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Tendinitis del manguito rotador

Ten presente que una tendinitis en el hombro, y más concretamente en el tendón del manguito rotador provocará que no puedas mover el brazo y sientas dolor hasta en el cuello. Además, es probable que se inflame la articulación y puedan aparecer nódulos provocados por esta dolencia. Por tal motivo, es conveniente que conozcas de qué se trata esta tendinopatía y cuáles son las causas que la origina.

Esta información, explicada de manera sencilla, la vas a poder leer en los siguientes párrafos. Hablaremos de los síntomas que te ayudarán a advertir la presencia de esta lesión y cuáles son los tratamientos y métodos para prevenirla. Echa un vistazo.

¿Qué es la tendinitis del manguito de los rotadores?

En la articulación escapulohumeral y acromioclavicular confluyen músculos, tendones y huesos que contribuyen al movimiento del hombro, conociéndose a eso conjunto como manguito rotador. Aunque es capaz de soportar la tensión y el deslizamiento continuos, también pueden irritarse debido a un esfuerzo excesivo o por coger frío, entre otras causas.

Sin importar la razón, cuando son los tendones de los músculos infraespinoso, supraespinoso, subescapular o redondo menor los que se inflaman, entonces surge la tendinitis del manguito de los rotadores. Es una afección particularmente dolorosa, debilitante e incapacitante para el paciente.

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir tendinitis del manguito rotador?

Existen diferentes factores que ponen en riesgo la aparición de la tendinitis del manguito rotador. Mira a continuación los más frecuentes:

  • Sobretensión: Ciertas posiciones mantenidas por mucho tiempo aplican demasiada tensión en el hombro, provocando un trabajo excesivo de los tendones. Por ejemplo, cuando se tiende a dormir o recargar el cuerpo siempre de costado o al usar el ordenador sin descansar los brazos.
  • Movimientos repetitivos: El uso repetido de las articulaciones del hombro también provoca sobrecarga. No hay que olvidarse de que los cordones tendinosos están diseñados para soportar una determinada presión, al no permitir que el tejido se recupere, los tendones se irritan y se inflaman.
  • Síndrome de pinzamiento: También denominado síndrome de cuello de botella o síndrome subacromial. Es un espacio reducido que se genera entre los tendones y el acromion, provocando la inflamación. Sea por bursitis, cambios posturales o espolones óseos (por ejemplo, en el acromion) tal síndrome es un desencadenante directo de la tendinitis.
  • Lesiones, traumas, fracturas: El cuerpo tiende a reaccionar ante los golpes, caídas y cualquier otro impacto que sufran los tejidos o huesos. Más aún se incrementa el riesgo de inflamación si la zona ha sido lesionada o lacerada con anterioridad. Los cambios a causa de traumas en las estructuras óseas o fracturas también afectan esta articulación provocando la tendinitis.
  • Hombros calcificados: En esta enfermedad los tendones empiezan a acumular depósitos de calcio, por lo que la inflamación es inminente. De hecho, se le conoce como tendinitis calcificante del hombro. Afecta, por lo general a mujeres de entre 50 y 60 años.
  • Síndrome de hombro congelado o rígido: También denominada capsulitis adhesiva, se produce cuando la cápsula de tejido conjuntivo se engrosa. Como consecuencia las articulaciones del hombro se tensan perdiendo gradualmente el movimiento.
  • Actividades deportivas intensas: Los deportistas tienden a sufrir tendinopatías a nivel del hombro, dado que llevan los músculos y tendones al extremo. También se exponen aquellos que siguen una rutina de ejercicios (por ejemplo, para fortalecer la espalda) demasiado intensa.
  • Profesiones manuales: De igual forma, quienes ejercen profesiones manuales demandantes con los hombros pueden desarrollar tendinitis. Fácilmente el sobre estimulo por largas jornadas laborales colapsa los tendones.
  • Temperaturas gélidas: La permanencia en lugares fríos por mucho tiempo puede provocar el entumecimiento de la articulación del hombro, lo cual -ante un movimiento brusco- puede generar una tendinitis del manguito rotador.

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Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos tendinitis del manguito rotador

Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos tendinitis del manguito rotador

Conoce los principales signos que te ayudarán a advertir la presencia de una inflamación en los tendones del hombro:

  • Dolor: Los que padecen tendinitis del manguito rotador sienten un dolor agudo y tirante que les genera debilidad muscular en la zona. Tal dolor puede esparcirse desde el borde superior del hombro hasta el cuello.
  • Inflamación: Otro factor de la sintomatología es la hinchazón, la cual empezará a apreciarse de forma externa. En estos cuadros no solo los tendones se irritan, sino que las bursas que rodean a los mismos tienden a inflamarse también. Por esto, el hombro se notará recrecido y anormal al tacto.
  • Enrojecimiento: Es común que la piel se muestre rojiza externamente debido a la alteración inflamatoria. Esto sucede porque se está aumentando el flujo sanguíneo en la zona y hay cambios estructurales significativos en el tejido.
  • Poca movilidad: A causa de la inflamación desmedida, la articulación del hombro empieza a ver comprometida su movilidad. Por esto, es frecuente que al paciente le cueste trabajo llevar a cabo movimientos comunes. La sensación de pesadez también es frecuente en estos casos de tendinopatías de hombro.
  • Incremento del dolor al moverse: La zona articulatoria está resentida, inflamada y débil a causa del padecimiento. Además, por la hinchazón el espacio articular se estrecha. Por lo que, tantos cambios provocan sensación dolorosa en los nervios al intentar mover el brazo.
  • Aparición de nódulos: También es común encontrar bultos en la zona afectada. Esto se genera por la tensión constante que tiene el tendón, provocando que el engrosamiento se pueda ver desde la superficie de la piel.

¿Qué tratamientos hay para mejorar y curar la tendinitis del hombro?

En vías al mejoramiento del paciente se establecen diferentes líneas de tratamiento conservador para el hombro. De no funcionar, se utilizan medios más invasivos buscando producir el menor daño posible.

Echa un vistazo a estas terapias:

Terapias alternativas y complementarias

Observa las siguientes terapias que se aplican en este tipo de dolencia de forma complementaria:

  • Terapia de frío y calor: La terapia de contrastes entre temperaturas es muy valorada en la tendinitis, aunque la región del hombro es difícil de sumergir, se pueden utilizar compresas o pañuelos. Empleando frío y calor alternados por un lapso breve el proceso de recuperación se acorta debido a los efectos antiinflamatorios y analgésicos que posee. La temperatura debe oscilar entre -20° a -10°, mientras que el calor debe variar en unos 37° a 39°. Ambas aplicaciones no pueden superar los 20 minutos.
  • Terapia de compresión: Mediante prendas de compresión o vendas elásticas los médicos aplican presión en el hombro afectado. Básicamente, este método trata de contener la hinchazón para que no continúe afectando las estructuras tendinosas. A su vez, le proveen protección contra nuevas lesiones y le da cierta movilidad paulatina. Los vendajes igual deben ser colocados por un especialista para tener el nivel de compresión correcto.
  • Terapia de masaje: Existen distintos tipos de masajes que fomentan un proceso de recuperación indoloro. Uno de ellos son los automasajes dirigidos al supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y mayor. Algunos causan un dolor momentáneo, pero luego mejoran la tensión muscular. Hay que tener en cuenta que estos masajes transversos profundos deben ir orientados en contra de las fibras.
  • Terapia de acupresión: En contraste con la terapia de masajes, la acupresión utiliza los puntos de acupuntura como referencia, ya que en estos puntos es donde se busca aplicar presión manual de forma segura. Se utilizan los dedos para aplicar una suave presión en las zonas dolorosas y se busca un lugar relajado. Sin embargo, si la terapia no obtiene el efecto deseado en corto tiempo es conveniente suspender su uso.
  • Termoterapia: Este tratamiento se vale del calor como medio terapéutico, en especial en aquellos cuadros en los que el trauma inicial ya ha cedido, pero el dolor continúa. Esto se debe a que tiene un efecto vasodilatador que influye en el metabolismo y en las defensas del organismo. Es un medio analgésico y de generación de elastina, por lo que se aplica con diferentes elementos como compresas, saunas y ultrasonido, entre otros.
  • Remedios naturales con uso de plantas: Las plantas con efectos antiinflamatorios y sedantes como el aloe vera, el jengibre, la menta, la salvia o el romero son benéficas para aliviar los síntomas de la tendinitis del manguito rotador. La mayoría son aplicadas en la zona externa donde no hay laceraciones o heridas abiertas, aunque otras son tomadas o integradas en la dieta como es el caso del jengibre. Aunque son remedios populares nunca deben ser tomados sin supervisión médica.
  • Hábitos de vida saludable: Es probable que el paciente deba integrar nuevos hábitos en su rutina tras el cuadro agudo de tendinitis. Por ejemplo, alterar la rutina de ejercicio por una más suave, practicar yoga o colocarse vendajes preventivos puede ayudar. También es prudente vigilar la dieta añadiendo alimentos ricos en fibra, nueces, semillas, tomates y pescados.

Suplementos alimenticios

Es posible incorporar por medio de jarabes, pastillas o polvos diferentes nutrientes que ayudarán a la recuperación de la tendinitis. Entre los más recetados por los médicos se encuentran:

  • Glucosamina: Este es un suplemento natural especialmente indicado para mejorar la condición de tendones y articulaciones. Así el cuerpo puede recuperar la proteína que se produce de forma natural en el organismo y que se va perdiendo con los años.
  • Condroitina: Aunque más enfocada en la regeneración del cartílago articular también ayuda a la salud de tendones. Tiende a presentarse junto con la glucosamina y otros complementos asociados.
  • Omega 3: Es un suplemento dietético muy aplicado en la salud cardiovascular debido a los grandes beneficios que contiene. Este nutriente, presente en pescados, puede ser oportuno si la tendinitis está relacionada con la artritis o con una artrosis dado que contribuye a la salud ósea.
  • Ácido hialurónico: El AH por su parte no solo tiene usos estéticos, ya que tal compuesto se encuentra en múltiples tejidos del organismo para la captación de agua. Como esta propiedad se pierde con el paso del tiempo, muchas personas lo consumen como suplemento.
  • Colágeno: El colágeno es una sustancia ya presente de forma integral en los tejidos. Aun así, muchas personas requieren de su consumo vía oral o inyectado para disminuir los síntomas de la tendinitis.
  • MSM: El metilsulfonilmetano es un suplemento sintetizado que es eficaz para reducir el dolor, aunque hay que tener mucha precaución pues aún no hay suficientes pruebas científicas que lo avalen. Por tal motivo, es necesario recurrir al médico para su prescripción.

Tratamientos de fisioterapia

Algunos tratamientos incluyen:

  • Ejercicios de rehabilitación: En la fase media del proceso de rehabilitación es necesario adaptarse a los ejercicios de fortalecimiento. Estos permitirán que la articulación recupere movilidad, tonicidad y fuerza muscular. Suelen ser repeticiones, ejercicios fortalecedores y ejercicios pendulares.
  • Electrolisis percutánea Intratisular (EPI): Este es un tratamiento medianamente invasivo donde se inserta una aguja delgada (de acupuntura) en la zona dolorosa, la cual es guiada por ecografía para transmitir una corriente galvánica de baja frecuencia en la región. Su objetivo es destruir el tejido perjudicado y producir una inflamación natural que apunte a la vasodilatación. Es indicada en tendinopatías crónicas donde es posible complementar con otros tratamientos bajo anestesia (por ejemplo, la infiltración).
  • Radiofrecuencia Indiba: Tal tratamiento se vale de las ondas de radiofrecuencia como medio regenerativo. Es un método considerado seguro, inocuo y eficaz en patologías inflamatorias agudas y crónicas. Estas corrientes u ondas eléctricas estimulan la circulación sanguínea propiciando que el tejido sane de manera natural. Así se consigue un efecto sedante que requiere el paciente para obtener movilidad, incluso es recomendada por los especialistas tras una cirugía.
  • Ondas de choque: Usando dispositivos EMS fuera del cuerpo se transmiten ondas de sonido de alta frecuencia. Estas ondas de choque logran penetrar hasta el tejido consiguiendo un efecto vasodilatador. De esta forma, se estimula al propio organismo para que active las defensas naturales y sane de forma adecuada.
  • Descompresión y de coaptación articular: Son técnicas manuales o maniobras que ejecuta con precaución el fisioterapeuta buscando descomprimir la zona. Estos esfuerzos medios de manipulación procuran reducir la tensión y mejorar el espacio inflamado.
  • Punción seca: Utilizando agujas finas de acupuntura la punción seca busca generar alivio en este cuadro de tendinitis del manguito rotador. No es válida para todos los pacientes, de hecho, es el fisioterapeuta quien establecerá su necesidad.

Medicamentos

La terapia farmacológica incluye:

  • AINE: Ciertos fármacos como el Naproxeno, Ibuprofeno y demás pueden reducir la inflamación primaria. La continuidad y frecuencia del consumo debe ser regulado por un especialista, por lo que nunca debe automedicarse sin la supervisión del médico.
  • Corticoesteroides: La inyección de cortisona ayuda de manera significativa a mejorar la inflamación. Por lo general, se administra con un anestésico local para no causar más dolor en los tendones o articulaciones. Hay que tener presente que este tratamiento se utiliza cuando los conservadores han fallado y debe ser aplicado por un especialista en salud.

Cirugías

En casos avanzados de tendinitis de hombro es posible practicar intervenciones quirúrgicas, las cuales mencionamos a continuación:

  • Reparación del maguito rotador: La cirugía puede ir orientada a la reparación de uno de los tendones desgarrados en el manguito rotador utilizando anestesia general o regional. Estas técnicas se aplican para casos en donde la tendinosis ha ocasionado una ruptura parcial o total.
  • Bursectomía: Si la inflamación no solo se produce en los tendones, sino también en la bursa, es conveniente usar esta técnica de remoción.

Prevención para la inflamación de los tendones del hombro

Prevención para la inflamación de los tendones del hombro

Independiente de la condición de salud, profesión o actividades deportivas que realice una persona la tendinitis puede evitar.

Se listan a continuación las medidas preventivas más eficaces para este objetivo:

  • Realizar calentamientos en los hombros: Cualquier zona articulatoria debe estar bien preparada para el ejercicio físico intensivo. La mejor forma de hacerlo es a través del calentamiento previo. Con movimientos rotatorios, elevaciones, flexiones, extensiones y contracciones suaves de 15 minutos es suficiente. Dentro de estos, los ejercicios de estiramiento son imprescindibles.
  • Rutinas de ejercicios controladas: Evitando los ejercicios en posturas extremas, respetando la biomecánica y usando las cargas adecuadas es posible conocer el peso adecuado para nuestra condición física.
  • Variar los movimientos y ejercicios: Si se somete un solo hombro al mismo ejercicio probablemente se congestionará. Debido esto, lo mejor es variar las rutinas en diferentes ángulos y de forma coordinada.
  • Mejorar la propiocepción: Mantenerse estable y en una postura correcta es indispensable. Para esto, los ejercicios de propiocepción en atletas y en cualquier persona son muy útiles. Ayudarán a entender dónde se encuentran las partes de su cuerpo en relación al espacio en todo momento para evitar lesiones futuras.
  • Evita el sedentarismo: Las personas que no realizan actividades de forma frecuente son propensas a provocar una exigencia mayor en los tendones inmovilizados. Esto se debe a que los tejidos no están acostumbrados a trabajar y se recienten cuando se hace un movimiento brusco o se necesita realizar alguna tarea.

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