¿Cómo aliviar el dolor de cadera?

La cadera es una zona de nuestro cuerpo grande y compleja muy presente en cualquier actividad, de manera que tenerla dolorida nos puede limitar bastante. ¿Te duele la cadera? Vamos a ayudarte a identificar este dolor y te mostraremos cuáles son las causas que te están produciendo este mal.

Si te duele la articulación de la cadera y quieres saber cómo terminar con ello, sigue leyendo y podrás evitar que te vuelva a ocurrir, te damos todas las claves tanto para el tratamiento del dolor de cadera y otros síntomas asociados, así como su prevención.

¿En qué consiste el dolor de cadera y cómo identificarlo?

¿En qué consiste el dolor de cadera y cómo identificarlo?

El dolor es una molestia más o menos intensa que podemos sentir en cualquier parte de nuestro cuerpo, tanto de manera interna como externa. Esto incluye desde la piel, que puede herirse o volverse sensible y adormecerse, hasta otros órganos internos, tejidos y huesos, que nos hacen sufrir otros muchos síntomas según el problema que padezcamos.

Al hablar de dolor en la cadera nos referimos al área que incluye la pelvis, la zona alta del fémur, las ingles e incluso el sacro. En la cadera podemos referir un cuadro de síntomas realmente amplio, lo cual es lógico considerando que es una zona grande y que incluye huesos y articulaciones importantes, además está muy relacionada con la columna vertebral y con la raíz de muchísimos nervios.

La rotación de cadera con dolor puede resultar una de las formas más evidentes de saber que tenemos un problema en esta o en zonas cercanas. Chasquidos al articular la cadera, dificultad para ponernos de pie o andar y otros síntomas, deberían ser identificadores claros. Abultamientos o simples inflamaciones nos descubren que hemos sufrimos un problema moderado o severo y el dolor es consecuencia directa de ello.

En general, salvo que se trate de algo evidente, la palpación no suele ser fiable; podemos tener un problema y no ser capaces de reconocerlo simplemente tocándonos.

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¿Qué provoca los dolores de cadera y glúteos y cuáles son las causas qué lo originan?

Circunstancias que nos encontramos muy a menudo pueden suponer que nos duela la cadera. Generalmente, estas situaciones agravan un problema que ya tenemos (incluso sin saberlo), pero otras producen el dolor en sí mismo. Lo positivo de esto es que dichos factores son muy fáciles de modificar y, por ende, aliviar rápidamente el dolor en las caderas.

Embarazo

En el embarazo tenemos un factor doble que hace que el dolor de cadera aparezca y sea bastante fuerte. Por un lado, está el lógico aumento de peso que, además, se produce rápidamente durante los últimos meses. Este de por sí ya es un motivo suficiente para que, sin padecer ningún otro problema, nos puedan doler los huesos.

Por otro lado tenemos un factor hormonal. Las mujeres en el embarazo liberan hormonas que relajan la zona de la cadera (ligamentos incluidos) y el útero de cara a que el feto pueda alojarse cómodamente mientras crece y, sobre todo, para hacer más agradable el parto. Esto supone que la mujer cambie de postura, forzando la cadera sin darse cuenta.

Para aliviar estos síntomas se recomienda descansar y, conociendo el dato anterior, tratar de mantener una postura más natural de la articulación de la cadera, aunque esto es algo muy difícil. Aprovecha para colocarte calor en la zona cuando estés en reposo, medita y relájate.

Sobrepeso

Ya hemos comentado en el punto anterior que tener exceso de peso no resulta saludable, y una de las zonas que se ven más afectadas, junto con la espalda y los tobillos, es la cadera. Lidiar con más peso para lo que tu cuerpo está preparado supone una carga constante, que no cesa jamás; el sobreesfuerzo, las distensiones y otros muchos padecimientos están asegurados.

Si unimos el sobrepeso al tener una vida sedentaria, cualquier dolencia es más fácil que nos ocurra puesto que nuestros tejidos estarán atrofiados, multiplicando la posibilidad de enfermedad. La única solución, obvia, es que te alimentes de manera más sana y te mantengas activo para alcanzar un peso más saludable.

Malas posturas

Son causa principales de los dolores leves en la cadera y también motivo por el cual se desarrollan varias patologías, relacionadas con el desgaste de los tejidos. El dolor es mayor cuanto más tiempo abusemos de esta mala práctica, pues más estamos forzando tanto articulaciones como músculos y ligamentos, que permanecen en una postura antinatural para la cual no están preparados.

Aprende sobre higiene postural y haz los cambios necesarios. Además, trata de no permanecer demasiado tiempo quieto, aunque sea realizando sutiles cambios posturales o, directamente, levantándote y sentándote cada cierto tiempo para no viciar las diferentes partes del cuerpo.

Esfuerzos intensos

Como ocurre en el resto de partes del cuerpo, cuando hacemos un gran esfuerzo sin haber preparado la zona, se pueden producir diferentes problemas de distinta gravedad, tanto en tejido como en hueso. Una dislocación, una distensión o una contractura son problemas habituales cuando realizamos un esfuerzo intenso para el cual nuestro cuerpo no está preparado.

Trabajos repetitivos

Las tareas y movimientos repetitivos también implican dolores, especialmente por agotamiento. Hacer una misma actividad de manera continuada y sin descansos implica desgaste y, con ello, que los músculos, huesos y articulaciones se agoten. Estos tejidos aguantan cada vez menos tensión, presión o fuerza; se debilitan y tardan menos tiempo en cansarse y lo hacen aunque cada vez el esfuerzo sea menor.

Debemos prestar mucha atención a esto porque, aunque los síntomas no parezcan muy graves en un principio, lo cierto es que estamos produciendo un desgaste real, algo que no se vuelve a recuperar nunca, de manera que, con el paso de los años, seremos propensos a sufrir todo tipo de enfermedades, en este caso concreto, en la cadera.

Después de correr

Existen cuantiosos problemas que dan como resultado aparición o aumento del dolor de cadera después de correr o, de hecho, durante la actividad deportiva. Algunas de las causas comunes suelen ser una lesión de cadera que no ha sido curada correctamente y que se agrava con el impacto continuado, un isquiotibial lesionado, el síndrome piriforme, lesión de la rodilla del corredor o inflamación de la banda iliotibial, etc. En general, hablamos de patologías relacionadas con el desequilibrio, que causan mayor torsión y un mayor impacto de la cadera.

Ir en bicicleta

Los ciclistas, debido a largas horas en la misma posición encima de la bicicleta pueden padecer de dolor en la cadera. Suele ser debido a varios factores, entre ellos la mala configuración de la talla de la bicicleta, una mala biomecánica en la pedalada, descompensación muscular en las piernas o falta de entrenamiento. Según el problema, se puede limitar el movimiento articulatorio y producirse hinchazón, la cual nos produce más daño todavía. Otras causas que originan el dolor al ir en bicicleta son porque tenemos bursitis, tendinitis o un desgaste del cartílago, transformado, o no, en artrosis.

¿Qué tipo de enfermedades pueden causar dolor en la articulación de la cadera?

Existen una docena de patologías comunes que hacen que tengamos daño en la cadera por diversos motivos. Por supuesto, hay muchas otras, pero sería muy extraño que, en condiciones normales, tuvieses dolor en la cadera y fuese por patologías demasiado extrañas (aunque tampoco es imposible).

Artrosis

Esta enfermedad consiste en el desgaste de dos huesos en su punto de unión (en el caso de la artrosis de cadera, el hueco de la pelvis y cabeza del fémur). Ocurre porque el cartílago que los recubre se desgasta y desaparece. Su ocurrencia es muy lenta y no desaparecerá sino que se irá agravando con los años.

Como principal síntoma a la artrosis, tenemos el dolor de cadera de manera directa y evidente, justo entre el fémur y la pelvis (ingle) y; conforme avanza la enfermedad aumenta el radio de zona dolorida así como la intensidad del dolor. Puedes llegar a sentir molestia en los abductores internos y bajando por el muslo. También es común que por la mañana se tenga cierta rigidez y que el caminar sea difícil.

Para tratar esta dolencia existen muchas terapias conservadores, pero de manera genera recomendamos realizar actividades de bajo impacto como andar tranquilamente, ,mantener tu peso corporal bajo y hacer ejercicios y deportes sin impacto en la articulación de la cadera, como la natación. De este modo no corriges la enfermedad, que es crónica, pero retrasarás su ritmo de avance.

Fracturas

Sin duda, se trata de uno de los casos en el que la fractura de hueso puede producir más dolor (junto con el tobillo y el fémur). Esta lesión de cadera se considera como muy grave y supone un evidente factor de aparición de otros problemas, incluyendo la debilidad muscular, pero también coagulación sanguínea o neumonía, así como síntomas como insomnio, agitación, delirios e incluso depresión.

La intensidad del dolor hace evidente que sepamos que nos hemos roto la cadera y su atención médica debe ser inmediata, pues se requiere, en todos los casos, de intervención quirúrgica.

Bursitis trocantérea

La fricción entre músculos, huesos y tendones de la zona de la cadera con la bursa correspondiente (que queda en medio) hace que se produzca una inflamación. El dolor se presenta durante la noche, al acostarnos sobre el lado dañado. Trata de evitar cualquier presión en la zona, comenzando por no dormir sobre ese lado, evita también vestir ropa demasiado ajustada o cualquier prenda que produzca presión en la zona de la cadera.

Tendinitis

Alrededor de la cintura hay varios músculos y tendones. La tendinitis de cadera es la inflamación de estos tendones y se suele dar por sobrecarga, siendo la práctica de deportes como el fútbol, el running y el ciclismo los factores principales.

El dolor que se padece ocurre con el movimiento específico de la zona o al pasar demasiado tiempo en reposo (especialmente de noche). Una inflamación repentina de la cadera requerirá frío. Si la tendinitis se produce poco a poco, recurre al calor para calmar el dolor. Evita la sobrecarga y haz ejercicios de fortalecimiento para que esta dolencia no se vuelva recurrente.

Síndrome del piriforme

Se trata del cuadro sintomático propio de la ciática dado por la sobrecarga del músculo piriforme o de su debilitamiento, que hacen que el nervio ciático se inflame. Sentirás dolor en la cadera que baja por las piernas, hormigueo y puede que adormecimiento. Realmente no tenemos un problema nervioso sino muscular, pero, este deriva en una sintomatología ciática. La solución es clara: además de tratar el dolor de manera no invasiva, tienes que mejorar el estado del músculo piriforme con reposo cuando lo fuerces y con ejercicios de fortalecimiento para que este músculo no presione sobre el nervio ciático.

Osteonecrosis

La sangre no es capaz de llegar al hueso y, por tanto, este no se alimenta. Las células del hueso mueren más rápidamente por falta de nutrientes y tampoco se reponen por otras células nuevas. En este caso, la cabeza femoral va cambiando de forma (pudiendo derivar en artrosis prematura) y deja de cumplir su función de manera adecuada.

El dolor en la cadera como en los glúteos o en los muslos es muy intenso. Poco tiempo después, ponernos de pie llega a resultar la acción más difícil. En la actualidad no tiene cura, pero el avance puede frenarse drásticamente, motivo por el cual es esencial conseguir su diagnóstico tan pronto como sea posible.

Osteoporosis

El principal factor para sufrir de osteoporosis de cadera generalmente es la edad. Esta enfermedad produce una degeneración del tejido óseo, haciendo que perdamos densidad en los huesos y que estos se vuelvan porosos y mucho más débiles. Su avance termina, generalmente, en fractura de cadera debido, en gran parte, a que es una enfermedad asintomática hasta el momento de la fractura.

Como cualquier fractura ósea, esta causa mucho dolor e incapacita para realizar prácticamente cualquier movimiento de la articulación, lo que limita nuestra actividad. Además, con la cadera fracturada notarás inflamación, calor en la piel e incluso enrojecimiento y deformidad. Llevar una vida activa y seguir una dieta rica en calcio y vitamina D hará que el desarrollo de esta enfermedad sea mucho más lento.

Osteoartritis

Esta enfermedad degenerativa hace que vayamos perdiendo cartílago en la articulación de la cadera. Que el hueso no tenga esta protección implica que choque al moverse. Esto supone un dolor que cada vez va a peor y una lógica pérdida de movilidad debido a la incapacidad para soportarlo. A su vez, esto deriva en atrofia muscular del tejido cercano por falta de uso. Duelen las ingles, los muslos y los glúteos, dándose con mayor intensamente cuando caminamos o permanecemos de pie. Reducir el peso y realizar ejercicios para el fortalecimiento de los glúteos, son buenas recomendaciones para que el dolor, a nivel general, sea menor.

Osteítis púbica

La sínfisis púbica, que es el punto de unión de las caderas en la zona delantera, se vuelve sensible y duele. Además, el hueso púbico se puede inflamar. Estos síntomas van desde la pelvis a los muslos en su parte superior. El dolor es más evidente en situaciones como subir escaleras, estornudar o toser, realizar giros, dar una patada o al tumbarnos de lado. Aparece también sonido de chasqueo en circunstancias como andar en terrenos desiguales o al movernos en la cama.

Requiere de sesiones de fisioterapia para trabajar los tejidos de la zona de la cadera, estirándolos o fortaleciéndolos para evitar la tensión en la sínfisis (destacamos el trabajo en los abductores). De no hacerlo, aunque el dolor se pase con reposo, reaparecerá al volver a realizar las prácticas que llevaron a la aparición de la patología.

Distensión en la ingle

La distensión muscular de la ingle tiene consecuencias para la cadera. Esta dolencia aparece al practicar algunos deportes como patinaje, fútbol o atletismo, así como al realizar trabajos con cargas elevadas. El dolor es súbito y se irradia, aparece inflamación, la cadera o la pierna nos pueden chasquear, a veces aparecen moretones, destaca una gran dificultad para realizar algún movimiento, lo cual resulta aún más doloroso.

Cadera en resorte

Es una condición por la que un tendón o un músculo se colocan sobre un saliente de un hueso en la articulación de la cadera. También puede ocurrir que un tejido se haya acortado o esté demasiado tenso. Esto supone un chasquido justo en la zona de la cadera que no siempre supone dolor al momento.

El dolor aparece con el paso del tiempo conforme el tejido afectado se va degenerando al encontrarse fuera de su lugar y rozar con la bursa cuando esta se inflama. Cuando notas inflamación y el dolor aparece de manera inmediata tras el chasquido, la aplicación de frío te ayudará actuando como antiinflamatorio y analgésico. Hay casos en los que la cirugía es necesaria.

Irritación intestinal y problemas de riñón

Un intestino delgado que funciona mal, ya sea porque no nos alimentamos de manera correcta, porque padecemos estrés o por otro problemas, puede llegar a producir hiper compactamiento entre el fémur y la pelvis en la pierna derecha, causando gran fricción y degradando el cartílago. Lo mismo ocurre si padecemos de problemas de riñón, pero en este caso ocurre en la pierna izquierda. Evidentemente, tratar la consecuencia es importante pero esta no remitirá si no tratas también la causa.

¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión en la cadera?

¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión en la cadera?

Este problema incluye dolor de diferente tipo y también varios otros síntomas que aparecen, o no, en función del factor provocante del daño.

  • Dolor lateral: Principal síntoma de una bursitis de cadera o por padecer artrosis. En ambos casos no es un dolor demasiado fuerte pero en el último, con el paso del tiempo, sí  irá a más y se acompañe de rigidez y dificultad para realizar la marcha.
  • Dolor detrás: La inflamación articular es lo más común pero puede darse por otros motivos más alejados como sufrir una tendinitis del grupo isquiotibial o por una contractura de glúteo. En función de ello, el dolor será muy intenso que incluso limite la movilidad, dolor al sentarnos o en forma de pinchazos, respectivamente.
  • Dolor cerca de la ingle: Hernias, bursitis, pubalgia y pinzamiento femoroacetabular son los que suponen que nos hagamos daño en la ingle. El dolor puede ser punzante y extenderse a genitales, abductores o abdominales.
  • Dolor irradiado: Ya hemos visto que enfermedades dadas en otras zonas hacen que el dolor llegue hasta la cadera y alrededores. Es importante considerar esta opción para no estar herrando en el diagnóstico.
  • Dolor muy intenso: La mayoría de los casos vamos a sentir un dolor bastante intenso, no porque existan muchas enfermedades que así lo supongan sino porque las más repetidas sí que lo causan. Este es incapacitante, al menos para realizar muchos de los movimientos articulares, obligándonos a tomar otras posturas a agotar otros músculos y hacer que nos sintamos fatigados más rápidamente.
  • Inflamación: Aparece inflamación más o menos marcada en función de la patología. Por ejemplo, es muy destacable en el caso de sufrir una hernia, osteítis, tendinitis... Causada por golpes o fricciones graves así como por distensiones e infecciones.
  • Chasquidos: Generalmente al andar, podemos escuchar e incluso sentir un chasquido o especie de estallido. Es poco habitual pero puede ser síntoma de patologías simples o muy graves, de manera que debes actuar de manera inmediata si te suena la cadera.
  • Reducción del movimiento: El dolor y el propio desencajar o la posición inadecuada de tejidos hace que no podamos tener la misma capacidad de movimiento, la cual se ve reducida.
  • Fiebre: Hay unas pocas enfermedades que pueden provocar fiebre, lo que significa que el problema de cadera que tenemos es grave. Seguramente hablemos de infección a mayor o menor escala o bien de una contusión muy grave, la ruptura de una bursa, etc. El dolor suele ser muy fuerte si llegamos a padecer fiebre.
  • Enrojecimiento: Un buen golpe, una infección o una inflamación interna harán que, fácilmente. la zona se enrojezca. Mucho ojo con esto porque aunque parezca un síntoma sin importancia, nos indica que el padecimiento sí es moderado o severo.
  • Rigidez: La artrosis es de las pocas afecciones que nos haga sufrir rigidez. Sin embargo, es delas más importantes. Va acompañada de un difícil andar y de un dolor que empeora con el tiempo y que se va extendiendo.
  • Adormecimiento: Muchos casos, principalmente los relacionados con dificultades para mantener un correcto flujo sanguíneo y la irritación de los nervios, hacen que la zona se puede adormecer o, cuanto menos, que sintamos hormigueo. Estos, se expanden o irradian a la pierna.

¿Cómo podemos aliviar el dolor de cadera y piernas mediante terapias complementarias y no invasivas?

Si buscas la manera más natural para conseguir el alivio del dolor de cadera no dejes de leer sobre las siguientes terapias complementarias y alternativas. Estas te ayudan, de diferente manera, a tratar sobre tus problemas sin necesidad de consumir fármacos, por lo que su uso es totalmente aconsejable (salvo en circunstancias muy particulares).

Terapia de masaje

El masaje no es la terapia principal para quitar el dolor de cadera pero, sin duda, también resulta beneficioso, además de muy agradable para relajarse. Lo habitual es que el masaje lo realice un experto después de sesiones de rehabilitación o de ejercicios y estiramientos así como algunas otras terapias.

Un masaje de cadera debe ser relajante, nunca para trabajar los tejidos profundos, especialmente si tenemos problemas óseos o de músculos y otros tejidos cercanos a la zona pero no propios de la cadera, como el glúteo, el cuádriceps o los abductores. Si estos músculos son los afectados, los masajes y demás recursos deben realizarse directamente allí.

Será más adecuado centrarse, según tu problema, en el glúteo piramidal, el vasto externo, el periné, o el psoas si produce desgaste. En general, trata de aprender a realizar masajes de relajación muscular de tipo general que puedas realizarte tú mismo. En primera instancia, el fisioterapia, si no ocurre nada que lo impida, te recomendará masajes miofasciales, que trata de normalizar el estado del colágeno.

Terapia de acupresión

Muy indicada, especialmente en el caso de fracturas e inflamación muscular. Consiste en ejercer una determinada presión, con o sin movimiento, en una zona y que, de este modo, consigamos aliviar el dolor en otra, en este caso, en las caderas.

  • GB29: Entre la cabeza del fémur y la espina ilíaca, en el centro. Es el primordial si tenemos la cadera inflamada en su articulación, si padecemos de debilidad general, si hemos sufrido un esguince, si nos ha dado un ataque de ciática o si notamos que se nos entumece la zona. Así mismo, calma los espasmos que pueden darnos en los muslos y en el bajo abdomen.
  • GB30: Se encuentra al 75% de recorrido entre el sacro y el trocánter mayor. Con él consigues aliviar el dolor en las cadera, incluyendo el articular, en la baja espalda, en las nalgas, reducir el pinzamiento de ciática y los espasmos.
  • GB31: Trabaja tanto la pierna superior como la cadera, equilibrando el Chi de la pierna. Alivia el dolor cuando es por ciática y reduce el entumecimiento y la debilidad así como problemas musculares. Es el más importante si se tienen problemas cerebrovasculares en las piernas tras sufrir un accidente. Está en la cara exterior del muslo, prácticamente donde ocurre la caída natural del dedo tercero de la mano cuando dejamos caer los brazos, de camino a la rodilla.
  • GB34: Este es un punto estimulador del Chi que fortalece los músculos de la cadera. Alivia los dolores de ciática y de cadera inflamada. Está en el hueco poplíteo, delante de la cabeza del peroné.
  • B28: A la altura de la vertebra lumbar 5 pero 3 centímetros hacia cada uno de los lados está este meridiano ejemplar para tratar la ciática sacro, el dolor general de piernas, de espalda y, por supuesto, el de cadera.
  • B48: Se encuentra entre los músculos de los glúteos a unos 5 o 6 dedos a los lados del sacro. Resulta muy sensible en el caso de referir dolor de cadera por lo que su manipulación debe ser suave, a poder ser, realizada por un profesional, y evitarse durante el embarazo. Quita el dolor en el sacro y alrededores así como en las nalgas y trata muy satisfactoriamente la ciática.
  • B23: A 2 o 2.5 cm de la vértebra lumbar 3 L3 (o 1.5 cum, que es la medida usada en acupresión), a ambos lados, ente la cadera y la caja del tórax, tenemos este punto. Con su estimulación conseguimos aliviar el dolor bajo en la espalda de manera dilatada así como relajar los músculos de la zona.
  • B54: Con la presión de este punto reducimos la rigidez que nos producen algunas patologías como es la ciática o una hernia de disco. Ayuda a mantener la normalidad de la piel, de manera que no se vuelva tan sensible y controla los espasmos. Se sitúa justo en el centro de la corva.
  • GV4: A la misma altura que el B23 pero sobre las vértebras tenemos este punto. No trabaja directamente sobre las caderas pero sí sobre problemas de rodilla que pueden irradiar el dolor hasta ellas. Además, reduce la intensidad de los espasmos musculares.

Crioterapia

A estas alturas ya habrás adivinado que aplicar frío en la cadera puede ayudar a reducir el dolor, pero esto es algo que no siempre funciona, de hecho, en algunos casos puede resultar negativo. El frío si lo recomendamos, especialmente, si has sufrido bursitis o tendinitis o, en general, se ha producido una lesión producida por un golpe. Cada sesión debe ser de un máximo de entre 15 o 20 minutos, ya que tiempos mayores pueden causar efectos como pérdida de sensibilidad.

Nunca te apliques frío en la zona pasados tres días desde el momento en que ocurrió la lesión. En este caso pasaríamos a ponernos calor, pensado para calmar un dolor menos agudo y para ayudarnos a volver a nuestro estado habitual más rápidamente.

Termoterapia

Se trata de la aplicación de calor en la zona de la cadera. Debes usar productos para dar calor o bien darte una buena ducha caliente, de manera que restablezcas el flujo sanguíneo, la zona se calme reduciéndose la presión arterial y, en general, sedándonos suave y naturalmente.

Reserva esta terapia para los momentos de dolor crónico, cuando tus heridas estén cerradas y no tengas la cadera inflamada. Disfruta del confort de una alta temperatura durante 20-25 minutos como máximo durante tus descansos.

Terapia de frío y calor

La terapia de frío y calor o de contraste también resulta adecuada para reducir el dolor de cadera. Los casos en los que el beneficio de esta terapia es más evidente son las lesiones traumáticas y, en general de las lesiones musculares, si hay inflamación, si se produce un edema o cualquier otra anomalía con los líquidos de la zona.

Con esta terapia se consigue reducir la rigidez y el dolor. También aumenta el riego sanguíneo gracias a la vasodilatación y constricción, que ayuda a que los tejidos se limpien y oxigenen, retirando restos tóxicos. También es una manera de estimular el sistema nervioso autónomo. Lo que tienes que hacer es aplicar calor y frío alternativamente tanto en la cadera como en las zonas circundantes.

Terapia de compresión

La terapia de compresión se realizará si tenemos lipoedemas en la zona de la cadera o en los muslos, como podría ocurrir tras romperse una bursa, por ejemplo. Por la delicadeza de la zona, la compresión debe ser medida, o podemos alcanzar el efecto contrario al deseado. Si tu médico te aconseja esta terapia, llévala a rajatabla, acudiendo continuamente a consulta para que se te aplique el nivel de compresión adecuado en cada momento.

Una vez finalizada esta terapia, acostumbra a utilizar mallas de compresión debajo de la ropa. De este modo, será más sencillo y seguro hacer ejercicio y, si te han quedado secuelas o has padecido un problema de fácil recurrencia, trataremos de evitar que esta vuelva.

Otras terapias alternativas efectivas

Otras formas de aliviar el dolor de la cadera un poco menos conocidas pero igualmente no invasivas y llenas de beneficios son:

  • Remedios naturales con uso de plantas: Para esta zona no vas a encontrar remedios particulares. Sí puedes, como siempre aconsejamos, hacer y tomar varias infusiones de las plantas que más propiedades analgésicas tienen: valeriana, menta, romero, lavanda... Si también tienes inflamación, apunta al romero, y, para variar, puedes elegir entre cola de caballo, laurel, jengibre, tila...
  • Acupuntura: Más que acupuntura, resulta muy beneficiosa la punción seca realizada en el glúteo y en el piramidal. En el caso de optar por la acupuntura como tal, sólo tienes que buscar a un profesional que la practique sobre los puntos que hemos viste en el apartados de acupresión. Recuerda que esta terapia se realiza clavando finísimas agujas en tu cuerpo, a tanto milímetros como corresponda en cada lugar.
  • Kinesioterapia: Si el dolor no es demasiado fuerte, puedes recurrir a sesiones de cinesiterapia. En estas se realizan, principalmente, ejercicios de movilización para mantener la amplitud articular.
  • Osteopatía: Principalmente se tratará la reducción de sobrecarga y el equilibrio de la musculatura. La cadera se tracciona y moviliza en ángulo muy suavemente tanto con la pierna extendida como en flexión de rodilla. Hay muchos ejercicios pasivos (que realiza el experto), de manera que, en función de tu problema, escogerá los más adecuados.
  • Neuroestimulación: Se aplica electricidad mediante parcheado de la zona para crear un estímulo de los nervios cuando estos no funcionan o necesitan un poco más de potencia para realizar su función correctamente.
  • Relajación: Una buena terapia de relajación muscular en la que practiques rutinas de respiración y ejercicios de relajación, sin duda, ayudará a sobrellevar el dolor y a quitar el foco de él además de hacer que, evidentemente, la tensión muscular vaya reduciéndose.

¿Cómo aplicar el método RICE paso a paso para reducir el dolor de cadera?

Cuando se produce un episodio de dolor agudo de cadera, saber aplicar el método RICE es crucial para reducir e incluso hacer que desaparezca totalmente. En su última versión, ahora es llamado PRICE y supone la misma técnica pero aplicando un paso más, el de protección.

  • Protección: Lo primero es detener la causa del dolor, en este caso tanto la detener la actividad que lo produce el dolor como elegir una postura en la que esto no ocurra. Debes colocar la cadera en una posición cómoda en horizontal.
  • Descanso: Encuentra una postura donde la cadera esté descansando y no te produzca ningún dolor, pero que, con el tiempo, tampoco e lleve a adormecer la zona. El descanso en este caso es una obligación para el alivio del dolor de las caderas pero no significa que pases el día en cama.
  • Hielo: La crioterapia en la cadera puede ser una buena solución, sobre todo si se nota hinchazón. Una bolsa de gel frío o una inmersión en agua helada pueden aliviar el dolor en la zona, todo depende de tu capacidad a la hora de moverte.
  • Compresión: En este caso comprimir la zona para no moverla en exceso es adecuado para no provocar más dolores y para que los tejidos lesionados suelden correctamente.
  • Elevación: Elevar la cadera recostándonos sobre un cojín si el dolor nos lo permite, y en cualquier caso elevar las piernas sobre el corazón para evitar un máximo flujo de sangre en la zona.

Queremos destacar en esta ocasión, que en muchas ocasiones, la falta de sangre bien oxigenada es la que puede derivar en daños en la cadera. Por ese motivo, hay que estar seguros de que el método PRICE es el adecuado (recomendado tras sufrir lesiones evidentes o cuando el dolor aparece repentinamente) y no aplicar si sabemos que tenemos problemas de insuficiencia de flujo sanguíneo.

¿Cómo prevenir futuros dolores en la cadera, vientre y espalda baja?

¿Cómo prevenir futuros dolores en la cadera, vientre y espalda baja?

Como cualquier profesional que se precie, queremos que conozcas, también, las maneras más sencillas y útiles para prevenir el dolor. De este modo, no tendrás que llegar a buscar alivio y, por supuesto, las diferentes partes de tu cuerpo no se resentirán. Esto supone, también, que evites la aparición de varias de las enfermedades y problemas que hemos visto.

  • Higiene postural: Toma posturas adecuadas para no cargar la zona dolorida tanto sentado, de pie, andando, practicando de porte o durmiendo. Por ejemplo, si acostumbras a dormir de lado, hazlo sobre el que no te suele doler (además de ponerte un almohadón entre las piernas), no permanezcas demasiado tiempo con el tronco torcido, siéntate manteniendo 90º entre muslos y espalda y esta en vertical respecto al sueño...
  • Ejercicios físicos: Comienza a hacer ejercicios suaves, son los mejores puesto que esta zona recibe grandes impactos. Elige la natación, caminar u otras actividades de bajo impacto y ve aumentando tiempo e intensidad muy gradualmente. Por supuesto, evita los deportes que te produzcan dolor en la zona, así como cualquier otro de alto impacto. Asesórate por el especialista al que estés acudiendo para que te recomiende los ejercicios para normalizar el estado de la cadera según el punto de recuperación en el que te encuentres.
  • Estiramientos: Son esenciales puesto que, como habrás podido comprobar, una dolencia como esta no es sencilla. Por ello, no fuerces tu cuerpo sin haberlo preparado adecuadamente. Un especialista en fisioterapia te dirá cuáles son los más adecuados según el deporte que haga, tu propio cuerpo, el problema de cadera que hayas tenido, las actividades que vayas a realizar, etc. Igualmente, para ganar estabilidad, también serán adecuados los ejercicios de fortalecimiento de piernas y glúteos.
  • Mantén tu peso adecuado: El sobrepeso es un problema catastrófico para la salud, pero en el caso de la cadera puede que incluso más. Para ello, procura diversificar en tu dieta, dando prioridad a proteínas y micronutrientes (especialmente las vitaminas A, C y D, sintetizadores naturales del colágeno, así como magnesio) y bebiendo bastante agua. Por supuesto, elige hobbies dinámicos y haz algo de ejercicio.
  • Utiliza ropa especial: En el caso de padecer pies planos, tendrás que llevar plantillas personalizadas y soportes de arco. Además, debes mantener el calzado y cualquier complemento como tobilleras de compresión etc, en el mejor estado.

¿Por qué debemos evitar las pastillas e inyecciones para aliviar el dolor de cadera e ingles?

La cadera es una parte delicada del cuerpo por lo que es común querer evitar su dolor a toda costa. Aun así, es importante no automedicarse porque cada fármaco es diferente y tiene efectos diversos según persona y circunstancia, además de estar repletos de elementos que nuestro cuerpo no necesita y de producir efectos secundarios.

Ya hemos visto que no es necesario el uso de medicamentos para tratarnos, ya que suele ser mucho mejor utilizar estas terapias complementarias explicadas anteriormente, que no son tan invasivas, para tratar el alivio del dolor de las caderas.

En el caso de que sintamos que el dolor se agrave o se cronifique, siempre podemos acudir a nuestro médico, ya que él nos podrá ayudar mejor y será quien diagnostique y nos recete algún medicamento en el caso de que sea necesario, especialmente para tratar la causa del dolor.

Referencias

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