensión del resto de los dedos del pie. Terminan en cada una de las falanges proximales de los dedos y se extiende desde el calcáneo.
  • Flexor corto del dedo gordo: Ubicado en el plano profundo, este músculo intrínseco o se desarrolla en la parte interna del pie desde el cuboides hasta la falange del hallux (o dedo gordo). Permite el movimiento de flexión.
  • Flexor corto del quinto dedo: El trayecto de este se realiza desde el quinto metatarsiano hasta en la primera falange del quinto dedo. Se lo puede apreciar en la parte superior y externa del pie.
  • Oponente del quinto dedo: Es un músculo que permite los movimientos de flexión y aproximación del dedo meñique del pie en relación con una vista plantar y medial. Se desarrolla desde la aponeurosis plantar hasta las tres falanges del dedo mencionado.
  • Aductor del dedo gordo: En la parte superior del pie se puede ver el desarrollo de este músculo en forma de V. Su trayecto se realiza desde la cara plantar del hueso cuboides, el cuneiforme medial hasta la zona del segundo al cuarto metatarsiano. Por otro lado, su nacimiento también ocurre en cada una de las articulaciones metatarsofalángicas del tercer al quinto dedo. Se inserta en la primera falange del dedo gordo. Su misión es provocar la aducción en el dedo gordo.
  • Abductor del dedo gordo: La abducción y la flexión del dedo gordo se realiza gracias a la acción de este músculo. Está ubicado en la parte superficial del pie se realiza desde el calcáneo hasta la primera falange del dedo mencionado.
  • Abductor del dedo meñique del pie: Al igual que en el músculo anterior, también equilibra el arco longitudinal del pie. Su origen se produce en la fascia plantar y se inserta en la falange proximal del quinto dedo.
  • Flexor corto de los dedos: Nace en el tubérculo interno del calcáneo, en la fascia plantar, y se extiende hasta la segunda falange de los dedos segundo al quinto por medio de un tendón. La flexión de las falanges mencionadas es el trabajo principal de este músculo.
  • Lumbrical: Es un conjunto de cuatro músculos que permiten la flexión en las metatarsofalánficas de los dedos segundo al quinto. Su nacimiento se produce en los tendones que originan el flexor largo, en su parte medial y se insertan en las falanges proximales.
  • Flexor accesorio de los dedos: También se lo conoce como cuadrado plantar; es un músculo que trabaja en la flexión de los dedos segundo al quinto inclusive. Su trayecto se realiza desde el calcáneo hasta el tendón de cada uno de los dedos por medio del músculo flexor.

Hasta el momento hemos desarrollado los músculos intrínsecos del pie, pero estos no son los únicos, ya que esta articulación está relacionada con la pierna. Por tal motivo, es conveniente nombrar a los siguientes tejidos que pasan desde la pierna hasta el pie y pueden formar parte de ambas zonas.

Estos son:

  • Sóleo: Junto a los gemelos forman el tríceps sural. La flexión plantar se realiza gracias a la acción de este músculo que nace en el peroné y la tibia.
  • Gastrocnemios o gemelos: Sus diferentes porciones permiten la flexión del pie. Nace en el cóndilo del fémur y se desarrolla hasta el calcáneo con el nombre del tendón de Aquiles.
  • Flexor largo del dedo gordo: Nace en el peroné y se inserta en la falange distal el dedo gordo. Gracias a este músculo es posible la flexión del dedo mencionado.
  • Flexor largo de los dedos del pie: Los restantes dedos también tienen un músculo que permite la flexión. Su recorrido se produce en la tibia, en su carilla posterior, y termina en la última falange de cada uno de los dedos.
  • Tibial posterior: Este músculo alargado nace en la tibia y peroné y se inserta en el hueso cuneiforme medial, en el navicular y en los metatarsianos. Su trabajo consiste en la aducción y flexión de la planta del pie.
  • Tibial anterior: Desde la superficie lateral de la tibia hasta el primer metatarsiano y el cuneiforme medial se puede ver el recorrido de este músculo. Gracias a su acción permite la inversión y flexión.
  • Extensor largo del dedo gordo: La membrana interósea y la superficie medial del peroné dan origen a este músculo que se inserta en la falange distal del hallux.
  • Extensor largo de dedos: Los dedos 2° al 5° se pueden extender por medio de este músculo y nace en la tibia y peroné. Se inserta en las falanges de cada uno de los dedos por medio de tendones.
  • Peroneo lateral largo: Es un músculo que permite la eversión del pie. Su recorrido se presenta en la cabeza y tuberosidad del peroné hasta el primer metatarsiano.
  • Peroneo lateral corto: Al igual que el músculo anterior nace en el peroné y se desarrolla en la parte externa de la pierna hasta insertarse en el quinto metatarsiano. Su acción permite realizar diferentes movimientos biomecánicos, siendo la eversión y la flexión plantar los más importantes.
  • Tercer peroneo: Este músculo permite la flexión dorsal y la eversión. Está ubicado en la parte externa de la pierna, naciendo en el peroné insertándose en el quinto metatarsiano. Es conocido también con el nombre de peroneo anterior.

Músculos del pie

Ligamentos

Los ligamentos que conforman la anatomía del pie son:

  • Tibioastragalino anterior y posterior: Estos ligamentos tienen la forma triangular y sirven para unir el astrágalo con el maléolo tibial desde el tubérculo posterior o anterior, de ello deriva su denominación.
  • Tibiocalcaneo: Es un ligamento que nace en el maléolo de la tibia, justo en el tubérculo anterior. Se inserta en la cara medial de la apófisis del calcáneo, lo cual permite los movimientos plantares del pie.
  • Tibionavicular: Permite la unión de la tibia, a través de su maléolo, con el hueso navicular en su parte dorsal.
  • Tibioescafoideo: En el tubérculo del maléolo de la tibia inicia su recorrido hasta la superficie medial del hueso escafoides. Esto permite la flexión plantar.
  • Astrágalonavicular dorsal: El navicular con el astrágalo se conectan en la parte dorsal del pie a través de este tejido. También se lo conoce como ligamento talonavicular.
  • Cuneonaviculares dorsales y plantares: Son ligamentos ubicados desde el tibial posterior con la parte dorsal o plantar del hueso navicular.
  • Intercuneiforme dorsal: Estos ligamentos se dividen en tres cintas, las cuales unen la segunda, tercera y cuarta parte del cuneiforme con el hueso cuboides.
  • Tarsometatarsianos dorsales: Es un grupo de ligamentos ubicados en la parte dorsal del pie que unen el primer cuneiforme con el primer metatarsiano. Otro se relaciona con los tres cuneiformes y el primer metatarsiano, otro con el tercer cuneiforme con el metatarsiano y otro con el cuboides con el tercer cuneiforme. El último ligamento une el cuboides con el primer metatarso.
  • Calcaneoastragalino externo: Los huesos calcáneo y astrágalo se unen por medio de este ligamento desde la parte externa del pie. A este grupo de ligamentos también se los conoce como talocalcáneos.
  • Calcaneoastragalino interno: Los surcos de ambos huesos ven el recorrido de este ligamento necesario para la flexión del pie.
  • Calcaneoastragalino posterior: Las caras posteriores del astrágalo y del calcáneo dan origen e inserción del ligamento perteneciente al cuerpo articular.
  • Calcaneoastragalino interóseo: Une el calcáneo con el astrágalo en la cara superior e inferior, respectivamente.
  • Plantar corto: Su trayecto se realiza estén cuboides hasta el hueso calcáneo, lo cual permite los movimientos que se realizan en la zona plantar inferior del pie.
  • Plantar largo: A diferencia del ligamento plantar corto, este tejido se desarrolla desde el peroneo lateral largo hasta el primer metatarsiano siendo muy importante su acción en el arco plantar.
  • Calcaneonavicular plantar: Este ligamento se encuentra en la parte inferior del pie uniendo el sustentáculo del calcáneo con la zona posterior del navicular.
  • Calcaneocuboideo: En la parte externa del pie es posible encontrar este ligamento destinado a unir el cuboides con el calcáneo, lo cual permite generar movimientos en el tobillo. Se lo puede dividir en dorsal y en plantar, de acuerdo con la ubicación de la inserción en el cuboides.
  • Cuneocuboideo: Se lo puede dividir en dorsal y plantar. Se desarrolla desde el tercer cuneiforme hasta el cuboides, en su parte dorsal o plantar (de esto deriva su clasificación).
  • Cuboideonavicular dorsal: Es un ligamento ubicado de forma oblicua entre el escafoides y el cuboides.
  • Talofibular anterior y posterior: Ubicados en ambas zonas del tobillo, estos ligamentos unen el astrágalo, con el calcáneo y con el peroné. Su función es la de portada la articulación para que el pie pueda realizar movimientos de extensión y flexión.
  • Calcaneofibular: Cumple una función no isométrica cuando el pie está en flexión plantar o dorsal. Se ubica en la parte externa del pie entre el astrágalo, el navicular y el cuboides.
  • Tibiofibular: Se puede dividir a este ligamento en dos secciones, la anterior y posterior. Se origina en el extremo lateral anterior (o posterior) de la tibia hasta el tubérculo fibular. Esto permite movimientos axiales del tobillo.

Ligamentos y tendones del pie

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Biomecánica del pie

Los movimientos biomecánicos que se producen en el pie son: 

  • Aducción: Consiste en levantar la punta del pie hacia la parte anterior de la tibia. Se puede combinar con movimientos de supinación y pronación gracias a la articulación subastragalina interna anterior. Su apertura lograr abrirse hasta los 30°.
  • Abducción: Es el movimiento contrario a la adopción, por lo que se desarrolla cuando se coloca en la parte distal del pie hacia abajo. También se la puede combinar con trabajos de pronación y supinación.
  • Flexión dorsal: Esta acción biomecánica se realiza por el movimiento de la tibia cuando se produce el apoyo del pie hasta la cara anterior de ese hueso. Su amplitud máxima es de 20° debido a los extensores de los dedos y a los flexores plantares.
  • Flexión plantar: Se denomina en biomecánica a este movimiento cuando se coloca el pie lo más alejado posible, en un máximo de 45°, en relación con la pierna.
  • Eversión: Es un movimiento característico del pie el cual consiste en elevar la parte lateral hacia la zona externa de la misma pierna. Esto genera que la planta del pie se mueva un máximo de 25° hacia afuera del cuerpo.
  • Inversión: Es la acción contraria a la eversión, ya que consiste en meter la planta del pie hasta 35° hacia la parte interna del cuerpo. De esta manera la planta puede tocar el tobillo de la otra pierna gracias a los peroneos y a los flexores.
  • Supinación: Es un movimiento que consiste en combinar la inversión, la flexión plantar y la abducción. Con esta acción es posible colocar la planta del pie en la parte interna del cuerpo. Actúan en ese movimiento la articulación subastragalina y los músculos tibiales.
  • Pronación: Es lo contrario a la supinación y también consiste en combinar los movimientos biomecánicos de la eversión, abducción y flexión dorsal. Esto se puede realizar gracias a la articulación de Lisfranc y a los músculos peroneos y tibiales.

Lesiones de pie más comunes

Dentro de las lesiones más frecuentes que se presentan en los pies podemos dividirlas en dos grupos, los cuales son:

Tipos de lesiones del pie

Los tipos de dolencias que se pueden generar en los pies de acuerdo con su origen en enfermedades previas son los siguientes:

  • Artrosis en los pies: Esta enfermedad crónica puede aparecer en cualquier lugar del pie, pero las zonas más habituales son el cuerpo articular del tobillo, la zona media (artrosis mediotarsiana) y el dedo gordo. Se trata de un desgaste que se producen los cartílagos y en los huesos de las áreas articulares del pie.
  • Bursitis del tendón de Aquiles: La bursitis aquiliana es la inflamación que se produce en el saco sinovial ubicado en la articulación posterior del tobillo. Esto se debe al exceso del fluido articular en la bursa, provocando dolor e inmovilidad del pie.
  • Calambres musculares en pies y dedos: Las causas que pueden derivar en esta dolencia pueden ser variadas, pero las más comunes son las faltas de magnesio y potasio, la deshidratación, un calzado inadecuado y la edad del paciente. En la sensación de hormigueo profundo aparece, por lo general, en el dedo gordo y en la zona metatarsiana.
  • Esguince en el pie: Es una dolencia provocada por la rotura o estiramiento desmedido de un ligamento ubicado en el pie. Cualquiera de sus 3 grados puede surgir por diferentes razones, siendo el más común la actividad excesiva o el sedentarismo. Esto provoca dolor, inflamación y rigidez articular.
  • Fracturas en el pie: Las quebraduras más comunes que se producen en el pie son las que se producen en los metatarsianos y falanges. Estás lesiones pueden sufrir por traumatismos, golpes o caídas. Es necesario utilizar ropa compresiva para curar esta enfermedad.
  • Fascitis plantar: La fascia plantar es un tejido ubicado en la parte baja del pie, el cual conecta el hueso calcáneo con los dedos, ayudando a crear el arco plantar. Cuando se inflama este tejido provoca un dolor punzante cerca del calcáneo (o sea el talón), en especial luego del descanso nocturno.
  • Tendinitis del tendón de Aquiles: Cuando existe una inflamación o una contractura involuntaria en el tendón de Aquiles, la persona siente dolor al caminar, entumecimiento y calor en la zona posterior del pie. Se puede generar esta dolencia por una actividad excesiva, por falta de posturas correctas para realizar tareas y por mala irrigación sanguínea.

Lesiones deportivas en pies

Los atletas que practican estos deportes son propensos a lesionarse diferentes partes del pie. Echa un vistazo:

  • Lesiones de pie, tobillo y piernas en el baloncesto: La actividad exigente que produce este deporte puede provocar fascitis plantar, tendinitis aquiliana, bursitis en el tendón de Aquiles, esguinces en los ligamentos deltoideo y calcaneofibular quebraduras en el calcáneo y en los metatarsos.
  • Lesiones del pie en el fútbol: Los esguinces del peroneoastragalino posterior y anterior son las lesiones más frecuentes que sufren las personas que practican este deporte. Aunque también es posible encontrar tendinopatias, inflamación en las bursas del tendón de Aquiles y quebraduras dorsales del pie.
  • Lesiones de pies y tobillos en la gimnasia: La fascitis plantar; los esguinces tibioperoneos, peroneoastragalinos y deltoideos; las contracturas musculares; las dislocaciones y las quebraduras en el calcáneo, astrágalo, tibia y peroné son las lesiones deportivas más frecuentes que hay en los pies.
  • Lesiones del pie en el running: Esta actividad provoca lesiones en la fascia plantar, inflamación en los ligamentos intercuneiformes y tibionaviculares, esguinces de tobillo y quebraduras de calcáneo y dedos. También puede aparecer artrosis en el dedo gordo y en la articulación del tobillo.
  • Lesiones de tobillo y pies en el tenis: Los esguinces calcáneoperoneo, peroneoastragalino y deltoideos son las dolencias más frecuentes que tienen los tenistas en esta parte del cuerpo. También existen deportistas con dislocaciones y contracturas musculares de pie, bursitis aquiliana y tendinopatías. El dedo del tenista o dedo del jogger es característico de este deporte.

Enfermedades y dolencias en los pies

Enfermedades y dolencias en los pies

Además de las lesiones de pie mencionadas anteriormente, también es posible encontrar estas enfermedades y dolencias en esta zona del cuerpo: 

Gota

El exceso de ácido úrico que no es eliminado por la sangre provoca inflamación, enrojecimiento y rigidez en el dedo gordo del pie, aunque también puede afectar al talón y al tobillo. Esta enfermedad también puede ser generada por la artritis.

Engrosamiento de la piel

Debido a la actividad constante y a la fricción que se genera entre este tejido con el calzado puede aparecer callosidades en la parte distal del pie, por lo general en la zona lateral y superior. También es común encontrar a personas con callos en los talones.

Dedos martillos

Se produce está anomalía en el pie cuando existe un desequilibrio entre los ligamentos músculos tensores de las falanges provocando una constante flexión de los dedos. Esto provoca dolor, enrojecimiento y contractura en el dedo gordo.

Bacterias y hongos en uñas

Muchas personas eliminan la cutícula de las uñas del pie por una razón de belleza. Esta acción pone en riesgo el sistema inmunológico de las uñas, ya que se elimina la Barrera de protección de hongos y bacterias. Entre los cuadros más conocidos se encuentra la tiña del pie o pie de atleta. Es posible que aparezcan estos microorganismos por traumatismos y lastimaduras previas.

Caída del arco del pie

También se conoce a este cuadro como pie plano. Se trata de la disminución en la atención de los tejidos de la fascia plantar, lo cual puede provocar el mal funcionamiento en la articulación del tobillo y del pie, generando -en algunos casos- dolor e inflamación.

Metatarsalgia

Este malestar se produce en la planta del pie, debajo de los dedos y en la zona de unión entre los metatarsianos y las primeras falanges. Se trata de una inflamación que se genera por el exceso y exigencia de la actividad practicada por el paciente.

Fibromatosis plantar

También conocida como enfermedad de Ledderhose, la cual es un cuadro que se produce en la aponeurosis plantar con la aparición de nódulos o tejidos proliferativos. El dolor aparece en etapas más avanzadas de esta dolencia.

Dermatitis macerada

Es una de las enfermedades más comunes que sufren las personas en los pies. Su síntoma principal es el mal olor provocado por un hongo que aparece ante la sudoración excesiva y la falta de aireación en el pie.

¿Cómo podemos aliviar el dolor en los pies y piernas mediante terapias complementarias y no invasivas?

Las terapias complementarias y no invasivas que se utilizan para tratar dolencias y enfermedades en el pie son las siguientes:

Terapia de frío y calor

Por medio de la aplicación de productos específicos, tales como bolsas de calor con gel frío y calor o sacos térmicos para microondas, es posible estimular la zona para disminuir la inflamación y beneficiar el fluido sanguíneo. Esto mejorará la eliminación de sustancias tóxicas en los tejidos, provocando que la dolencia entre en remisión más rápido. Su práctica debe ser controlada por un médico, ya que cada sesión no puede superar los 5 minutos en cada temperatura.

Terapia de compresión

La ropa compresiva es una terapia alternativa y no invasiva muy eficiente para ayudar a mantener inmóvil la zona afectada y a presionar las paredes capilares para mejorar el intercambio de nutrientes con la sangre. Para esto se utilizan, por lo general, calcetines y medias de compresión, mangas compresivas y tobilleras. Aunque también es posible encontrar vendas elásticas para prácticas deportivas.

Terapia de masaje

El masaje es un tratamiento muy efectivo para disminuir las tensiones involuntarias en músculos y tendones. Para ello es necesario recurrir a un profesional terapeuta para que aplique la frotación de forma correcta. En algunos casos es posible realizar automasajes por medio de masajeadores eléctricos para pies, como los rodillos, cojines y pistolas de masaje.

Terapia de acupresión

Esta técnica oriental ayuda a estimular el sistema nervioso y el flujo sanguíneo para bajar la inflamación y el dolor de pie. Para esto se puede aplicar esterillas de acupresión, cojines, bolas de masaje y ganchos masajeadores. También es posible realizar esta práctica con un profesional, por lo que siempre es conveniente consultar al doctor antes de elegir esta terapia no invasiva.

Termoterapia

Uno de los beneficios más importantes que tiene el calor es reducir el estrés en la zona afectada por medio de la dilatación de los vasos sanguíneos. Esto ayuda a mejorar el intercambio de gases entre la sangre y los tejidos provocando de forma rápida una sensación de bienestar. Se pueden aplicar diferentes técnicas, pero los tratamientos no invasivos más recomendados para estos casos es el uso de sacos térmicos para microondas, bolsas con geles o baños de pie (pediluvios).

Crioterapia

Bajar la inflamación en los pies por medio del frío es una buena opción siempre que se haya consultado con anterioridad al medio. Se puede aplicar inmersión en cápsulas de frío o elegir productos manuales que generen esta temperatura de forma controlada. Entre estos últimos se encuentran las bolas con geles fríos o sacos térmicos para frío y calor.

Electroestimulación muscular (EMS)

La electroestimulación muscular o EMS, es una terapia que consiste en estimular las contracciones musculares mediante el uso de electricidad, de modo que se consiga un efecto de actividad e hipertrofia como en el gimnasio, pero sin la necesidad de ir a ningún centro deportivo. Lo que significa que puedes poner a trabajar tus músculos sin salir de casa.

Electroterapia

Esta es una técnica que busca alivio a dolores y algunas dolencias físicas mediante la aplicación de energía eléctrica y electromagnética, entre otras variantes, a través de la piel con el uso de almohadillas conductoras llamadas electrodos. Es un tipo de terapia muy segura y que debe ser aplicada por un fisioterapeuta especializado en la manipulación de electricidad para tratar algunas clases de dolencias.

Terapia de liberación miofascial

La terapia funciona gracias a que, al liberar toda la tensión acumulada en una zona del tejido miofascial, que es una de las principales causas de dolor, así como estirar los tejidos para que se relajen y la dolencia se diluya, generando alivio. Sin embargo, esta puede no ser una cura total para la lesión, ya que llegados a este punto es posible que el problema se haya vuelto crónico.

Terapia de masaje de percusión

Los masajes de vibración o percusión son precisos, rítmicos y enérgicos golpes sobre el cuerpo para lograr alivio de algunos síntomas molestos cuando las fibras musculares se tensan, a menudo por una alta carga de trabajo sobre ellos y que ha dejado puntos gatillo en las fibras musculares.

Método R.I.C.E

Método R.I.C.E es el primero y más sencillo de los protocolos de tratamiento de lesiones leves. Aparece en el ámbito deportivo para abordar accidentes que suponen lesiones agudas. Durante muchos años, se considera el más idóneo tanto por su rapidez como por los resultados que presenta.

Terapia de puntos gatillo

Los puntos de dolor miofascial o puntos gatillo son nudos que se crean en los tejidos musculares más profundos, causando un intenso dolor. El dolor no siempre se manifiesta justo en la zona en la que se desarrolla el punto, sino que es este dolor es referido a zonas cercanas que aparentemente no parecen estar relacionadas. De hecho, se estima que más del 80% del dolor que causan se manifiesta en otras partes del cuerpo.

Otras terapias alternativas efectivas

Por otro lado, también es posible encontrar las siguientes terapias alternativas efectivas para tratar la dolencia de los pies:

  • Remedios naturales con uso de plantas: Los pediluvios ayudan a disminuir el dolor, la hinchazón y el enrojecimiento de los pies. Para esto es necesario aplicar un baño de agua tibia con hierbas y plantas naturales que contienen componentes antiinflamatorios. Entre los más comunes se encuentra el jengibre, la menta y la lavanda.
  • Acupuntura: Esta terapia tiene por objetivo central la mente del paciente para afrontar los dolores en los pies. Esto se aplica cuando el cuadro es avanzado, ya que logra disminuir el estrés y encontrar un equilibrio emocional en la persona por medio del uso de agujas especiales.
  • Kinesioterapia: Antes de elegir este tratamiento complementario es necesario recurrir al médico para evaluar si los movimientos y ejercicios que se realizan en la terapia son convenientes para que el cuadro entre en remisión. De ser así la persona deberá ejecutar acciones focalizadas que estimulen el desarrollo de la zona articular.
  • Aromaterapia: Esta es una de las terapias que buscan disminuir el estrés del paciente por medio de la relajación. Para llegar a esta etapa, la persona debe inhalar de forma natural diferentes aromas que ayudan a encontrar una armonía psicológica. La menta, el limón, la naranja y algunos aceites esenciales son productos utilizados en este tratamiento.

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