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Esguince de rodilla

Los ligamentos son el tejido conectivo fibroso muy sólido y elástico que se encarga de enlazar los huesos entre sí para proveerles estabilidad en el seno de una articulación. En el caso de la rodilla, está se compone por cuatro ligamentos y cuando uno o varios de ellos son elongados súbitamente, se origina un esguince.

En ese sentido, los esguinces de rodilla se estiman como una patología de gravedad considerable, en vista de que los ligamentos sostienen la rodilla y mantienen la articulación en la posición correcta. Por eso, vale la pena conocer más de cerca este tipo de torceduras, sus causas, síntomas, tratamientos y métodos de prevención.

¿Qué es un esguince de rodilla y qué grados hay?

Si bien es cierto, la articulación central de los miembros inferiores está conformada por cuatro porciones ligamentosas que son: el ligamento lateral interno, ligamento lateral externo, ligamento cruzado anterior y ligamento cruzado posterior. Los cuales poseen la función de mantener la rodilla estable al unir los huesos en el seno de la articulación.

Pero, cuando alguno o varios de estos ligamentos de la rodilla sufren un brusco estiramiento o desgarro, automáticamente, se desencadena un esguince o torcedura de rodilla. Dicha patología, consiste en una lesión súbita que provoca la rotura parcial o total de los ligamentos colaterales, cuando se produce una extensión de los mismos de forma repentina.

Ahora bien, en función de su diagnóstico y/o nivel de gravedad, se distinguen tres tipos de esguinces de rodilla a partir de los cuales los profesionales de la salud pueden aplicar un tratamiento pertinente para someter al paciente  a una rehabilitación y normalizar el funcionamiento de su rodilla.

Así, clasificadamente, los tres grados de esguinces en la articulación central de los miembros inferiores que se conocen, son:

Grado 1

Es el caso más leve de todos los esguinces de rodilla que se difieren. El cual, consiste en el sobre-estiramiento de los ligamentos con muy pocas fibras rotas. Como consecuencia, no genera la ruptura del tejido ligamentoso y gracias a ello, el paciente es capaz de realizar movimientos completos en la articulación. Por ende, el dolor que se produce es muy tenue, existe poca hinchazón y no se desencadena una laxitud articular asociada, afortunadamente.

Grado 2

Básicamente, un esguince de rodilla de segundo grado es aquel que provoca una rotura parcial de los ligamentos (alrededor del 50% del tejido ligamentoso). Es decir que, se caracteriza por manifestar una ruptura fragmentaria de la porción ligamentosa y esto, tiende a producir un mayor dolor en la zona afectada. Además, el proceso de inflamación es más profundo o severo, también se observa una ligera inestabilidad articular y aparecen hematomas o cierta deformidad.

Grado 3

Se trata del esguince de rodilla más grave de toda la clasificación. Dado que, se muestra un desgarro completo de la porción ligamentosa o bien, más del 50% del ligamento. Por consiguiente, este tipo de torcedura se manifiesta una vez se rompen entre uno y dos tercios de las fibras del ligamento. Es por eso que, el individuo lesionado padece un fuerte dolor, la inflamación es mucho más acentuada, existe una equimosis y deformidad potente, al igual que la impotencia funcional de la rodilla impactada.

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir un esguince en la rodilla?

En general, un esguince de rodilla aparece cuando se propaga la hiperextensión de esta articulación, súbita y bruscamente. No obstante, más allá de esto, se conocen diferentes causas, motivos de riesgo a través de los cuales se desencadena el cuadro sintomatológico propio de una torcedura de tal clase.

Principales motivos que desatan la ruptura parcial o total de los ligamentos situados en la rodilla:

  • La práctica de deportes, como: fútbol, baloncesto, balonmano, karate, esquí, etc. es una de las principales razones por las que aparece un esguince de rodilla. Pues, por sus movimientos, desencadenan este tipo de lesión frecuentemente.
  • Un golpe o traumatismo directo en cualquier punto de la rodilla, también tiende a generar un esguince en esta articulación. Dependiendo del impacto, se determina su estado de gravedad.
  • Si el paciente tropieza y cae sobre las rodillas mientras están dobladas o es lanzado al suelo de manera agresiva, con seguridad, manifestará un esguince.
  • Otro de los móviles más comunes, consiste en los movimientos anormales y violentos con la articulación central del miembro inferior. Por ejemplo: aterrizar después de un gran salto, un giro rápido de la articulación con el pie apoyado sobre el suelo o cualquier actividad que cree un movimiento de torsión en la rodilla mientras el pie permanece bloqueado.
  • El hecho de correr, saltar, parar o cambiar de dirección repentinamente, casi siempre provoca los esguinces de rodilla.
  • El exceso y/o aumento repentino de las actividades físicas, incrementa el riesgo de padecer una afección de esta categoría.
  • La falta de coordinación y los problemas de flexibilidad por parte de una persona, también originan las torceduras, en muchos casos.
  • Realizar esfuerzos inadecuadas en los músculos y ligamentos asociados, potencia la aparición de un esguince en esta parte del cuerpo.
  • Si una persona presenta descomposición muscular, tiene mayores riesgos de sufrir una lesión.
  • Otros pacientes han desarrollado esta patología por no calentar ni realizar los estiramientos adecuados antes de iniciar una práctica deportiva.

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Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos un esguince de rodilla

Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos un esguince de rodilla

Para poder reconocer un esguince de rodilla, existen varios signos e indicios propios del cuadro sintomatológico de este tipo de lesión que permiten diferenciarla de otras afecciones similares para así recetar el tratamiento pertinente que pueda agilizar el proceso de recuperación.

Síntomas de una torcedura en la rodilla:

  • Dolor en la región del ligamento de la rodilla: El cual, es continuo cuando el paciente trata de caminar y su gravedad depende del nivel de gravedad que alcance el esguince.
  • Reducción de la capacidad de movimiento de la articulación y rigidez: (una flexibilidad limitada en las articulaciones).
  • Inflamación y enrojecimiento en el área de la rodilla: Valorando que, mientras más aguda sea la lesión, mayor será la hinchazón.
  • Moretones o hematomas causados por una hemorragia interna que es provocada por el trauma.
  • Crujido o chasquido doloroso en la articulación que el paciente puede sentir y escuchar.
  • Una notable sensibilidad al tacto en la rodilla.
  •  Incapacidad para mantenerse de pie sobre la pierna afectada.

¿Qué tratamientos hay para mejorar los síntomas de un esguince en la rodilla?

Las personas que padecen un esguince de rodilla, por suerte, pueden atenuar su dolor y todas las molestias generadas por medio de varios tratamientos que son ideales para regular el funcionamiento de esta parte del cuerpo.

Te damos a conocer las diferentes terapias alternativas que ayudan a acelerar el proceso de rehabilitación de forma efectiva:

Terapias alternativas y complementarias

Si bien es cierto, son varias las terapias complementarias que se caracterizan por proveer un efecto analgésico, antiinflamatorio y relajante para aliviar los síntomas propios de un esguince en la rodilla.

  • Terapia de frío y calor: Por defecto, el frío tiene la capacidad de reducir el dolor y la inflamación, por lo que se recomienda para aliviar las patologías musculoesqueléticas. Asimismo, el calor también aporta beneficios para calmar el dolor y ayuda a incrementar la circulación. Como consecuencia, la combinación de estas temperaturas se emplea en forma de terapia para mejorar los síntomas de un esguince de rodilla, en vista de que devuelve la movilidad en poco tiempo. Para implementarla, la técnica consiste en aplicar compresas frías en la zona durante 15 o 20 minutos y alternarlo con compresas calientes por el mismo tiempo. Esto, se puede realizar dos o tres veces diarias por 48-72 horas.
  • Terapia de compresión: Según indicaciones, también es recomendable utilizar la terapia compresiva en la rodilla. La cual, consiste en ejercer una presión controlada en una parte del cuerpo con un dispositivo elástico para normalizar el funcionamiento de la pared vascular y reducir la irrigación sanguínea que ayude a atenuar la dolencia. Para ello, en este caso, se debe emplear una venda elástica ajustada o una rodillera de compresión a fin de brindar soporte a la articulación y evitar que se mueva excesivamente mientras logra sanarse.
  • Terapia de masaje: Naturalmente, los masajes tienen la capacidad de relajar una zona tensionada. En consecuencia, muchas veces, es aconsejable tratar el esguince del ligamento colateral de la rodilla por medio de este tipo de terapia que se fundamentan en hacer masajes transversos profundos con el objetivo de reorganizar y proporcionar la orientación correcta a las fibras resultantes de la neoformación. No obstante, según el diagnóstico preciso del paciente, el experto deberá tomar las previsiones necesarias para hacer un masaje efectivo que desencadene una respuesta curativa en la rodilla afligida.
  • Remedios naturales con uso de plantas: Otra fórmula útil para mejorar las molestias causadas por un esguince en la articulación central de los miembros inferiores, se basa en recurrir a las medicinas inherentes que ofrecen diferentes remedios naturales con plantas para calmar el dolor, eliminar la inflamación y aportar un efecto sedante en las zonas lesionadas, gracias a sus propiedades natas. En ese sentido, para tratar el esguince de rodilla, generalmente, se recomienda lo siguiente: aplicar aceites naturales sobre la zona (ya sea de árnica, ricino, coco, oliva, ajo, cebolla, etc.), colocar infusiones de pimienta cayena en polvo, frotar cúrcuma con agua en la rodilla, beber infusiones de jengibre, tomar jugo de apio en ayunas, etc.
  • Hábitos de vida saludable: Los individuos con hábitos saludables, tienen una menor probabilidad de sufrir un esguince en la rodilla, mientras este no sea accidental. Es por ello que, para mejorar una lesión de tal tipo y hasta eludirla de por vida, resulta apropiado adquirir ciertos hábitos de vida que le ayuden al organismo a obstaculizar dicha clase de patologías y alcanzar un buen funcionamiento en general. Así, se aconseja practicar lo siguiente: Hacer actividades físicas con precaución y de manera gradual, usar el equipamiento necesario en la rodilla cada vez que se practique un deporte, evitar el sedentarismo y la obesidad con el objetivo de controlar el peso corporal, tener una alimentación balanceada y rica en nutrientes, realizar estiramientos de manera correcta, utilizar un calzado cómodo y adecuado.

Suplementos alimenticios

Los suplementos alimenticios, también conocidos como "suplementos nutricionales", son productos que contienen uno o varios ingredientes ricos en vitaminas, minerales, hierbas, aminoácidos y enzimas. De forma que, se consideran útiles para complementar una ingesta de alimentos saludable y balanceada.

Para tratar o mejorar los síntomas de un esguince en la zona de la rodilla, se recomienda deglutir este tipo de sustancias con el fin de que las articulaciones puedan adquirir un proceso de recuperación más eficiente y volver a funcionar con total normalidad. Para ello, por supuesto, son apropiados algunos suplementos alimenticios específicos que resultan ideales para atenuar los dolores, disminuir las inflamaciones y fomentar el cuidado articular, gracias a sus propiedades.

Así, a continuación, mencionamos los mejores para sanar estas torceduras:

  • Colágeno: Consiste en una proteína elástica que promueve la salud articular y fortalece los huesos de forma óptima, en vista de que está presente en la piel, los ligamentos, los tendones y otras estructuras flexibles del cuerpo. Por consiguiente, se destaca por intervenir en el mantenimiento de la movilidad de las articulaciones y gracias a eso, ayuda a atenuar los esguinces de rodilla favoreciendo la recuperación del movimiento en la zona. Aparte de eso, su ingesta es relevante para disminuir la inflamación y eliminar el dolor. El colágeno puedes obtenerlo a partir de: leche, queso, huevos, carne, pescado azul, gelatina, cerezas, fresas, frutos secos, aguacate, cebolla, apio, etc.
  • Ácido hialurónico: Corresponde a una sustancia que se sitúa en numerosos tejidos y órganos del cuerpo humano, de manera natural, tales como: tejido conectivo, cartílagos, líquido sinovial, epidermis, ojos, etc. Se puede consumir desde: perejil, cilantro, pimientos verdes y rojos, soja, tubérculos con almidón, calabaza, levadura, cacahuetes, cereales integrales, vainas o frijoles, arroz integral, carne de vacuno, ternera, cordero, pato y pavo.
  • Vitamina A: Se trata de una sustancia antioxidante que coopera en el mantenimiento y formación de tejidos, por lo que cuenta con la capacidad de regenerar tejido y fortalecer las articulaciones, además de que optimiza el funcionamiento del sistema inmunitario y varios órganos (pulmones, riñones y corazón). En consecuencia, es una vitamina fundamental para el organismo y también se distingue por reducir los síntomas ocasionados por un esguince. Está, puedes ingerirla por medio de los siguientes alimentos: huevos, leche, espinaca, zanahoria, mango, melocotón, papaya, pimiento, aceite de hígado de bacalao, etc.
  • Vitamina C: Es primordial para conservar la salud de los ligamentos y tendones, también se caracteriza por su disposición para desinflamar zonas lesionadas, calmar el dolor y fomentar una mayor síntesis de colágeno de alta calidad en el organismo. Gracias a esto, se considera una buena alternativa para mejorar el cuadro sintomatológico propio de un esguince de rodilla. Así, sus principales fuentes son: naranja, piña, kiwi, melón, papaya, mango, fresas, toronjas, pimientos rojos y verdes, patatas, espinacas, repollo, brócoli y coliflor.
  • Vitamina D: Se refiere a una sustancia que, principalmente, cumple con la función de absorber el calcio necesario para que el organismo opere de forma correcta y en consecuencia, se encarga de formar el sistema óseo, contribuye en la síntesis de los proteoglicanos y es capaz de mejorar las articulaciones. Por lo tanto, resulta apropiado consumirla para mejorar o evitar los esguinces y para ello, las comidas más eficaces son: sardinas, trucha, salmón, atún, ostras, caballa, queso, yema de huevo, hígado vacuno y hongos.
  • Vitamina E: Se define como un suplemento vitamínico vital para que tanto los ligamentos como los tendones puedan funcionar de la mejor forma posible. Por si fuera poco, esta vitamina se destaca por liberar citocinas y por ende, logra normalizar el volumen de la piel reuniendo células reparadoras de tejido, por lo que desencadena un efecto antiinflamatorio. Es por ello que, el hecho de consumir vitamina E resulta pertinente para atenuar los esguinces en cualquier zona del cuerpo y en este caso, los alimentos ricos en dicha sustancia son: aceites vegetales (girasol, germen de trigo, almendra, avellana y colza), salmón, sardina, anguila, palometa, aguacate, brócoli, cacahuetes, espárragos, espinacas y frutos secos.
  • Omega 3: Otro suplemento necesario para mejorar un esguince en la rodilla, es este ácido graso que tiene las propiedades básicas para calmar la hinchazón que se genera entorno a las articulaciones cuando sufren alguna lesión de tal categoría. Sumado a eso, el omega 3 corresponde a un aceite esencial que fortalece los vasos sanguíneo y optimiza el sistema inmunitario, el corazón y los pulmones. Para consumirlo, las mejores alternativas son: huevos, leche, yogurt, pescado azul, semillas de lino, nueces y aceite de oliva, canola, linaza o soja.

Tratamientos de fisioterapia

Afortunadamente, los especialistas en fisioterapia también pueden ayudar a aliviar los signos y síntomas provocados por una torcedura de rodilla. Dado que, esta ciencia de la salud cuenta con la potestad de ofrecer diferentes tratamientos para agilizar la evolución de la rehabilitación que requiere un paciente con esguince.

Valorando que, a través de ciertos ejercicios y técnicas, la fisioterapia resulta eficiente para disminuir el dolor, mejorar el movimiento, recuperar la fuerza y recobrar el balanceo articular, una vez se controle la dolencia correctamente.

Por su parte, a la hora de tratar la rodilla tras sufrir una lesión, generalmente, los profesionales de esta área se ocupan de realizar un plan personalizado que cuenta con diferentes ejercicios de fortalecimiento y propiocepción para que la articulación logre normalizarse.

Esto, dependiendo del diagnóstico preciso y conciso del esguince de rodilla del paciente. Ya que, según el nivel de gravedad y las molestias desencadenadas, se debe determinar un programa de recuperación particular y pertinente para evitar que la patología se agudice.

Medicamentos

Muchos pacientes que sufren un esguince en la rodilla, en primera instancia, lo que hacen es automedicarse con fármacos de venta libre para intentar atenuar los síntomas que ha provocado dicha lesión y especialmente, minimizar el dolor que sienten.

Sin embargo, esto no es recomendado porque puede resultar como una práctica perjudicial que termina desencadenando otras afecciones a la persona, es decir que, produce ciertos efectos secundarios verdaderamente riesgosos, tales como: diarrea, náuseas, mareos, desmayos, fatiga, somnolencia, dependencia y hasta paros cardíacos.

Es por ello que, si aumenta el dolor en la rodilla lesionada, la inflamación es mayor y las molestias no mejoran aún y cuando el paciente es sometido a un tratamiento terapéutico o inherente, lo más apropiado es visitar a un médico especializado en traumatología para que estudie el caso en cuestión.

Así, por medio de radiografías, imágenes de resonancias magnéticas y pruebas de esfuerzo, el profesional de la salud podrá proporcionar un diagnóstico preciso que ayude a formular el tratamiento más adecuado para así fulminar el esguince.

De tal modo, se logrará agilizar el proceso de rehabilitación del paciente con el objetivo de que su rodilla vuelva a funcionar como lo hacía regularmente, gracias a las terapias correspondientes y a los medicamentos más efectivos para atacar la dolencia.

Valorando que, a la hora de recetar dichos fármacos, el especialista tendrá que tomar en cuenta varios pormenores para prevenir un efecto colateral perjudicial, ya sean los antecedentes médicos, la tolerancia a los medicamentos, la edad, el estado de salud en general, el nivel de gravedad de la torcedura y las posibles alergias.

Cirugía

Por lo general, cuando se genera un esguince leve (de primer o segundo grado), los pacientes no deben someterse a procesos quirúrgicos para recuperarse de la lesión, ya que con ciertos medicamentos, terapias, ejercicios de fortalecimiento y remedios naturales; logran que la articulación funcione con normalidad de nuevo. Sin embargo, si el esguince de rodilla alcanza su máximo extremo de gravedad (es decir que, es de tercer grado e implica la rotura total de los ligamentos), se considera necesario realizar una operación.

Por ende, los esguinces de rodilla más graves requieren una reparación quirúrgica para restablecer la integridad de la rodilla y evitar la inestabilidad de la articulación. En ese caso, el procedimiento es llevado a cabo por un traumatólogo que, casi siempre, opta por practicar la cirugía a partir de una pequeña incisión y una sonda flexible de pequeño tamaño que se distingue como cirugía artroscópica.

Ahora bien, después de hacer la operación, es pertinente prescribir una buena rehabilitación y de esa manera, para poder obtener la recuperación total de la rodilla, el paciente tendrá esperar alrededor de 8 semanas (según cómo evolucione su regeneración).

¿Qué métodos de prevención para los esguinces de rodilla son los más efectivos?

¿Qué métodos de prevención para los esguinces de rodilla son los más efectivos?

Mientras no se trate de un accidente o eventualidad súbita, las personas que padecen una torcedura o esguince de rodilla cuentan con la posibilidad de prevenir esta lesión. Dado que, existen varios métodos por medio de los cuales es oportuno eludir las diferentes causas, móviles o factores de riesgo que tienden a desarrollar una ruptura parcial o total de la porción ligamentosa de esta articulación.

Te recomendamos practicar las siguientes recomendaciones:

  • Realiza actividades físicas gradualmente: o bien, incrementado el tiempo y la intensidad del ejercicio de forma pausada. De tal manera, aparte de tonificar la musculatura de la rodilla y las demás articulaciones, evitarás que se origine un esguince en esta zona a causa de un aumento repentino en el entrenamiento.
  • No olvides calentar o hacer un estiramiento antes de ejercitarte, correctamente: Con ello, ayudarás a relajar tus músculos y podrás reducir el estrés o la tensión acumulada en tu rodilla para así prevenir desgarros.
  • Utiliza el equipo de protección adecuado: Ya que, las rodilleras deportivas o los vendajes de rodillas, evitan que la articulación se mueva en la dirección incorrecta, al igual que, sostienen los huesos y ligamentos para evitar impactos súbitos.
  • También es importante evitar el sobrepeso u obesidad: En vista de que, los individuos que controlan su peso corporal y conservan un buen estado físico, tienen escasas probabilidades de contraer esguinces en las extremidades inferiores.
  • Escoge calzado que sujeten bien tus pies y calcen a la perfección: Pues, usar el calzado adecuado te permite mantener alineados tus pies correctamente dentro de los zapatos y así, además de la comodidad, hay menos riesgos de sufrir caídas o tropiezos cuando caminas o corres.
  • Asegúrate de tener una alimentación sana y equilibrada: Si combinas tu ingesta de alimentos diaria con los suplementos nutritivos o vitamínicos capaces de fortalecer las articulaciones (en cantidades apropiadas), tu organismo podrá adquirir la capacidad de obstaculizar el desarrollo de estas lesiones.
  • Opta por hacer ejercicios de propiocepción: Esto, a nivel terapéutico, es recomendado para que las personas se apropien del sentido de propiocepción que les informa acerca de dónde están las diferentes partes de su cuerpo en cada instante, al igual que sus movimientos. De esa manera, estos ejercicios garantizarán la protección de las fibras músculo-tendinosas ante un estiramiento o tensión brusca.

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