🎁 10% Dcto. en tu 1º compra! ⏩ !CLICK AQUÍ!

Esguince de tobillo

Un ligamento es aquel que tiene la función de estabilizar las articulaciones para evitar el movimiento excesivo. Por eso, cuando el ligamento se elonga más allá del límite, se produce una rotura parcial o total que da lugar a un esguince. En consecuencia, si esto ocurre en los ligamentos del tobillo (sobre todo en el lado externo), se genera una torcedura de tobillo.

A nivel deportivo y en numerosas eventualidades, estas son las principales lesiones que contraen las personas una vez se fuerzan los ligamentos del área del maléolo. Dada su habitualidad, es importante conocer de qué se tratan y cuáles son sus causas, síntomas, tratamientos y formas de precaución.

¿Qué es un esguince de tobillo y qué grados hay?

Básicamente, un esguince de tobillo consiste en una lesión o distensión de uno o más ligamentos conectados a los huesos de esta parte del cuerpo. Siendo así, una torcedura que se origina cuando se dobla, tuerce o gira la articulación de forma brusca y repentina. Pues, este tipo de movimientos son los responsables de estirar y/o desgarrar las bandas resistentes de tejido que ayudan a mantener los huesos del tobillo unidos entre sí.

Ahora bien, para formular un tratamiento con el cual el paciente pueda recuperar la funcionalidad del tobillo, antes que nada, es esencial tener en cuenta la gravedad de la torcedura de tobillo y los síntomas que ha desencadenado la afección. Puesto que, este tipo de esguince maneja una clasificación fundamentada en los tres niveles de gravedad que revela la magnitud de la lesión y su cuadro sintomatológico.

Aquí, mencionamos cuáles son:

Grado 1

Se trata del resultado de una ligera distensión de los ligamentos. Como consecuencia, no existe ningún tipo de rotura en esta porción enlazada con el tobillo y el paciente tampoco manifiesta laxitud articular asociada. Además, cuenta con la capacidad de hacer movimientos completos, el dolor es tenue y el proceso inflamatorio resulta mínimo.

Grado 2

Cuando se desencadena un esguince de segundo grado en el tobillo, el individuo afectado padece la rotura parcial de los ligamentos y es por ello que, se crea una hinchazón de forma inmediata que es más acentuada. Adicionalmente, el dolor es más intenso, aparecen hematomas (equimosis) y hasta tiende a deformarse la región impactada. Por consiguiente, es difícil que el paciente logre apoyar el pie afectado y colocar peso sobre él, es decir que, existe una ligera inestabilidad articular. A causa de todo esto, se califica como un esguince moderado.

Grado 3

Es una lesión de tobillo que alcanza el mayor nivel de gravedad, en vista de que ocasiona la rotura del tejido ligamentoso en su totalidad (o más del 50%). Como consecuencia, el dolor es más agudo, existe deformidad y equimosis elevada, además de que se observa una inflamación verdaderamente intensa y existe impotencia funcional de la articulación afligida. Debido a esto, el paciente notará el tobillo laxo e inestable, por lo que no podrá apoyar ningún peso sobre el pie.

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir un esguince en el tobillo?

En términos generales, el esguince o torcedura en esta zona es causado una vez el tobillo se fuerza más allá de su posición habitual, generando el estiramiento brusco de los ligamentos que están situados allí. No obstante, de manera específica, se distinguen diferentes factores de riesgo por los que una persona puede sufrir una lesión de esta categoría y padecer los síntomas que desata.

Es por eso que, en forma de listado, nombramos los motivos más comunes para contraer un esguince en el tobillo o maléolo:

  • Con frecuencia, la lesión de tobillo que se basa en la acción de torcer esta zona de forma que la planta del pie apunta hacia dentro y distienden los ligamentos, es una de las principales razones que provocan un esguince del ligamento lateral.
  • Las caídas accidentales que motivan a que te tuerzas el tobillo, también son causas propias de una lesión de este tipo.
  • Los golpes o traumatismos directos en esta región de las extremidades inferiores, tienden a producir torceduras.
  • Cuando caminas o realizas ejercicios sobre una superficie irregular, aumentan los riesgos de experimentar esta patología.
  • Si saltas o girar y cuando vuelves a caer se produce un movimiento anormal en el pie, es probable que sufras un esguince de tobillo.
  • En caso de que estés practicando alguna actividad deportiva y una persona te pise el pie o caiga sobre este, también se desencadenará una torcedura de tal clase.
  • El hecho de utilizar un calzado inadecuado, ya sea que no se ajuste a tus pies como corresponde, no sea indicado para una actividad específica o se trate de zapatos de tacón alto; los tobillos serán mucho más vulnerables a sufrir esta lesión.
  • El estado físico deficiente del paciente. Pues, si no hace ejercicio con regularidad, no tendrá fuerza ni flexibilidad en dicha parte, por lo que esta puede distenderse hasta producir la rotura de los ligamentos.
  • El sobrepeso u obesidad, es una condición que incrementa las posibilidad de sufrir lesiones o esguinces en las extremidades bajas que, por supuesto, incluyen los tobillos.
  • La práctica de deportes que requieren cambios de dirección repentinos (fútbol, baloncesto y balonmano, por ejemplo), generan esguinces en el tobillo con gran frecuencia.
  • En muchas ocasiones, la ausencia del calentamiento y estiramiento previo y posterior a una actividad física, ha provocado la aparición de esguinces en la parte del maléolo.
  • Dependiendo de la forma de su pie, numerosas personas tienen más riesgos de experimentar una torcedura en su tobillo, ya sea tendón de Aquiles, pie varo, antepié cavo y retropié valgo, por ejemplo.
  • Los individuos con previas lesiones de tobillo, tienen dos o tres veces más probabilidades de volver a contraer un esguince u otro tipo de afección similar, en comparación con las personas que no se han hecho ningún esguince.
  • Otro factor de riesgo, sin duda, es la edad. Ya que, mientras más veterana sea la persona, mayor desgaste presenta en las articulaciones y por ende, es más propensa a lesionarse.

Mejores productos para esguince de tobillo

Más vendidos

Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos un esguince de tobillo

Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos un esguince de tobillo

Por naturaleza, cada vez que se manifiesta un esguince de tobillo, se desencadenan una serie de signos y síntomas que son indispensables para diagnosticar este tipo de afección en la articulación. Tomando en cuenta que, dependiendo del nivel de gravedad de la torcedura, aumentará la intensidad de la dolencia.

  • Dolor prominente en la zona del tobillo. Especialmente, cuando la persona soporte su peso corporal sobre el pie lesionado.
  • Inflamación o hinchazón del tobillo y/o en la zona lateral a la palpación.
  • Cambios de la coloración en la piel que se traducen como hematomas o moretones. Dependiendo de la gravedad de la torcedura, la coloración puede empeorar.
  • Sensación de molestia o incomodidad al tacto. Esto, tiende a incrementar el dolor que muestra el paciente.
  • Inestabilidad de la articulación y dificultad para apoyar el pie encima de cualquier superficie. Por esto, al paciente le resulta complejo poder caminar.
  • Amplitud de movimientos limitada o bien, restricción de movimiento hacia la parte externa del maléolo.
  •  Crujido o chasquido audible de la articulación en el instante que se genera la lesión (de manera ocasional).
  • Si el esguince no se trata a tiempo, se desligan ciertas complicaciones tales como: dolor crónico en el tobillo, inestabilidad permanente de la articulación y artritis en la región impactada.

¿Qué tratamientos hay para mejorar los síntomas de un esguince en el tobillo?

Para atenuar los síntomas de un esguince en el tobillo, hoy en día, existen diferentes tratamientos que permiten eliminar la dolencia y regular el funcionamiento de la articulación. Así, dependiendo de los alcances o  posibilidades de cada paciente, este puede realizar ciertas terapias alternativas, someterse a un tratamiento de fisioterapia, usar remedios naturales, consumir varios suplementos alimenticios e ingerir fármacos formulados para así agilizar su proceso de rehabilitación.

Terapias alternativas y complementarias

Considerando que, principalmente, son métodos que se caracterizan por garantizar un efecto analgésico, antiinflamatorio y sedante para aliviar la dolencia. Destacamos cuáles son y cómo se implementan generalmente:

  • Terapia de frío y calor: Se refiere a un tratamiento que, con las propiedades del calor y frío, logra calmar el dolor y reducir la inflamación cuando se suscita una patología musculoesquelética.  Ya que, el frío posee efectos analgésicos y antiinflamatorios, mientras que el calor ayuda a aumentar la circulación de la sangre y aminorar la dolencia. Así, a la hora de tratar un esguince de tobillo, se recomienda aplicar frío los primeros días de la lesión (de 24 a 72 horas) para acelerar el tiempo de recuperación; ya sea con compresas de agua fría, bolsa de hielo o verduras congeladas y por un periodo de 15 o 20 minutos cada 2, 3 o 4 horas. Después de 72 horas, se puede colocar calor en la zona afectada con compresas o bolsas de gel, alternadamente.
  • Terapia de compresión: Otra recomendación médica para mejorar esta lesión, se basa en hacer uso de la terapia compresiva que consiste emplear un elemento elástico para ejercer una fuerza controlada en una región del cuerpo y disminuir la irrigación sanguínea, al igual que, regular el funcionamiento de la pared vascular para calmar la dolencia. En este caso, los pacientes deben colocarse un vendaje compresivo o una tobillera deportiva (que quede firme, pero no tan apretado para evitar dificultar la circulación) y así, se logrará detener la hinchazón de la zona.
  • Terapia de masaje: Muchas lesiones son tratadas con masajes, en vista de que las diversas técnicas que existen son capaces de relajar una zona tensionada a fin de agilizar su rehabilitación y devolver la movilidad total. En ese sentido, para aliviar una torcedura de este tipo de esguince, una de las alternativas recomendadas es el bombeo de tobillo. El cual, favorece el drenaje y ascenso de todas las sustancias acumuladas alrededor de la región impactada, y se práctica entre 5 y 10 minutos varias veces al día (por los 3 o 4 días posteriores a la lesión). De esa forma, brinda óptimos resultados al acelerar el proceso de curación favoreciendo la limpieza del sangrado y el edema que acompaña al tobillo lesionado.
  • Terapia de acupuntura: La medicina tradicional china propone la acupuntura como un método terapéutico que cuenta con un poder curativo en el cuerpo humano al considerarlo un sistema de flujos de energía. En consecuencia, entiende las patologías como la consecuencia de una desproporción de la energía vital que circula por el organismo (qi) y para eliminar dicho desequilibrio, inserta finas agujas en los puntos de acupuntura (o estratégicos) con el objetivo de calmar el dolor, atenuar la inflamación y mejorar la capacidad de regeneración de los tejidos afectados. Por ende, es primordial visitar a un experto de la MTC que emplee las técnicas pertinentes para mejorar una torcedura de tobillo.
  • Remedios naturales con uso de plantas: También es útil recurrir a la medicina inherente que usa las plantas para aprovechar todas sus propiedades capaces de eliminar el dolor y la inflamación para relajar las áreas del cuerpo que han resultado afligidas. Esto significa que, un paciente con esguince de tobillo puede recuperarse de la lesión a partir de remedios naturales que combaten los síntomas característicos y precipitan la curación. En este caso, dichos remedios consisten en los siguientes:  Humedecer un par de cucharadas de cúrcuma en polvo con agua para frotar sobre el tobillo y taparlo con un vendaje, aplicar aceite esencial de árnica con suaves masajes por 5 minutos, usar un emplasto de arcilla todas las noches y beber infusiones de cola de caballo, jengibre, romero, apio, eucalipto o abedul.
  • Hábitos de vida saludable: Los hábitos de vida saludable también son esenciales para calmar las molestias que genera un esguince e inclusive, poder prevenir este tipo de dolencia. Dado que, gracias a esto, el organismo en general adquiere mucha más potencia para alcanzar un buen funcionamiento general y obstaculizar la aparición de diferentes enfermedades. En el caso de los esguinces en el maléolo, se pueden aminorar con lo siguiente: Practicar deportes gradualmente para evitar el sedentarismo y fortalecer las articulaciones, tener una dieta sana y equilibrada, prevenir el sobrepeso u obesidad, usar un calzado que se ajuste a tus pies perfectamente, realizar estiramientos musculares y no sobresaturar las extremidades inferiores.

Suplementos alimenticios

Los suplementos nutricionales o alimenticios son productos que se distinguen por sus propiedades ricas en vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y/o hierbas. Razón por la cual, se recomienda que las personas complementen una dieta balanceada con estos suplementos para así aportarle al organismo las sustancias que necesita a la hora de garantizar un óptimo bienestar.

Otro método efectivo para mejorar los síntomas de un esguince en el tobillo consiste en consumir ciertos suplementos alimenticios que logran fomentar el cuidado articular, aliviar los dolores y eliminar las inflamaciones para acelerar el proceso de rehabilitación de un paciente.

Aquí, destacamos cuáles son esas sustancias necesarias para tratar una torcedura de esta categoría:

  • Ácido hialurónico: Esta sustancia se encuentra en numerosos tejidos y órganos del cuerpo humano y médicamente, es indicada para tratar el dolor articular y la rigidez, gracias a eso, puede calmar el dolor y acelerar la recuperación de un esguince o lesión de tobillo. Para esto, por lo general, los profesionales de la salud aplican dos inyecciones de ácido hialurónico a fin de mejorar el estado funcional de la articulación afectada. No obstante, de forma natural, los pacientes pueden consumir ciertos alimentos que estimulen dicho elemento en el organismo, ya sea: carne de res, ternera, cordero, pavo, pato, cereales integrales, arroz integral, levadura, perejil, cilantro, cacahuates, frijoles, tubérculos con almidón, pimientos verdes y rojos, etc.
  • Calcio: Se trata de un mineral esencial en el cuerpo humano que, principalmente, fomenta el vigor de los huesos y evita que estos se quiebren. Por ende, si tu organismo no posee un déficit de calcio, permitirá que la reconstrucción del tejido ligamentoso afligido por el esguince sea más rápida y eficaz, aparte de que le dará mucha más fuerza al tobillo lesionado después de su proceso de recuperación. Es por eso que, aconsejamos deglutir alimentos ricos en calcio, como: productos lácteos (queso, leche, yogur, etc.), salmón, sardina, frutos secos (nueces, avellanas, almendras, etc.), frijoles rojos, brócoli, col rizada, naranjas, albaricoques, pasas de corinto, higos, etc.
  • Vitamina C: Consiste en una sustancia fundamental para mantener la salud de los ligamentos y tendones, debido a que, participa en la síntesis de colágeno de alta calidad en el organismo y provee un efecto analgésico y antiinflamatorio cuando existe una lesión, como es el caso de los esguinces. Adicionalmente, resulta ideal para fortalecer el tobillo y el sistema inmunológico, lo que impide que los pacientes contraigan más enfermedades mientras tu cuerpo repara dicha articulación. Las mejores fuentes alimenticias de vitamina C, son: espinacas, coliflor, brócoli, repollo, toronjas, naranjas, piña, kiwi, melón, guayaba, papaya, patatas, pimientos rojos y verdes, etc.
  • Vitamina D: Otra vitamina capaz de fortalecer el tobillo tras una torcedura, es esta porque se encarga de absorber el calcio y fósforo necesario. Tomando en cuenta que, cuando se manifiesta un esguince en esta parte inferior del cuerpo, el organismo opta por usar los niveles de calcio y fósforo para agilizar el proceso de recuperación y regular el funcionamiento de la zona afectada. Por naturaleza, esta sustancia puedes obtenerla a través de la luz solar y aparte de ello, mediante productos como: atún, sardina, salmón, trucha, caballa, ostras, hígado vacuno, yema de huevo, queso y hongos, por ejemplo.
  • Colágeno: Específicamente, el colágeno actúa en la reparación de los ligamentos y tendones que se dañan cuando un individuo sufre un esguince en el tobillo (o lesión similar). Así, interviene en la salud articular y hasta fortalece los huesos de manera óptima. Por tanto, es relevante para mejorar los síntomas de una torcedura de este tipo y mejorar la movilidad de las articulaciones en su mayor esplendor. Por si fuera poco, la ingesta de colágeno de manera natural se distingue por eliminar el dolor y la inflamación en las articulaciones. En efecto, resulta esencial que consumas colágeno desde: huevos, leche, queso, pescado azul, carne, frutos secos, gelatina, fresas, cerezas, apio, aguacate, cebolla, etc.
  • Fósforo: Se estima como un mineral o nutriente esencial en cada una de las células presentes en el cuerpo humano. Valorando que, trabaja en conjunto con el calcio para mantener los huesos fuertes y es primordial para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los tejidos y células, aparte de que ayuda a atenuar el dolor muscular. Por lo tanto, se considera de gran ayuda para aliviar los síntomas provocados por un esguince de tobillo y para obtener sus beneficios, los pacientes deben comer cosas como: queso (de cabra, parmesano o romano), carne de res y de cerdo magra, frutos secos (nueces, almendras y anacardos), pescados (blanco, salmón y bacalao), al igual que tofu y otros productos ricos en soya.

Tratamientos de fisioterapia

La fisioterapia es una ciencia de la salud que, por medio de diferentes técnicas, prácticas y ejercicios, ayuda a que los pacientes que presentan limitación de movimiento por lesión o por cualquier otra causa, logren recuperarse de ello y mejorar la movilidad de las extremidades y las articulaciones.

En este caso, principalmente, el tratamiento se enfocará en reducir la inflamación, recuperar el tejido lesionado, devolver la movilidad normal, restablecer la amplitud de desplazamiento, optimizar la estabilidad y fortalecer el tobillo que ha sido impactado bruscamente, para así aumentar la fuerza y la flexibilidad de esta articulación esencial.

Los ejercicios que se pueden efectuar durante la rehabilitación de un tobillo lesionado, son los siguientes:

  • Ejercicios de movilidad: Normalmente, se realizan cuando inicia el proceso de sanación para que la persona pueda recuperar un rango normal de movimiento. Una de las prácticas utilizadas para esto, consiste en "escribir con el pie" después de colocar una bolsa de hielo por 20 minutos. Para eso, el paciente tendrá que trazar las letras del alfabeto en el aire y con el dedo pulgar del pie afectado, por tres veces al día hasta obtener el movimiento completo del tobillo.
  • Ejercicios de resistencia: Una vez la persona alcance la movilidad completa, el fisioterapeuta opta por comenzar con los ejercicios de resistencia empleando una banda elástica para hacer 30 repeticiones de cada ejercicio durante tres veces diariamente (descansando durante tres segundos por cada repetición). Para esto, se utilizan técnicas como: flexión plantar, inversión, dorsiflexión y eversión.
  • Ejercicios de fortalecimiento: También es esencial llevar a cabo prácticas que ayuden a fortalecer la articulación lesionada, al igual que mejorar la flexibilidad de los músculos gemelos y el tendón de Aquiles. Para lograrlo, principalmente, se tienen que practicar ejercicios que incluyan la movilización del tobillo en su amplitud natural de movimiento, doblando hacia atrás, adelante, adentro y afuera. También se pueden agregar ejercicios en posición de "puntillas" (contar hasta tres en posición de puntillas, primero con el pie hacia delante, después hacia dentro y hacia fuera).
  • Ejercicios de equilibrio o estabilidad: Son todos aquellos ejercicios que reducen el riesgo de sufrir nuevas lesiones, alrededor de un 50%. Uno de los más empleados en estos casos, se basa en mantenerse sobre la extremidad lesionada para elevar la otra haciendo pequeños saltos (como el juego "a la pata coja") durante un minuto (se puede realizar tres veces al día y repetir por 5 minutos en cada sesión).
  • Ejercicios funcionales: Para finalizar con el plan de rehabilitación y cuando se obtengan los objetivos planteados por el fisioterapeuta por medio de los ejercicios previos, es momento de iniciar con las prácticas funcionales para darle mayor fuerza a la articulación. Ya sea trotar, saltar, hacer carreras, desplazamientos laterales, brincar con los pies juntos, etc.

Medicamentos

En la mayoría de los hechos, cuando una persona sufre un esguince en el tobillo o en cualquier otra parte del cuerpo, opta por automedicarse con fármacos de venta libre (ibuprofeno, paracetamol y naproxeno, por ejemplo) para tratar de calmar el dolor y las molestias que siente por la lesión generada.

Sin embargo, esto resulta inapropiado porque es una práctica perjudicial que tiende a desencadenar otras patologías, debido a sus posibles efectos colaterales (diarrea, náuseas, mareos, desmayos, somnolencia, fatiga, adicción y en los peores casos, paros cardíacos).

Por consiguiente, antes de tomar cualquier medicamento, es primordial que el paciente tenga una cita médica con un especialista o traumatólogo que pueda analizar la afección de cerca y así, determinar la gravedad que esta ha alcanzado para proporcionar la diagnosis correcta.

Así, además de obtener el diagnóstico preciso del esguince de tobillo, el profesional de la salud podrá prescribir el tratamiento más idóneo y eficiente para atacar la dolencia con el objetivo de que la articulación pueda funcionar con normalidad nuevamente y el proceso de rehabilitación sea más rápido.

En ese sentido, junto con el tratamiento, seguramente formulará los fármacos más pertinentes para atenuar la lesión, tomando en cuenta algunos pormenores a fin de evitar la manifestación de cualquier efecto secundario nocivo.

Cirugía

Casi siempre, los esguinces o torceduras en el tobillo logran recuperarse con tratamientos no quirúrgicos. Es decir, realizando terapias alternativas, haciendo ejercicios de fisioterapia, ingiriendo varios suplementos alimenticios recomendados y consumiendo o aplicando los fármacos recetados por un especialista. No obstante, esto es posible cuando se trata de un esguince de primer o segundo grado.

Por consiguiente, si se manifiesta un esguince de tercer grado que consigue su mayor grado de gravedad, el proceso de sanación es diferente. Dado que, en la mayoría de los casos, resulta complicado remediar un tobillo que permanece inestable aún después de haberse sometido a un largo período de fisioterapia y prácticas de recuperación. Por lo que, es necesario realizar una cirugía para reconstruir el ligamento con tejido de otro ligamento/tendón cercano o reparar por completo un ligamento que no se curará.

¿Qué métodos de prevención para los esguinces de tobillo son los más efectivos?

¿Qué métodos de prevención para los esguinces de tobillo son los más efectivos?

A pesar de que numerosas lesiones de este tipo son ocasionadas por un accidente o suceso repentino, lo cierto es que las personas pueden adoptar diferentes métodos de cuidado o prevención a través de los cuales reduzcan sus probabilidades de padecer un esguince de tobillo.

  • Utiliza zapatos adecuados que calcen bien en tus pies: El hecho de colocarse un calzado que sea cómodo, se ajuste a la perfección (ejerciendo presión sobre el tobillo u otras articulaciones) y sea apropiado para la actividad, es esencial para evitar una torcedura de tobillo. Por eso, se aconseja no utilizar zapatos de tacón con frecuencia.
  • Practica deporte y mantente en buen estado físico: Esto te ayudará a fortalecer tus músculos y articulaciones, al igual que prevenir el sedentarismo. Sin embargo, no olvides que lo ideal es realizar ejercicio paulatinamente y no hacer un esfuerzo mayor del que tu cuerpo puede soportar en cada momento.
  • Realiza ejercicios de calentamiento antes de cualquier actividad física: Por defecto, el precalentamiento es primordial para entrenar la estabilidad y prevenir el desarrollo de lesiones por esfuerzos inadecuados durante el ejercicio.
  • Usa elementos inmovilizadores en el tobillo cuando sea necesario: Por ejemplo, puedes emplear una tobillera o protector/cinta en el tobillo para evitar que un movimiento brusco impacte la articulación directamente.
  • Conserva un peso corporal saludable y equilibrado: Ya que, el sobrepeso o la obesidad son uno de los principales factores de riesgo para contraer una torcedura en el tobillo (o en las extremidades inferiores).
  • Camina con mucho cuidado en las superficies irregulares: Si necesitas andar o correr por una superficie que no sea plana, evita realizar movimientos inapropiados y sé precavido durante toda la travesía.
  • No participes en actividades deportivas o extremas que desconozcas: Es valioso que evites todas las prácticas para las cuales tus tobillos no están acostumbrados o no se hayan preparado con anterioridad.
  • Haz ejercicios de estabilidad y equilibrio: Mientras los realizas, enfócate en desarrollar la propiocepción o capacidad de recuperar naturalmente el equilibrio, para así mejorar tu estabilidad y obstruir la aparición de lesiones en el tobillo.

Referencias

  1. Fong, D. T. P., Hong, Y., Chan, L. K., Yung, P. S. H., & Chan, K. M. (2007). A systematic review on ankle injury and ankle sprain in sports. Sports medicine37, 73-94. https://link.springer.com/article/10.2165/00007256-200737010-00006
  2. Wolfe, M. W., Uhl, T. L., Mattacola, C. G., & McCluskey, L. C. (2001). Management of ankle sprains. American family physician63(1), 93. https://europepmc.org/article/med/11195774
  3. Yeung, M. S., Chan, K. M., So, C. H., & Yuan, W. Y. (1994). An epidemiological survey on ankle sprain. British journal of sports medicine28(2), 112-116. https://bjsm.bmj.com/content/28/2/112.short
  4. Tropp, H., Askling, C., & Gillquist, J. A. N. (1985). Prevention of ankle sprains. The American Journal of Sports Medicine13(4), 259-262. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/036354658501300408
  5. Russell, J. A. (2010). Acute ankle sprain in dancers. Journal of dance medicine & science14(3), 89-96. https://www.ingentaconnect.com/content/jmrp/jdms/2010/00000014/00000003/art00003
  6. Nitz, A. J., Dobner, J. J., & Kersey, D. (1985). Nerve injury and grades II and III ankle sprains. The American journal of sports medicine13(3), 177-182. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/036354658501300306
  7. Derscheid, G. L., & Garrick, J. G. (1981). Medial collateral ligament injuries in football: nonoperative management of grade I and grade II sprains. The American Journal of Sports Medicine9(6), 365-368. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/036354658100900605
  8. Thompson, C., Kelsberg, G., & St Anna, L. (2003). Heat or ice for acute ankle sprain?. https://mospace.umsystem.edu/xmlui/handle/10355/2939
  9. Nunley, J. A., & Vertullo, C. J. (2002). Classification, investigation, and management of midfoot sprains: Lisfranc injuries in the athlete. The American journal of sports medicine30(6), 871-878. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/03635465020300061901
  10. Roach, C. J., Haley, C. A., Cameron, K. L., Pallis, M., Svoboda, S. J., & Owens, B. D. (2014). The epidemiology of medial collateral ligament sprains in young athletes. The American journal of sports medicine42(5), 1103-1109. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0363546514524524
Artículo añadido al carrito.
0 artículos - 0,00