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Artritis

En este post conocerás de qué se trata la enfermedad que provoca inflamación de las articulaciones llamada artritis. Te mostraremos de manera detallada cuáles son los tipos más comunes que hay y cuáles son los factores del riesgo o causas que generan esta dolencia en los pacientes.

También te explicaremos los principales signos y síntomas que te ayudarán a advertir que puedes ser un paciente con artritis. Conocerás los tratamientos que existen en la actualidad y que te servirán a mejorar la sintomatología de este padecimiento. Por último, hablaremos de los métodos de prevención más efectivos que debes conocer.

Definición: ¿Qué es la artritis o inflamación de las articulaciones?

La artritis es una inflamación que se produce en las articulaciones y que está originada por diferentes enfermedades que pueden afectar a los músculos, huesos o tejidos que sostienen a las articulaciones.  Muchas personas creen que la artritis se presenta solo en la edad avanzada, lo cual es completamente incorrecto porque también es posible encontrar a jóvenes afectados con esta enfermedad.

Los síntomas más comunes son la rigidez, el dolor en la articulación y la hinchazón. Para tratar este tipo de enfermedad es posible encontrar diferentes tratamientos que se aplican de acuerdo con el nivel del avance de la AR. Las causas por las que se genera la artritis son múltiples, pudiendo ser desde psoriasis, hepatitis, brucelosis y hasta Lyme (producida por las garrapatas).

¿Cuáles son los tipos de artritis más comunes que hay?

¿Cuáles son los tipos de artritis más comunes que hay?

Te mostraremos a continuación cuáles son los tipos de artritis más comunes que puedes encontrar en pacientes de ambos sexos. Los cuadros patológicos que pueden producir artritis son:

Artritis reumatoide

Esta enfermedad la produce el propio sistema inmunitario de la persona afectada. El cual ataca a las células de defensa produciendo una alteración en los tejidos y de esta manera genera una dolencia inflamatoria; por lo general, en manos y pies. El resultado de esto es una deformación progresiva y sistemática de las pequeñas articulaciones, provocando rigidez e incapacidad motriz.

Para su diagnóstico es necesario realizar radiografías y análisis de laboratorio, aunque en muchos casos con la revisión física del médico es posible conocer la existencia de la artritis reumatoide. El tratamiento para combatir este conjunto de síntomas por lo general está basado en los fármacos, siendo los más utilizados los corticoides, los inmunosupresores del sistema inmunitario y los antiinflamatorios.

Artritis psoriásica

La psoriasis es una enfermedad de origen autoinmunitaria (generada por el mismo sistema inmunitario) y que en algunos casos puede llegar a ser hereditaria. Esta dolencia produce en la piel escamas inflamatorias que originan picazón. Cuando presenta síntomas avanzados y más complicados genera una artritis psoriásica.

Para que exista una artritis de tipo psoriásica es necesario que no se encuentren anticuerpos IgM ni ningún otro elemento que sugiera una artritis reumatoide, ya que en este caso se diagnosticará como en el punto anterior. Su tratamiento se debe realizar por medio de fisioterapia, fármacos antiinflamatorios no esteroideos, retinoides y ciclosporina (ambos inmunosupresores relacionados con la vitamina A). Por otro lado, es necesario tomar hábitos para la vida cotidiana para disminuir la dolencia.

Osteoartritis

Si bien no es una verdadera artritis, se conoce a la osteoartritis como artrosis. Es una afección crónica que degenera las células afectando, a medida que transcurre el tiempo, la estructura de los tejidos y los órganos. Es de progresión lenta y las lesiones microscópicas y macroscópicas en las articulaciones por lo general se da en personas de edad avanzada.

La obesidad y las personas mayores a 60 años son los principales factores de riesgo de esta enfermedad inflamatoria degenerativa. Para su tratamiento es necesario visitar a un reumatólogo para recibir fármacos antiinflamatorios y analgésicos, lo cual se diagnostica con análisis clínicos y revisión física.

Artritis séptica

La inflamación que se produce en este tipo de artritis es causada por una bacteria, un virus o un hongo, pudiendo provocar secuelas permanentes en la articulación. El agente infeccioso genera un enrojecimiento con aumento de la temperatura en el área afectada, dolor e hinchazón. Estos microorganismos se instalan dentro del líquido sinovial provocando que el cartílago articular se vea afectado de forma considerable.

Estos gérmenes, que llegan a la articulación, pueden utilizar diferentes tipos de diseminación. Por ejemplo, la sangre o una infección en el hueso que comparte la membrana sinovial. El diagnóstico se realiza por medio de una punción en el líquido sinovial para que luego se haga un cultivo y se lo estudie por medio de un antibiograma. De esta forma es posible conocer cuál es el tipo de bacteria que afecta a la articulación y lograr establecer el tratamiento más adecuado.

Artritis idiopática juvenil

La AIJ, poliartritis crónica juvenil o artritis juvenil crónica es una enfermedad que se presenta en niños de entre 2 y 16 años, siendo más propenso el género femenino. La palabra idiopática se refiere a que las causales no están determinadas con precisión, aunque se ha demostrado que el antígeno HLA-DR4 del sistema inmunitario presenta más probabilidades desarrollar la enfermedad en los pacientes.

La artritis idiopática juvenil genera una inflamación los líquidos sinoviales y su tratamiento se realiza por medio de fármacos, en especial, con ácido acetilsalicílico y metotrexato, el cual es un componente análogo del ácido fólico. No es recomendado el uso de corticoides porque suelen afectar el crecimiento del niño. Es posible curar la enfermedad por completo y no dejar secuelas en el paciente para el futuro.

Artritis degenerativa

Una de las características que tiene este tipo de artritis es que la inflamación es mínima, pero se genera una mal formación del cartílago articular. De esta manera el hueso se hipertrofia, creciendo más allá de los márgenes normales que imponen los cartílagos. Tanto las enfermedades metabólicas, la obesidad y algunos traumatismos pueden generar la aparición de la artritis degenerativa provocando así sedimentación globular.

Por medio de los Rayos X y de una inspección ocular del médico se puede diagnosticar este entumecimiento. Su tratamiento consiste en la ingesta de analgésicos y antiinflamatorios, como así también en el control del sobrepeso con caminatas y dietas especiales. En algunos casos es necesaria la intervención quirúrgica.

Artritis reactiva

La artritis reactiva es una enfermedad crónica generada por agentes que atacan el sistema autoinmune del raquis, incluso se puede encontrar en las articulaciones sacroilíacas y en la columna vertebral. Siendo esto las diferencias principales con la artritis reumatoide. En cuanto a los síntomas, el sistema urinario y el aparato digestivo son los principales factores en donde comienza la infección de este tipo de artritis. El tratamiento para este tipo de artritis lo da el médico especializado de acuerdo con la situación del paciente y avances de la enfermedad, pero por lo general se trata de terapia farmacológica y enfoques rehabilitadores complementarios.

Artritis gotosa o úrica

La gota es una enfermedad que ataca los tejidos blandos del cuerpo, en especial los riñones y las articulaciones. Esta afección produce una acumulación de sales que derivan del ácido úrico, afectando principalmente al dedo gordo del pie. La artritis gotosa o úrica, también llamada por microcristales, es la inflamación constante que se produce a causa de la enfermedad gota.

Los medicamentos utilizados para el tratamiento son antiinflamatorios no esteroides, aunque también se utiliza la colquicina y los corticosteroides para controlar la hinchazón. Es posible incluir aquellos fármacos que eliminan el ácido úrico. No hay que olvidarse que mejorar tu estilo de vida debe ser parte de tu tratamiento.

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¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de la artritis?

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de la artritis?

Las causas y los factores de riesgo de la artritis es toda exposición, situación o condición que provoca un aumento en las posibilidades para que una persona pueda contraer o desarrollar la enfermedad. Esto no solo se da por una sola circunstancia, sino que puede ser por un conjunto de elementos que se complementan. La artritis también puede ser generada como consecuencia de la existencia de enfermedades previas.

Por lo que, te mostraremos a continuación una lista con las causas y factores de riesgo que tiene la artritis:

  • Factores hereditarios: En las personas con artritis hay ciertos factores genéticos que sí afectan el desarrollo de esta patología, pero hay que tener en cuenta que no más del 5% de los enfermos tienen una ascendencia directa de padres con AR. Por lo que los hijos y hermanos de un paciente tienen pocas probabilidades de contraer la enfermedad, pero sí se considera como un factor de riesgo la genética.
  • Alteraciones del sistema inmunitario: Los antígenos que crea el sí sirven para defender las células de agentes patógenos. Cuando este mecanismo de defensa del cuerpo no detecta tejidos o microorganismos infectados comienza a atacar las células sanas, por lo que causa, entre otras cosas, la artritis.
  • Traumatismos en la articulación: Los condrocitos, las macromoléculas y el líquido sinovial participan en la elasticidad y lubricación de la articulación. Cuando algunas de las funciones biomecánicas se ven afectadas pueden producir sinartrosis, diartrosis o anfiartrosis, lo cual es un antecedente importante para el desarrollo de la AR. Estas causas también pueden producirse por problemas en el desarrollo del cartílago articular.
  • Bacterias, virus y hasta hongos: que se introducen en la cavidad de la articulación con líquido sinovial a través de la sangre o por otros medios. También puede ser por traumatismos expuestos o secuelas de trabajos repetitivos.
  • La obesidad: también es un riesgo para desarrollar la artritis gotosa o úrica, como así también es una causa directa de la osteoartritis. La erosión articular se produce por la carga excesiva que recibe la articulación, pero además las adipocinas, presentes en la grasa, estimulan la inflamación, lo que lleva a que el sistema autoinmune trabaje demás y a largo plazo autogenere la AR.
  • El desgaste en la articulación a causa de una musculatura débil: La falta de ejercicios puede provocar la miastenia, lo cual hace que los músculos no puedan sostener la cavidad de la articulación de forma correcta provocando un deterioro en la membrana sinovial y un posible desarrollo de la artritis.
  • Los movimientos repetitivos: por tiempo prolongado también provocan una erosión de la articulación, provocando que la sobrecarga sea cada vez mayor. Por lo que hay que estar atentos a la aparición de tendinitis o túnel carpiano, entre tantas otras lesiones porque podrían ser la antesala de la AR.
  • Otras causas: Edad, sexo, tabaquismo, exposición prolongada ante el frío y prácticas de deportes en los que se requiere saltar, caerse o golpear con las manos o pies de forma frecuente.

Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos artritis

Si algo en el cuerpo no está funcionando bien, hay que estar atentos y prestar atención a las señales de lesión o dolencia para recurrir de forma inmediata a un médico. Por tal motivo, es necesario conocer cuáles son los síntomas y signos que presenta la artritis en el cuerpo del paciente.

Te mostraremos a continuación los principales síntomas de esta dolencia: 

  • Dolor en cuello, mandíbulas, hombros, caderas, codos, muñecas, manos, rodillas, tobillos o pies: Además, es factible encontrar pacientes con dolencias en los músculos y espalda. El dolor se debe, entre otros factores, a una posible erupción en el cartílago articular y a la deficiencia del trabajo del líquido sinovial.
  • Entumecimiento: Los músculos ubicados en la zona afectada se endurecen por la tensión que genera el paciente cada vez que siente dolor. También este síntoma se produce por la inflamación de los tendones que sostienen los huesos cuando se presiona un nervio cercano.
  • Hinchazón: Este síntoma es producido por la inflamación que sufre la membrana, la cual es empujada por el líquido sinovial que protege al cartílago y da sentido a la articulación. Esto puede ir acompañado de parestesia, especial sensación de adormecimiento u hormigueo en la zona afectada.
  • Enrojecimiento: El eritema en la piel es un síntoma muy importante que puede advertir que el riego sanguíneo por medio de la vasodilatación se produce en exceso en la zona de la articulación. Esto es un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de detectar artritis.
  • Otros síntomas a tener presente: y que pueden advertir la presencia de esta dolencia es la pleuresía, dificultad para dormir, sangre en las heces, conjuntivitis crónica, sequedad ocular, fatiga sin razón alguna, aparición de nódulos y ardor en pies y manos.

¿Qué tratamientos hay para mejorar los síntomas de la artritis?

Una vez detectada la enfermedad y el tipo de artritis que padece la persona es necesario que el médico establezca una terapia por medio de medicamentos y un tratamiento con sugerencias generales de vida y también complementarias al paciente. Hay que tener en cuenta que el tratamiento es prolongado y en la actualidad no existe una cura definitiva de artritis, aunque los síntomas y los efectos pueden atenuarse o entrar en remisión.

Los tratamientos que existen en la actualidad para mejorar los síntomas de la artritis son:

Terapias alternativas y complementarias

Los tratamientos quiroprácticos son terapias complementarias que ayudan a reducir la dolencia, pero que en ningún caso reemplazan a la administración de medicamentos recomendados por el médico. Hay que tener en cuenta que para su implementación es necesario consultar de forma previa con un profesional de la salud.

Dentro de estas terapias se encuentran:

  • Terapia de frío y calor: dependiendo de la tolerancia del paciente una terapia de frío y calor puede ser útil para disminuir el dolor y reducir la tensión muscular de la zona afectada, siendo que la aplicación no debe superar los 15 minutos. Para distribuir el calor se puede incluir bolsas de agua tibia, baños con agua caliente o una frazada diseñada para este fin, mientras que para aplicar frío y reducir la hinchazón es posible utilizar compresas heladas, hielo y toallas congeladas. Esta técnica consiste en combinar ambos métodos empezando primero por el calor, luego el frío y terminando con la aplicación de temperatura elevada.
  • Terapia de compresión: esta técnica se basa en el uso de soportes de diferentes materiales para sostener la articulación afectada por la artritis. De esta manera es posible proteger las rodillas, limitar los movimientos naturales para evitar una nueva lesión y disminuir la rigidez membrana sinovial para obtener movimientos más suaves. Para aplicar este tratamiento es necesario que sea dirigido y observado por un médico, ya que existen diferentes tamaños y diseños que pueden afectar los síntomas de la enfermedad.
  • Terapia de masaje: la estimulación de las zonas afectadas de masajes manuales mejora la tensión muscular y fortalece los músculos disminuyendo así la presión en la calidad de la articulación con el líquido sinovial. Esto reduce los dolores y la hinchazón provocados por la artritis. Dentro de los masajes más comunes se encuentra el sueco, de tejido profundo, con piedras calientes, ayurvédico, tailandés y el rolfing.
  • Terapia de acupresión: esta técnica milenaria se usa para estimular al sistema nervioso central por medio de la presión en determinadas zonas del cuerpo utilizando solo las manos del terapeuta. De esta manera se logra reducir la rigidez del cuerpo que se ve afectado por la artritis. Se inhiben las señales de dolor para que no lleguen al cerebro y de esta manera, por medio de una gran estimulación, el cuerpo libera endorfinas que actúan como un poderoso analgésico.
  • Termoterapia: el tratamiento térmico utilizado en este tipo de terapias está relacionado con la temperatura de los elementos que se colocan en el área afectada del paciente. A diferencia de la terapia de frío y calor, esta técnica incluye solo baños de calor por medio de compresas húmedas que generan una temperatura diferencial.
  • Remedios naturales con uso de plantas: este tipo de tratamiento está basado en plantas que se obtiene de la naturaleza y en las cuales es posible encontrar componentes que alivian la hinchazón, el enrojecimiento, el dolor y la rigidez de la articulación con AR. Hay que tener en cuenta que este tipo de terapia debe ir acompañado de fármacos recetados por un reumatólogo. Además, es necesario consultar al médico sobre su implementación y conocer qué beneficios se puede obtener con este método alternativo.
  • Ultrasonido: en esta técnica se utilizan ondas de sonido de un alto nivel para alcanzar una frecuencia alta y puedan ser aplicadas en las articulaciones que padecen de artritis. Hay que tener presente que para su aplicación se necesitan de equipamientos especiales que sean manejados por profesionales idóneos para obtener una relajación progresiva en el tiempo.
  • Meditación y relajación: tanto la meditación como la relajación son técnicas eficientes que se utilizan para encontrar paz y tranquilidad en momentos de ataques de dolor producidos por la artritis. De esta manera la tensión muscular disminuye, provocando que la membrana sinovial no se vea tan afectada por la presión, logrando que el paciente por medio de la respiración, concentración y otras prácticas de meditación, pueda encontrar un equilibrio psicológico y afrontar la enfermedad desde un punto más feliz.
  • Aromaterapia: el tratamiento basado en aromas ayuda a calmar el dolor de acuerdo con estudios recientes realizados por prestigiosos centros médicos internacionales. De esta manera es posible disminuir la ansiedad provocando una relajación rápida, como así también un alivio y revitalización del paciente. La vainilla, el jazmín, el limón, la naranja, el pomelo, la menta y la manzana verde son algunos de los elementos que se utilizan para disminuir ritmos cardíacos y aumentar los olores placenteros y combatir la artritis.
  • Acupuntura: esta vieja práctica oriental en la cual se insertan agujas en las zonas afectadas por la artritis produce endorfinas y actúan como analgésicos para disminuir la tensión y el dolor arterial. Si bien es cierto que la acupuntura aún no ha mostrado resultados directos sobre la AR, es recomendable consultar con el médico antes de comenzar con esta técnica china.
  • Retroalimentación: este tratamiento está orientado a explicarle al paciente cómo actúa su cuerpo cuando siente dolor por la artritis. Para ello se conecta a la persona a equipos eléctricos específicos que disponen de placas sensoriales que muestran la presión sanguínea, la tensión de los músculos, el ritmo cardíaco y la temperatura cuando el enfermo afronta dolor o su cuerpo está tenso. Una vez que se conocen los parámetros el médico explica al individuo cómo debe actuar ante situaciones de estrés producidas por el dolor y la tensión muscular.
  • Hábitos de vida saludable: caminar, hacer ejercicios, tener una postura correcta cuando el paciente trabaja y alzar objetos de manera ideal, son algunas de las recomendaciones y prácticas que se llevan a cabo con este tratamiento de hábitos de vida saludable. Es necesario que la persona aprenda a convivir con la artritis para disminuir la dolencia y mejorar la calidad de vida. Para esto es conveniente conocer en profundidad la enfermedad, hablar con el médico de forma abierta y recibir todos los consejos de una manera optimista para divertirse más y no estar limitado por la artritis.

Suplementos alimenticios

El potencial terapéutico de algunas hierbas ayuda a disminuir dolencias de la artritis. Pero antes de la administración hay preguntar al médico sobre la inclusión de estos componentes que brinda la naturaleza y los componentes sintéticos en la terapia destinada al paciente. La glucosamina y sulfato de condroitina son dos sustancias que se encuentran presentes en el cartílago articular y son las más utilizadas para este tipo de terapias por suplementos.

Tratamientos de fisioterapia

La fisioterapia ocupacional es un tipo de tratamiento incluye la corrección de algunos movimientos que realiza el paciente en su actividad diaria; por ejemplo, sentarse, levantar objetos y postura cuando trabaja. Esto es acompañado por técnicas y ejercicios para reducir el dolor en las articulaciones inflamadas.

Medicamentos

Los fármacos que se usan en una terapia de artritis son antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos, FAME y antirreumáticos modificadores de la enfermedad de tipo biológico. Además de estos, se emplean los protectores gástricos para evitar la pesadez estomacal, vómitos, gastritis y úlceras.

Debes tener en cuenta que la automedicación podría producir serios inconvenientes y trastornos más severos de la enfermedad, por lo que la cantidad e implementación de los medicamentos tienen que estar indicadas por el médico de forma exclusiva.

Cirugía

Los tratamientos quirúrgicos son necesarios solo cuando el médico lo indica y cuando el avance de la enfermedad así lo requiere. Estas técnicas pueden ser desde una artroscopia hasta la implementación de una prótesis; sin embargo, es posible encontrar pacientes con intervenciones quirúrgicas de sinovectomía, artroplastia, artrodesis, osteotomía y reconstrucción tendinosa.

¿Qué métodos de prevención para la artritis son los más efectivos?

¿Qué métodos de prevención para la artritis son los más efectivos?

Si bien existen algunos factores de riesgo que no se pueden evitar, tal como lo mencionamos en párrafos anteriores, es posible reducir o demorar el comienzo de algunos tipos de artritis teniendo en cuenta diferentes métodos de prevención.

Por tal motivo, te mostraremos a continuación una lista enunciativa con consejos que te ayudarán a disminuir de forma preventiva los síntomas de esta dolencia: 

Consulta con tu médico

Lo primero que debes hacer es visitar a tu médico de confianza explicándole las dolencias y complicaciones que tienes en las articulaciones. Ten presente que la artritis es una enfermedad crónica y progresiva, por lo que a medida que pase el tiempo las lesiones pueden ser peores si es que no interviene un facultativo en el momento oportuno.

Come sano

Una dieta saludable y balanceada te ayudará a demorar la aparición de artritis y a disminuir la dolencia articular. Algunos pescados, ricos en Omega 3, reducen la inflamación, mientras que la ingesta de lácteos y vegetales verdes mejora la fortaleza ósea, ya que contienen vitamina D. Por otro lado, alimentos específicos ayudan a combatir la cistitis, este es el caso del té verde, las frutas cítricas, las nueces y el aceite de oliva extra virgen.

Realiza ejercicio físico

La nutrición se beneficiará y estará respaldada si no tienes una vida sedentaria. Esto se debe a que los músculos se debilitan cuando estás demasiado tiempo sentado provocando el aumento de posibilidades de la aparición de artritis. Ten en cuenta que los ejercicios aeróbicos, de estiramiento y de fortaleza son ideales para la prevención de esta enfermedad.

No te olvides que las lesiones deportivas pueden ocasionar daño en el cartílago articular ubicado dentro de la membrana sinovial, lo cual es un factor alto riesgo para la aparición de artritis. Por tal motivo, debes ser lo suficientemente cuidadoso para evitar un desgaste de las articulaciones de forma rápida por medio de técnicas y de ejercicios de calentamiento previo a la rutina deportiva.

Controla el sobrepeso

Si tienes en cuenta una dieta saludable y practicas ejercicios de forma periódica evitarás el sobrepeso. Las personas con obesidad son propensas a desarrollar artritis en las caderas y rodillas, por lo que es necesario tener un control del peso y de la presión arterial para evitar el desarrollo de inflamaciones articulares. Lo cual se convertirá en el futuro en una potencial artritis.

Evita el tabaquismo

Se ha demostrado que las personas que fuman son más propensas a desarrollar artritis reumatoide por lo que es conveniente eliminar esta práctica nociva para la salud no solo por el cuidado de las articulaciones, sino también para proteger el sistema respiratorio de EPOC.

F.A.Q: Preguntas frecuentes

A continuación, encontrarás una lista completa con las preguntas frecuentes que realizan las personas, las cuales te ayudarán a diferenciar conceptos y a conocer en profundidad qué es la artritis. Echa un vistazo.

¿Qué diferencias hay entre la artritis y la artrosis?

La artritis de la artrosis es una enfermedad inflamatoria que afecta a la membrana sinovial evitando que el líquido sinovial sea reabsorbido. De esta manera se produce un desgaste en el cartílago articular y en el hueso, por lo que la fricción de la articulación genera inflamación, enrojecimiento, tensión muscular y dolor. Además, la artritis puede ser consecuencia de otra enfermedad; por ejemplo, una quebradura, una bacteria o la obesidad del paciente.

En cambio, la artrosis también es una enfermedad inflamatoria, pero produce un desgaste degenerativo de forma crónica en el cartílago, ubicado en la cavidad con líquido sinovial. A medida que pasa el tiempo, el cartílago desaparece y los huesos comienzan a rozarse entre sí, lo cual provoca un dolor extremo, más allá de la pérdida de flexibilidad. El tratamiento de ambas dolencias es diferente, por más que sean enfermedades inflamatorias articulares y que afecten más a las mujeres.

¿Qué diferencias hay entre la artritis y el reumatismo?

El reumatismo es un grupo de enfermedades que afecta diferentes zonas del cuerpo, en especial el sistema locomotor. Su consecuencia más grave es la deformación de la zona afectada y la inmovilización del paciente. Puede ser causada por factores genéticos, aunque no está del todo claro cuáles son sus verdaderas causas.

La artritis también es una enfermedad inflamatoria, pero está relacionada de forma directa con las articulaciones, pudiendo existir la artritis reumatoide la cual provoca hinchazón, rigidez y dolor en una zona determinada originada de forma autoinmune. Esta dolencia la produce el propio cuerpo a través del sistema inmunitario.

¿Cómo empieza la artritis y cuáles son sus síntomas iniciales?

La artritis se puede generar por dos causas. Una, por cuestiones hereditarias y otra, como consecuencia de una enfermedad previa. Dentro de estas dos situaciones es posible conocer los síntomas iniciales de cualquier tipo de AR, los cuales son el dolor en la zona afectada, dificultad o rigidez muscular, enrojecimiento e hinchazón. 

Pero esto no es todo, de acuerdo con el tipo de artritis que padezca la persona es posible conocer otros síntomas. Por ejemplo, inflamaciones en el sistema urinario o en el aparato digestivo, discapacidad en las rodillas y caderas, engrosamiento del hueso o dolencias en la piel.

¿Cómo se diagnostica la artritis de forma correcta?

Solo un reumatólogo o médico especializado puede diagnosticar la artritis de forma correcta. Por lo que es necesario visitar al doctor y no automedicarse o elegir terapias alternativas que podrían poner en peligro la vida del paciente.

A su vez, el médico debe reforzar su opinión por medio de análisis clínicos, radiografías, tomografías y por supuesto, revisión visual de las zonas afectadas. Además de esto, el profesional se basará en una serie de preguntas que advertirán sobre la condición y estilo de vida del paciente, lo cual también ayudará a realizar un tratamiento más efectivo.

¿Es hereditaria la artritis de padres y madres a hijos?

La genética puede ser causa de la artritis y de esta manera ser transmitida de padres a hijos, afectando de manera especial a las mujeres en una determinada edad. Hay que tener presente que, de acuerdo con estudios recientes, entre el 3 y 5% de los pacientes sufren esta enfermedad por factores hereditarios. Por lo que en realidad la transmisión de padres y madres a hijos es relativamente baja.

Un caso especial es la artritis idiopática juvenil. Todavía no se ha encontrado con precisión las causales de esta enfermedad y se sabe que el antígeno HLA-DR4 del sistema inmunitario está presente en todas estas dolencias, se estudia en la actualidad si la AIJ es causada por factores hereditarios. 

¿Es cierto que los cambios climáticos afectan a los síntomas de la artritis?

Si bien las condiciones climáticas influyen en el paciente, no son causas o factores de riesgo para la aparición de la artritis. De esto se puede concluir que el clima sí aumenta la rigidez y el dolor de la zona afectada del paciente cuando se expone al frío, a la lluvia, a la humedad relativa del aire antes de una tormenta, a la nieve y al descenso de la presión atmosférica.

Por tal motivo, los climas benignos para mejorar las dolencias son las zonas secas y cálidas. Pero es preferible consultar al médico antes de tomar una decisión si es que se piensa en cambiar de domicilio.  Para disminuir el dolor o la aparición del mismo, es necesario usar ropa que aísle el clima frío. Además, hay que evitar la humedad.

¿Qué es bueno tomar para aliviar los síntomas de la artritis?

Para aliviar los síntomas de la artritis existen medicamentos y alimentos naturales que ayudan a disminuir el dolor. Debes tener en cuenta que, antes de ingerir cualquiera de estos elementos, es necesario que consultes a tu médico para que determine si es o no conveniente hacerlo en tu situación.

Dentro de los fármacos recomendados encontrarás agentes biológicos, ácido acetilsalicílico, antiinflamatorios no esteroides, metotrexato y antirreumáticos modificadores de la enfermedad, entre otros medicamentos.  Algunos alimentos también ayudan a disminuir los dolores como es el caso del té verde, nueces, pescados con alto contenido en Omega 3, aceite de oliva, vainilla, menta y frutas cítricas.

¿Existe una cura definitiva para la artritis?

La artritis no tiene cura, pero por medio del uso intensivo de fármacos antirreumáticos es posible que la enfermedad entre en remisión. Esto quiere decir que el paciente reducirá de manera considerable la dolencia, pudiendo suspender o no los medicamentos. Pero para esto hay que consultar de forma precisa con el médico para que otorgue esta autorización.

El ACR y de la Liga Europea contra el Reumatismo establecieron los criterios necesarios para definir la remisión de la artritis y de esta manera indicar un nivel de ocurrencia de que la enfermedad vuelva a estar activa en el futuro. Para ello se usa el Índice Simplificado de Actividad de la Enfermedad, el cual debes consultar con tu médico.

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