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Tipos de lesiones deportivas más comunes en el voleibol

El voleibol es uno de los deportes más populares que existen en la actualidad. Desafortunadamente, muchas veces surgen lesiones deportivas cuando practicamos vóley, ya sea durante un entrenamiento o partido. Conocer cada una de estas afecciones frecuentes y cómo prevenirlas es vital.

En este sentido, hemos preparado este post para decirte cuáles son las lesiones deportivas más comunes en el voleibol y algunos consejos para prevenirlas. ¡Vamos allá!

¿Cuáles son los tipos de lesiones más comunes cuando jugamos al voleibol?

Existen distintas lesiones comunes en el voleibol que podríamos mencionar. De hecho, los voleibolistas son propensos a sufrir afecciones en hombros, rodillas, tobillos, dedos, cabeza y espalda baja. Algunas de ellas se deben al sobreuso pero otras son causadas por un traumatismo.

Las lesiones más comunes en voleibol son:

Lesiones en el hombro

El voleibol involucra la repetida y extenuante realización de movimientos por encima de la cabeza. Estos incluyen: rematar, sacar (sobre la cabeza), bloquear, colocar y pasar. Al realizar estos movimientos de forma continuada suelen generarse patologías de hombro en el voleibol por uso excesivo como:

  • Tendinitis del manguito rotador: Esta afección por sobreuso consiste en la inflamación o irritación de los tendones del manguito rotador. Básicamente los síntomas son: inflamación local y dolor en el hombro que empeora con movimientos como empujar, tirar y elevar el brazo.
  • Pinzamiento de hombro: Ocurre cuando el acromion roza o pellizca al manguito rotador. Causa un dolor en el hombro que puede empeorar con movimientos, especialmente al levantar el brazo sobre la cabeza. Suele asociarse a tendinitis del manguito rotador y a bursitis subacromial.
  • Lesiones SLAP: Radican en el desgarro de la parte superior del labrum. Las hay de diversos tipos, la más usual conlleva la separación del labrum superior y del tendón del bíceps de la cavidad glenoidea. En general producen dolor en el hombro (con movimientos por encima de la cabeza), debilidad, crepitar y problemas de movilidad.

Lesiones en manos y dedos

Surgen debido a traumatismos que involucran el contacto con el balón (especialmente durante el bloqueo), la red, el suelo u otros jugadores. Estas lesiones afectan los dedos con mayor frecuencia aunque también pueden presentarse en el resto de la mano. Deben tratarse temprana y adecuadamente para evitar rigidez y deformidad articular a largo plazo.

Entre estas lesiones de mano y muñeca se destacan:

  • Esguinces: Radican en el estiramiento excesivo o desgarro (parcial o total) de un ligamento de la mano. Suelen ocurrir con mayor frecuencia en las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas de los dedos. Puede originarse debido a una caída o golpe. Los síntomas usuales son dolor, inflamación y moretones.
  • Fracturas: Consisten en el quiebre de un hueso de la mano. Es una lesión traumática que puede originarse por un golpe o aplastamiento. Causa deformidad, dolor, sensibilidad, inflamación, hematomas, dificultad motriz y entumecimiento.
  • Luxaciones y subluxaciones de dedos: Ocurren cuando uno de los huesos del dedo se sale de lugar. Son más frecuentes en las articulaciones medias. Son causadas generalmente por un golpe o fuerza que curve el dedo hacia atrás u otras direcciones forzadamente. Los síntomas comunes son deformidad, dolor, edema y limitación de movilidad.

Lesiones en la espalda

Los voleibolistas también presentan con frecuencia dolor en la región lumbar. Esto se asocia a los movimientos de rotación, flexión y/o extensión implícitos en este deporte que involucran la espalda baja. En la mayoría de los casos este dolor corresponde a:

  • Distensión lumbar: Radica en el desgarro parcial o total de los músculos y tendones de la zona lumbar. Es causada por la realización de movimientos muy forzados de esta zona como una torsión súbita. Ocasiona un dolor lumbar repentino que empeora con el movimiento, espasmos, sensibilidad e hinchazón.
  • Esguince lumbar: Se trata de la extensión en exceso o rotura (parcial o total) de los ligamentos pertenecientes a la espalda baja. Es ocasionado por una caída, accidente, golpe o mal movimiento. Genera un dolor lumbar que puede extenderse hasta las nalgas y muslos. También ocasiona problemas de movilidad.

Lesiones de rodilla

Entre los tipos de lesiones más comunes en el voleibol se encuentran ciertas afecciones sobre la rodilla. Ocurren debido a los saltos repetitivos, choques de rodilla (contra el suelo u otros jugadores) y giros repentinos que se dan en este deporte.

De este grupo de lesiones podemos destacar:

  • Esguince del ligamento cruzado anterior (LCA): Ocurre cuando el LCA sufre un estiramiento excesivo o una rotura (parcial o total). Es de etiología traumática y surge generalmente al cambiar de dirección repentinamente, desacelerar súbitamente, aterrizar de un salto incorrectamente o por algún golpe. Genera los siguientes síntomas, dolor, hinchazón, dificultad de movimiento y sensación de inestabilidad.
  • Tendinitis rotuliana (rodilla del saltador): Se presenta cuando el tendón rotuliano sufre pequeños desgarros. Es ocasionada principalmente por el uso excesivo de la rodilla. Produce dolor, rigidez y molestias en esta articulación.

Lesiones en tobillos y pies

Los voleibolistas también son propensos a sufrir estas lesiones, entre las que se destacan los esguinces de tobillo. Los continuos saltos, desplazamientos y rotaciones que involucran los pies son los principales factores de riesgo en esta categoría.

Entre las principales lesiones de este grupo se destacan:

  • Esguinces de tobillo: Consisten en el estiramiento antinatural o desgarro de los ligamentos del tobillo. Con frecuencia se afectan los ligamentos externos (esguince de tobillo por inversión). Se producen generalmente por una supinación forzada dada cuando un jugador aterriza sobre el pie de otro, lo que suele ocurrir durante un bloqueo o remate en la red. Dolor, sensibilidad, inflamación, hematomas, movilidad limitada, inestabilidad y crepitar son los principales síntomas.
  • Fascitis plantar: Radica en la inflamación de la fascia plantar. Generalmente se asocia al uso excesivo del pie, aunque en muchos casos no existe una causa directa. Se caracteriza por ocasionar un dolor punzante a nivel del talón.
  • Tendinitis del tendón de Aquiles: Consiste en la inflamación del tendón de Aquiles. Se considera una lesión por sobreuso causada al someter este tendón a una tensión intensa o repetitiva. Produce dolor en la parte posterior de la pantorrilla o el talón, rigidez e inflamación.
  • Fractura por estrés: Se trata de una pequeña fisura en un hueso causada por uso excesivo. Los voleibolistas son propensos a presentar este tipo de fracturas en los huesos del tobillo (tibia, peroné y astrágalo).
  • Disfunción del tendón tibial posterior (PTTD): Ocurre cuando el tendón tibial posterior no funciona adecuadamente por algún cambio o lesión sobre él. Esta afección se caracteriza por generar un pie plano y un tobillo doblado hacia adentro. Se origina principalmente por sobreuso.
  • Apofisitis del calcáneo: Radica en la inflamación del cartílago de crecimiento del hueso del talón (calcáneo). Se produce debido a una tensión frecuente o excesiva sobre este hueso. Es más frecuente en pacientes de entre 8 y 14 años de edad.

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¿Cómo prevenir las lesiones cuando practicamos voleibol?

¿Cómo prevenir las lesiones cuando practicamos voleibol?

En este bloque te enseñaremos a prevenir lesiones deportivas en voleibol a través de una serie de sugerencias. La verdad muchos jugadores suelen lesionarse al no tomar en cuenta estos consejos. Si tú no quieres correr con la misma suerte es fundamental que les prestes atención.

Para evitar lesiones en voleibol te sugerimos:

  • Realizar un buen calentamiento: Es vital realizar ejercicios de calentamiento por 15 o 25 minutos antes de un partido o práctica de voleibol. Así, el cuerpo se preparará para realizar la actividad física con un riesgo mínimo de lesiones. El calentamiento debe incluir: ejercicios de cardio (como trotar), movimientos articulares, estiramientos de músculos, ejercicios de intensidad, al igual que toques y pases con el balón.
  • Acabar los entrenamientos con un enfriamiento: Es fundamental realizar un enfriamiento luego de un juego o práctica de voleibol durante 20 minutos aproximadamente. Este debe incluir ejercicios de estiramiento muscular, actividades físicas suaves (como caminatas) y respiraciones profundas. Esto ayuda a restaurar la frecuencia cardíaca, la temperatura y la respiración a sus estados de reposo. Además, promueve el inicio de recuperación de los tejidos y la eliminación de sustancias tóxicas.
  • Buena nutrición e hidratación: Es muy importante que los jugadores de voleibol se hidraten y alimenten adecuadamente. Previo al entrenamiento o competencia es recomendable consumir un plato rico en carbohidratos, moderado en proteínas y bajo en grasas. Entre partidos de un mismo día es vital hidratarse y consumir alimentos como barras energéticas o frutas secas. Por último, dentro de un lapso de 1 hora luego de finalizar la actividad deportiva se deben consumir alimentos con una carga importante de carbohidratos y proteínas magras.
  • Mejorar tu estado físico: Tener un buen estado físico es vital en la prevención de lesiones deportivas en el voleibol. Por ende, quienes juegan este deporte deben realizar el entrenamiento adecuado para mantenerse en forma. Todo con el fin de conseguir la óptima fuerza, velocidad, resistencia, coordinación y flexibilidad.
  • Masaje deportivo: A través de los masajes deportivos el cuerpo del atleta es preparado para los esfuerzos posteriores en el voleibol. Además, se previenen lesiones y se promueve la recuperación de los tejidos que hayan sido lesionados. Estos masajes tienen lugar antes, durante o después del entrenamiento o competición.
  • Uso de terapias de frío/calor: La terapia de contraste (aplicación alterna de frío y calor) es de gran ayuda en el tratamiento de lesiones deportivas en vóley. Por un lado, el calor tiene un efecto vasodilatador que promueve la circulación y la relajación. Por el otro, el frío se comporta como un potente desinflamatorio y analgésico.
  • Uso de prendas de compresión: Las prendas de compresión (shorts, camisas, mangas, entre otras) aplican una presión beneficiosa sobre el cuerpo. Aumentan la circulación lo que promueve la desinflamación y la recuperación de tejidos. Igualmente, ayudan a aminorar la fatiga y vibración muscular así como el riesgo de lesiones. Además, proveen de una mayor conciencia corporal (propiocepción) y mantienen una temperatura óptima.
  • Uso de terapias de acupresión: La acupresión es una técnica de origen chino en la que se aplica presión sobre puntos específicos del cuerpo con las manos. Como resultado se consigue aliviar el dolor y la tensión muscular. Así, esta terapia resulta ideal para prevenir y tratar lesiones deportivas en voleibolistas.
  • Uso de termoterapia y crioterapia: Ambas metodologías son indicadas en el tratamiento y prevención de lesiones. Por un lado la termoterapia promueve la circulación acelerando la recuperación y relajando los músculos. Por el otro, la crioterapia tiene la capacidad de disminuir la inflamación y el dolor.
  • Uso de equipamiento adecuado: Contar con el equipamiento correcto es fundamental en la prevención de lesiones en voleibol. Por un lado, debes elegir la ropa y los calzados adecuadamente, de forma que sean cómodos y seguros. También es importante disponer de un balón de voleibol en buenas condiciones. Además, es recomendable utilizar rodilleras, coderas y tobilleras.

¿Cómo aplicar el método RICE para tratar las lesiones de primeros auxilios en jugadores de voleibol?

¿Cómo aplicar el método RICE para tratar las lesiones de primeros auxilios en jugadores de voleibol?

El protocolo médico RICE consiste en una serie de pasos de los que deriva su nombre. Estos pasos son: reposo (rest), hielo (ice), compresión (compression) y elevación (elevation). Se aplica en el tratamiento de lesiones en la etapa aguda, es decir, durante las primeras 48 o 72 horas después de producirse. También, existe un método similar llamado PRICE, que realmente es una actualización del método RICE con un paso nuevo: protección (protection). Aunque hay que decir que el RICE es el más conocido.

A continuación, te mostramos los pasos del método PRICE:

  • Protección: Consiste básicamente en proteger la zona afectada. En este sentido la actividad deportiva queda prohibida así como los movimientos lesivos. De hecho, es recomendable el uso de inmovilizadores como cabestrillos, tobilleras, entre otros.
  • Reposo: Se debe suministrar el reposo adecuado del área afectada durante un periodo aproximado de 48 horas. Cabe destacar que se recomienda la realización de movimientos no lesivos para evitar la rigidez.
  • Hielo: La aplicación de hielo es muy beneficiosa en caso de lesiones, pues ayuda a reducir el dolor y la inflamación. En este punto debes enfriar una compresa a 10 o 20 °C y colocarla sobre la lesión durante 20 minutos. Esto puedes hacerlo unas 6 u 8 veces al día.
  • Compresión: Comprimir correctamente la zona afectada promueve la circulación sanguínea, lo que ayuda a bajar la inflamación. Además, otorga una mayor rigidez y estabilidad. En esta etapa es usual vendar la herida con un tejido flexible que brinde cierta movilidad. Al realizar el vendaje no se debe apretar demasiado o podría cortarse la circulación.
  • Elevación: Elevar la zona lesionada ayuda a desinflamar y minorar el dolor significativamente. En esta etapa se debe colocar la zona afectada sobre una superficie acolchada, de forma que permanezca a un nivel por encima del corazón.

INFOGRAFÍA LESIONES VOLEIBOL

Referencias

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