- ¿En qué consiste el dolor en los gemelos y piernas y cómo identificarlo?
- Mejores productos para aliviar el dolor de gemelos
- ¿Qué provoca los dolores musculares en los gemelos y cuáles son las causas qué lo originan?
- ¿Qué tipo de enfermedades pueden causar dolor muscular en gemelos y piernas?
- ¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión de gemelo?
- ¿Cómo podemos aliviar el dolor en el gemelo mediante terapias complementarias y no invasivas?
- ¿Cómo aplicar el método RICE paso a paso para reducir el dolor en los gemelos, sóleo y piernas?
- ¿Cómo prevenir futuros dolores musculares en los gemelos y sóleos?
- ¿Por qué debemos evitar las pastillas e inyecciones para aliviar el dolor en las piernas y gemelos?
Si buscas los mejores remedios para el alivio del dolor en los gemelos has llegado a buen lugar. Y es que esta zona de la pierna destaca por la agudeza del dolor cuando sufre un daño y también, por ser propensa a sufrir dolores de manera bastante habitual.
¿Te duelen las pantorrillas y quieres evitarlo? ¿Quieres saber qué hacer para quitar el dolor de gemelos y prevenirlo? Descubre por qué duelen los gemelos, qué daños se producen para ello, los síntomas con los que se presenta y, por supuesto, en qué consiste precisamente este dolor y cómo podemos dictaminarlo o diagnosticarlo.
¿En qué consiste el dolor en los gemelos y piernas y cómo identificarlo?
El gemelo es un músculo bastante particular y del que tenemos constancia desde bien pequeñitos debido a que es uno de los que más se ve afectado por el día a día. Es por este motivo que identificar cuándo nos duele es bastante sencillo; más difícil resultará, eso sí, saber el motivo, aunque eso lo abordaremos después.
Conocido también por músculo gastrocnemio y se sitúa encima de la pantorrilla, en la cara posterior de la pierna, a todo lo largo, su forma es plana y con cierto volumen, está compuesto por las cabezas medial y lateral, que se inervan por el nervio tibial.
Es el músculo que queda más expuesto justo por debajo de la dermis. Bajo el gastrocnemio se encuentra el sóleo, formando, en conjunto, lo que se denomina como tríceps sural. Este se introduce en la articulación del tobillo con el tendón calcáneo, en su trayecto también atraviesa la rodilla.
Su principal función en nuestro organismo es posibilitar, junto con los pies, propiciar la marcha, así como permitir que nos sostengamos en las dos piernas (bipedestación). Es el músculo que provocará la flexión plantar al tiempo que ayuda a flexionar la rodilla de manera totalmente secundaria.
Cuando te duele el gemelo notas una tirantez muy fuerte así como un acortamiento del músculo. Sientes que el músculo no está completamente extendido sino contraído. El dolor suele ser más evidente al estar de pie, pero según la situación, notarás dolor también con las piernas flexionadas (sentado) o incluso en la cama.
Es posible que pierdas capacidad de movimiento en el tobillo y que incluso la circulación se vea alterada si no trabajas el músculo para recolocarlo y remodelarlo, pues posiblemente se provoque un pinzamiento neurovascular situado en el arco del sóleo. También puedes llegar a notar que tus dedos se colocan en forma de garra.
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¿Qué provoca los dolores musculares en los gemelos y cuáles son las causas qué lo originan?
El dolor de sóleo y gemelos ocurre por una contractura muscular de forma general, la cual, a su vez, puede ser producida por muchísimas circunstancias, como las que vamos a ver seguidamente:
Por traumatismos, golpes y caídas
Obviamente, cualquiera de estos aspectos hará que el gemelo y cualquier otro tejido de nuestro cuerpo puedan verse afectados de diferentes maneras que iremos viendo a lo largo del texto; es algo que nos ocurre en todo nuestro cuerpo.
Sin embargo, sí podemos destacar que el dolor de gemelos, sobre todo por golpes, puede ser irradiado. Esto significa que puedes caerte y golpearte en una zona cercana y que, por tracción mecánica, los tejidos se desplacen y termine doliéndote el gemelo. En cualquier caso, lo mejor es el reposo y amasar los tejidos implicados y cercanos para que vuelvan a la normalidad.
Al andar o correr
Generalmente ocurrirá porque ya tenemos una lesión y, obviamente, estamos haciendo trabajar un tejido que se encuentra en mal estado. Otro motivo muy común es que estemos realizando un mal apoyo con el pie, tanto al tocar el suelo como al hacer el recorrido con la planta.
Esto puede darse por no saber pisar al correr, por llevar zapatillas de mala calidad o zapatos con excesivo tacón alto. Lo que ocurre es un acortamiento de los músculos de la pantorrilla, no llegando a extenderse de manera natural y, por ende, realizando mal su función.
Cuando el tejido muscular del gemelo se acostumbra a calzados o pisadas erróneas, no es capaz de volver a funcionar de la manera anterior al dolor. A ello se suma el hecho de que el tobillo no suele moverse adecuadamente, perdiéndose rango de movimiento y obligando a los tejidos blandos a compensar la descompensación.
Si sientes un tirón muscular repentino al correr, lo más probable es que la lesión ocurrida sea una rotura muscular, ya sea total o parcial. La mayoría de diagnósticos en los que se presenta dolor en el gemelo trata, de manera directa o indirecta, una sobrecarga, lo que supone que el músculo duela tanto al estirarlo como al contraerlo.
Al levantar peso
Un peso demasiado elevado que se levanta haciendo fuerza con las piernas puede causar una lesión. Existen ejercicios específicos para fortalecer el gemelo pero, por supuesto, siempre hay que practicarlos con seguridad y con una correcta técnica.
Además, no es necesario estar ejercitándose para que ocurra una lesión, una simple tarea como una mudanza puede implicar un dolor inesperado, llegando a desgarrarnos este músculo por una mala colocación de la pierna o por escoger un mal centro de apoyo.
Dolor al dormir o al despertar
Cuando aparece un dolor en el gemelo cuando dormimos, lo común es que se trate de tendinitis del tendón de Aquiles, que hace que la pantorrilla se inflame en las primeras ocasiones y se degenere cuando se cronifica. Por supuesto, aspectos como la práctica de deportes intensos de manera inadecuada o demasiado abusiva, favorecen esta situación (sobre todo saltar y correr), otras enfermedades como el espolón calcáneo, pueden ser el origen de dicho dolor.
Por otro lado, no podemos olvidar la propia relajación muscular, que, cuando estamos dormidos es máxima. Si nuestro músculo es débil o no está entrenado, este padecerá una contractura con mayor facilidad, siendo incapaz de volver a relajarse. Otro motivo es la deshidratación sumado a un cansancio excesivo.
Dolor en reposo sin causa aparente
Esto ocurre cuando se ha producido una de las patologías que veremos a continuación, o bien no se está realizando correctamente el tratamiento o es demasiado pronto para notar una recuperación. El factor del sedentarismo o las posturas estáticas prolongadas suelen ser también una razón causante del dolor.
Trabajos de oficina o, en general, aquellos oficios que nos obligan a permanecer varias horas en una misma postura hacen que nuestros músculos inmóviles se vayan haciendo cada vez más débiles; entonces, ante cualquier circunstancia, el esfuerzo que tienen que hacer le resultará de mayor esfuerzo. La falta de ejercicio también hace que disminuya la actividad de la encima de la glucógeno sintasa, que es la enzima que sintetiza el glucógeno, sustancia necesaria para que los músculos cumplan sus funciones.
En algunas ocasiones también podría ocurrir que tengas un coágulo de sangre por pasar demasiado tiempo en cama y, por supuesto, en el momento de levantarte sientas dolor, más cuanto a mayor profundidad en la vena se encuentre este. La aparición de las varices son evidentes y fáciles de tratar si se detectan a tiempo. Vas a notar también pesadez, calambres, hinchazón, etc.
Por ejercicio y esfuerzos intensos
Un ejemplo en el que pocos pueden caer que pueda ser la causa de esta dolencia es un exceso de la tensión de los músculos de los muslos. Esto ocurre cuando practicamos deportes realizando mayores esfuerzos que la pierna puede soportar.
En cualquier caso, cuando hacemos más ejercicio de lo que nuestros músculos están capacitados para hacer o lo hacemos de una manera más intensa, los gemelos se resienten en distinto grado, llegando, como es lógico a doler; es lo que se conoce como sobrecarga muscular en los gemelos.
En el embarazo o por sobrepeso
El exceso de peso siempre va a suponer un sobreesfuerzo para todo nuestro cuerpo. Lo notaremos especialmente en las zonas más bajas como el empeine, el tobillo y, por supuesto, el gemelo y también la rodilla, pues son las zonas corporales que más peso extra están soportando.
El cuadro sintomático es el propio de cualquier desgaste: mayor pesadez en las piernas y en el empeine del pie, más facilidad para esguinces de tobillo, dolor en huesos y músculos, hinchazón y enrojecimiento de las piernas. La solución evidente es bajar de peso y, durante el embarazo, simplemente ser paciente y seguir las indicaciones del doctor, que variarán según el estado de gestación y de tus propias características físicas.
Por estrés y causas emocionales
El estrés no tiene como síntoma principal el dolor del gemelo o de la pierna de forma particular. Esta molestia en las piernas ocurre más tarde que en otras partes del cuerpo, ya que el cuello o la cabeza son más propensas a sufrir dolores por estrés.
Sí encontramos ocasiones en las que se llegue a producir una dolencia del gastrocnemio por estrés, siendo especialmente el calambre o la contractura las patologías que se presentan. Su tratamiento es sencillo, con suaves masajes y recolocación de los tejidos y dejando pasar el tiempo así como, por supuesto, tratando de eliminar el motivo de tu malestar.
Por mala circulación
La mala circulación nos hace mucho más propensos a sufrir sobrecargas musculares, especialmente si comenzamos a forzar el músculo de manera rápida e intensa. También se puede producir isquemia al mantener posturas estáticas.
Dado el caso, lo primordial es acostumbrarse a usar prendas compresivas específicas según tu flujo sanguíneo, trabajar los vasos sanguíneos con frío y calor, prevenir con baños fríos tras el ejercicio y, por supuesto, calentar más tiempo antes de hacer todas las actividades físicas que producen dolor en tus piernas y gemelos.
Falta de reposo
La falta de movimiento puede debilitar este músculo, sin embargo, el exceso de actividad física sin una buena preparación de nuestro cuerpo también puede producir daño. En función de tu actividad (tanto en tu trabajo como en el deporte), debes calcular y respetar unos tiempos de reposo para que los tejidos puedan recuperarse, se oxigenen y se nutran bien.
¿Qué tipo de enfermedades pueden causar dolor muscular en gemelos y piernas?
En cuanto a las enfermedades y patologías, tenemos que decir que son muchísimas las que pueden hacer que suframos dolor de los gemelos, aunque nos centraremos en las más comunes y con mayor recurrencia así como algunos casos menos conocidos y difíciles de diagnosticar.
Contracturas musculares
La contractura muscular es el tipo de causa más habitual por la que nos duelen los gemelos. Consiste en un acortamiento del músculo, que tiene puntos gatillo, que son los que hacen que se dé el dolor. Cuando ciertos músculos trabajan en exceso se acortan y van deformando el pie volviéndolo cavo, martilleando los dedos, abultándose el propio músculo gastrocnemio y consiguiendo que el calcáneo se aleje del lugar donde se inserta en el tendón de Aquiles. La zona afectada se endurece.
Como imaginarás, todo esta modificación tisular, sobre todo en los puntos más extremos, tiene consecuencias. El dolor es el primer síntoma, apareciendo al mover la pierna o apoyar el pie, pero se acompaña de abultamiento visual y al tacto de la zona (que también dolerá) así como una reducción del movimiento. Además, si no pones remedio, pues llegar al desgarro muscular.
Calambres musculares
El calambre es muy similar a la contractura en cuanto a síntomas. Resulta una patología más leve que consiste en el espasmo o contracción involuntarios de los músculos con dolor. Generalmente, este proceso es incluso visible. No tienen la mayor importancia en cuanto a consecuencias pero sí es recomendable poner atención a las causas, implican debilidad y ello puede conllevar a otros problemas que sí se podrían convertir en algo serio.
Distensión muscular
Del otro lado tenemos la distensión o lo que comúnmente conocemos como tirón muscular. Este consiste en la elongación de las fibras musculares. Es habitual que ocurra cuando realizamos cambios bruscos como aceleraciones o saltos, por calentar poco o mal o por realizar mal las actividades físicas con sobreesfuerzo. Otros motivos son un sobreuso del músculo o falta de reposo.
El dolor que aparece de forma aguda y repentina, tanto al contraer como al estirar el gastrocnemio, tal que nos incapacita para continuar con las actividades. Con la palpación encontramos bandas tensas dentro del propio músculo.
Rotura musculoesquelética
Si vamos u paso más allá, nos encontramos con la rotura, en la que el músculo se ve mucho más afectado, produciéndose un dolor mucho más intenso así como agudizándose otros síntomas. El gemelo se puede romper de manera parcial o incluso total (existen tres grados que clasifican la rotura del gemelo) y ocurre por mala práctica, poco o mal calentamiento, actividad en ambientes muy fríos y húmedos, traumatismos y golpes, etc.
Por supuesto, aunque la rotura de un hueso no sea una patología que cause directamente dolor muscular, sí que se considera este un síntoma secundario evidente. El hueso roto, se recoloca inadecuadamente, pudiendo clavarse o simplemente descansar sobre los tejidos, de manera no natural, irritándolos y presionándolos. Esta dolencia tiene un riesgo grave que requiere de atención médica inmediata y tratamiento quirúrgico.
Tendinitis
La tendinitis del tendón de Aquiles se produce a lo largo de todo el tendón (incluyendo la parte baja del gemelo), el dolor se presenta más intenso "en frío" y justo después de la práctica deportiva. Se produce por muchos motivos, desde un simple cambio de calzado con tacón hasta forzar la tracción cambiando el apoyo plantar, sufrir de hiperpronación, rutas de montaña etc.
Espolón retrocalcáneo
Este es un problema que produce dolor en los gemelos al tiempo que viene dado por su rigidez, sobrecarga o exceso de tono muscular. Precisa tratamiento ortopédico añadido al tratamiento de la propia causa, incluyendo osteopatía, masajes, etc.
Problemas con el glucógeno
La hormona glucagón es inhibidora de la formación de glucógeno y, además, favorece la rotura de este. Si la generamos por el motivo que sea, evidentemente, estamos haciendo que la glucosa vuelva a la sangre y se gasten las reservas de glucógeno, que son las reservas musculares de energía. Así, se empieza con el consumo de grasa adiposa, perdiendo tejido y debilitándose el músculo.
Cuando tenemos demasiada glucosa en sangre, podemos llegar a padecer neuropatía diabética, un daño nervioso propio de pies y piernas (cuando tenemos diabetes). Su sintomatología incluye entumecimiento y dolor de piernas en músculos, nervios e incluso huesos, y problemas con otros aparatos como el excretor o el digestivo.
Sarcopenia y falta de colágeno
La sarcopenia es la pérdida de masa muscular. Esta se da con la edad principalmente, al igual que la mayor dificultad para producir colágeno, sobre todo si nos referimos al caso del dolor en los gemelos, si bien, puede darse por otras causas.
Dietas hipocalóricas, bajas en minerales, postcirugías, falta de colagenasa u otros problemas para descomponer el colágeno son motivos más que suficientes para que se den síntomas como debilidad e instabilidad muscular, dolor tanto en los tejidos como en las articulaciones, etc.
Arteriopatía periférica
Las arterias se estrechan haciendo que el flujo sanguíneo aminore. Con ello, se produce dolor en la pantorrilla y también quemazón así como fatiga generalizada en las piernas. Al inicio se nota sólo al subir cuestas y andar largas distancias, pero después la resistencia de los tejidos es menor y los síntomas se producen cada vez más pronto, llegando incluso a hacerlo en reposo, momento en el que, sin duda, ya sólo queda acudir al médico.
Enfermedades degenerativas o crónicas
Existen algunas enfermedades degenerativas, más o menos conocidas, que también presentan este síntoma. Un ejemplo de ello es la pseudohipertrofía gemelar, que nos limita posturas y nos debilita las piernas. Incluye cambios en los discos vertebrales de obvio carácter degenerativo, así como infiltración lipídica entre el tejido muscular.
Un ejemplo de dolor irradiado al gemelo y a la pierna es la enfermedad del disco lumbar, que consiste en la deshidratación de estos discos, degenerándose y reduciendo su flexibilidad hasta hacer que la zona duela de manera prácticamente continuada en estado avanzado.
¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión de gemelo?
Hemos visto que existen muchas lesiones y, aunque diferentes, los síntomas que presentan son similares en unos y otros casos. Aun así, conocerlos te servirá muy positivamente para descartar ciertos problemas y hacerte una idea de qué te ocurre exactamente.
Tipos de síntomas más comunes
Ante una lesión en los gemelos, vas a dar con síntomas como los siguientes:
- Dolor: La molestia puede ser más o menos moderada pero, por lo general, en esta zona la notamos intensamente. Lo encontramos muy localizado en este caso y conforme se extiende al resto de tejidos se va haciendo más leve, llegando, incluso, a abordar toda la pierna en su zona posterior, desde el talón hasta la rodilla.
- Hinchazón: Raro es el caso de hinchazón como tal debido a que la zona se inflame como defensa. Lo que sí nos encontramos, muy a menudo, es el cambio en la postura del músculo, que se vuelve más abultado e incluso llegamos a ver, en ocasiones, prácticamente bolas de carne.
- Rigidez: Desde luego, es un síntoma común en casi cualquier caso si consideramos rigidez como que el tejido se vuelve más duro de lo habitual, pues prácticamente esto va unido al dolor en todos los casos. Sin embargo, hay que diferenciar la verdadera rigidez, que supone que el músculo, el tejido como tal, pierda motilidad.
- Reducción de movimiento: El propio dolor y la rigidez nos impiden mover con normalidad el músculo al tiempo que realizar acciones como ponernos de puntillas. No es grave y desaparece rápidamente al poco de recuperarnos.
- Hormigueo: Este síntoma sólo ocurre una vez el músculo va volviendo a la normalidad pero aún sigue debilitado. Se acompaña de sensibilidad al tacto y también el propio dolor previo. Las enfermedades y demás patologías como tales no hacen que se presente hormigueo en el gemelo.
- Bloqueo tibial: En carga, el sóleo y los flexores son capaces de bloquear la tibia hiperextendiendo la rodilla al modificar el ángulo de su posición
- Irritación del tendón de Aquiles: Este tendón se estira en exceso y se va irritando al andar debido a que no puede amoldarse a la forma de los huesos del pie.
Tipos de síntomas según la zona
- Dolor de la parte superior del gemelo: Es el que se da en la mayor parte de los casos, pues es donde el gemelo es más accesible, más grande y más completo. Es aquí donde encontramos todos los síntomas que acabamos de ver y, por supuesto, la zona en la que se forman esas bolas de tejido tan dolorosas.
- Dolor en la parte inferior del gemelo: Este se presenta cuando las patologías son propias de la zona inferior, como el tendón, el talón o el tobillo. La intensidad depende del tipo de problema que estemos padeciendo. Por lo general, no es un dolor tan agudo como cuando tenemos problemas en el gemelo propiamente dicho. La zona, si se inflama, lo hace por igual y la palpación no suele ofrecer información tisular afectada ni tampoco hace que el dolor sea mucho más fuerte de cómo lo sentimos sin tocarnos.
- Dolor en una cabeza del gemelo: Este puede ser simplemente porque el sobreesfuerzo se dé en uno de ellos, siendo el dolor mucho más fuerte en uno que en el otro. Por otro lado, podría ocurrir un desgarro o rotura de sólo una de las cabezas o que otros problemas como fracturas o torsiones de tobillo afecten únicamente a una de las partes.
¿Cómo podemos aliviar el dolor en el gemelo mediante terapias complementarias y no invasivas?
Es evidente que el síntoma principal cuando nuestros gemelos se ven afectados es el dolor, muy característico, de hecho, en la mayoría de los casos. Descubre las maneras naturales, complementarias y alternativas a los fármacos que puedes usar para que tus músculos se sientan mucho más cómodos.
Terapia de masaje
El masaje es el recurso principal para prácticamente cualquier problema de gemelos, pues estos suelen ocurrir debido a que cambian su forma o posición. El amasamiento del tejido muscular revertirá fácilmente esta situación.
Los movimientos que se deben buscar son los que relajen los tejidos musculares, no quedándonos sólo en los gemelos sino masajeando toda la pierna, desde los isquiotibiales hasta los sóleos. El masaje de descarga es el más beneficioso para tratar las molestias y dolores en la parte baja de las piernas.
Crioterapia
Esta terapia consisten en la colocación de frío en la zona dolorida para descongestionarla y producir un efecto de analgesia y sedación. Debes colocarte compresas frías o bolsas de gel frío en los gemelos, como alternativa puedes sumergir las pantorrillas en agua helada después de haber sufrido la lesión durante los dos o tres días siguientes dependiendo de su gravedad. Es una manera rápida, muy sencilla y básica de primeros auxilios.
Después de los entrenamientos o días de mucha carga laboral, sería interesante usar esta técnica, tanto para aliviar el dolor en los gemelos como para prevenirlo. Eso sí, recuerda que estando lesionado no se recomienda realizar ejercicios intensos, solo de recuperación complementando con masajes y estiramientos.
Termoterapia
La termoterapia es ideal en los muchísimos casos en los que nuestro tríceps sural y gastrocnemios ya están deteriorados y remitimos dolor de manera más o menos habitual (existe cierto grado de dolor crónico). También es aconsejable usar la termoterapia en los casos de dolor referido, es decir, debido a otros problemas y, por supuesto, cuando hayamos sufrido una lesión y ya hayan pasado tres días pero sigamos doloridos.
Usar la termoterapia es realmente sencillo, puedes acudir a manos de expertos en fisioterapia pero también desde casa, con la simple aplicación de sacos térmicos para microondas podremos disfrutar de los beneficios de la aplicación de calor, se recomienda no usar más de 20-25 minutos en cada aplicación.
Terapia de frío y calor
Se trata de uno de los métodos predilectos para el alivio del dolor en los gemelos y cualquier otro grupo muscular. Lo que se hace en estas sesiones es aplicar frío y calor de manera alterna en la zona, en este caso en las pantorrillas. Se puede hacer colocando paños empapados en aguas a diferentes temperaturas o bien, directamente, haciendo inmersiones de las piernas, otra alternativa mucho mejor es usar bolsas de gel frío y sacos térmicos para microondas.
La terapia de contraste es excelente como terapia para dolores con foco; el frío adormece para reducirlo y el calor nos calma, normaliza el riego sanguíneo y nos oxigena para volver a la normalidad. Esta terapia se llevará a cabo en el caso de que nuestro tríceps sural esté malnutrido. Uno de los objetivos de los baños de contraste es precisamente favorecer la nutrición de los tejidos gracias al constante ejercicio de flexibilidad capilar, y la renovación general que se da de estos.
Terapia de compresión
La terapia de compresión nos facilitará la recuperación de dolores y contracturas musculares en nuestras piernas y gemelos, gracias a que ejerce una presión controlada en las paredes de nuestra dermis, facilitando el riego sanguíneo y evitando las vibraciones musculares debido al movimiento.
El uso de medias de compresión y calcetines compresivos están recomendados no solo para recuperar la zona dañada, sino también como método preventivo y mejora de rendimiento en las actividades deportivas o laborales de gran esfuerzo, por tanto el uso de pantorrilleras están altamente recomendadas.
Otras terapias alternativas efectivas
Aun así, quedan muchas otras terapias, quizás menos usadas pero igualmente importantes y que pueden ayudarnos de manera natural en el alivio del dolor en los gemelos.
- Acupuntura: La acupuntura, al igual que la acupresión, no son especialmente utilizadas en este caso. Aun así, existen, por supuesto, zonas en las que podemos trabajar con esta terapia. Si los problemas vienen dados porque se han inervado los nervios tibiales, debemos actuar sobre la S1 y si la inervada es la piel cubriente, tenemos L4, L5 y S2 para punzar.
- Kinesioterapia: Esta terapia la ocuparemos a nivel básico, de manera que aprovechemos de ella las bondades que una buena sesión de estiramiento, tanto al despertar como antes y después de entrenar podamos recibir.
- Osteopatía: Un osteópata va a hacer un trabajo muy completo al respecto puesto que muchísimas de sus cualidades son beneficiosas para el dolor gemelar. Relaja las fibras para elongar el músculo y evitar los calambres, equilibra las tensiones con la musculatura antagonista, ayuda en la vascularización del tríceps sural y dinamiza el movimiento contracción-elongación.
- Electroestimulación: Se utilizan electrodos (su actividad es similar a la de un desfibrilador) que se colocan en el comienzo y el fin de los gastrocnemios así como en su vientre muscular. Es un esencial en prevención deportiva para evitar los calambres postejercicio pero, por supuesto, también recoloca los tejidos y los relaja, reduciendo el dolor y dificultando que este se dé.
- Remedios naturales con uso de plantas: No se usan comúnmente porque no existen especies específicas para este músculo. Sí encontramos algunas que actúan como relajantes musculares a nivel general, como son la pasiflora (en gel o aceite), la lavanda (en aceite), el romero y la manzanilla (como infusión, para beber, ambas). Para las contracturas tenemos el hipérico, el harpagofito y la valeriana.
¿Cómo aplicar el método RICE paso a paso para reducir el dolor en los gemelos, sóleo y piernas?
Los remedios básicos para reducir el dolor de zonas musculares son muy parecidos y comienzan, salvo excepción, con el conocido método RICE. Este es considerado apto para aprender y aplicar en primeros auxilios, se actualiza y, a día de hoy, tenemos una actuación prácticamente idéntica conocida como método PRICE y que implica:
- Protección: Protege la zona de la manera más oportuna. En el caso de la pantorrilla, habrá que considerar si existe una herida para limpiarla o cubrirla o incluso parar una hemorragia. También debemos ponernos a salvo de males mayores.
- Descanso: Intenta guardar un reposo, primero absoluto hasta tener un diagnóstico médico, y después relativo (a no ser que se te indique lo contrario). Esto se debe a que la inoperancia de los tejidos, como ya hemos visto es, de por sí, un motivo para que estos se debiliten y nos duelan. No debemos hacer vida normal pero tampoco quedarnos 24 horas al día en la cama.
- Hielo: El siguiente paso es aplicarte frío en los gemelos y, en general, en la zona dolorida y sus alrededores. Con esto reducimos el caudal de sangre al tiempo que funciona como un analgésico suave, restándonos algo de dolor mientras tenemos los tejidos a baja temperatura.
- Compresión: Para tratar de devolver la forma natural tanto a los gemelos como al soleo se debe escoger un vendaje compresivo o bien una prenda específica de este tipo, capaces, en cualquier caso, de actuar de manera que sostengan los tejidos al tiempo que los recolocan. Así la recuperación es más rápida, se evitan recaídas y también conseguimos que el dolor sea menor durante el tiempo que estamos doloridos.
- Elevación: La elevación consiste en que la zona afectada se mantenga en alto, aunque no tiene que ser demasiado. Se aconseja, simplemente, hacerlo por encima del corazón, de manera que evitemos al máximo aumentar el flujo sanguíneo. Aprovecha los tiempos de reposo para ello.
¿Cómo prevenir futuros dolores musculares en los gemelos y sóleos?
Sin duda, este es uno de los casos en los que la prevención es más sencilla, al igual que también lo es la afectación en estos músculos. Prueba con los siguiente:
- Prendas y complementos específicos: Si sufres dolor en la zona o practicas deportes que la ponen en riesgo lo mejor es que, de manera preventiva, uses prendas y complementos específicos. Ponte taloneras medidas de silicona para corresponden la contracción o elongación de tu mus músculos, gemeleras de compresión, medias compresivas, etc. Por supuesto, realiza cada actividad con el tipo de ropa y calzado que corresponda, de manera que siempre te encuentres cómodo.
- Dieta: Mantente siempre hidratado y toma cantidad de minerales como el potasio (aguacate, papaya, plátano, almeja). calcio (leche, boquerón, salmón, gamba, col rizada), magnesio (espinaca, nuez, soja, semillas), frutos rojos (arándanos, cerezas, granada), cúrcuma, requesón, cafeína, cacao y mucha proteína.
- Ejercicios preventivos específicos: Ponte en manos de un experto para aprender cuáles son los ejercicios preventivos para el alivio del dolor en los gemelos y practícalos con la periodicidad que se te indique. No tengas pereza porque son facilísimos.
- Terapia de contraste: Ya hemos visto que es muy buena para reducir el dolor de los gemelos pero también es un esencial como preventivo porque alimenta los tejidos.
- Preparación física: Antes de comenzar a hacer ejercicio o de realizar esfuerzos con esta parte del cuerpo haz estiramientos oportunos, que también debes conocer. Con un par de minutos te aseguras de no forzar las pantorrillas y todo lo que ello conlleva.
- Deporte adecuado: Practica los ejercicios adecuados para ti específicamente, considerando tu peso, tu altura, tu fuera, tus capacidades, las enfermedades que tengas o a las que seas propenso, etc. Nunca trabajes zonas débiles ni de manera desconocida o inadecuada o te lesionarás con mucha facilidad. Haz del deporte un ejercicio para los gemelos antes que una actividad física general, preparándolos y mejorándolos día a día para que la debilidad vaya desapareciendo.
- Descansos: Realiza descansos si llevas mucho tiempo realizando actividad muscular de alta intensidad, por ejemplo, por tu tipo de trabajo, por el tipo de deporte que practicas etc.
- Higiene postural: No te mantengas en posturas estáticas, ve cambiando cada cierto tiempo, especialmente si estás de pie o con las piernas cruzadas. Aprende qué posturas son más adecuadas para cada actividad y descubre cómo dormir de manera cómoda para ti.
¿Por qué debemos evitar las pastillas e inyecciones para aliviar el dolor en las piernas y gemelos?
Sin duda existen muchos motivos por los que te aconsejamos que no te automediques para el alivio del dolor en los gemelos.
El primer punto y que seguro que no es la primera vez que escuchas es el problema de la automedicación. Existen productos de farmacia que son de venta libre sin reparar realmente cual es su composición. Desgraciadamente, y aunque no pasa siempre, la automedicación, ya sea porque en otra ocasión nos ha ido bien, entraña muchos riesgos. Estamos tomando sustancias químicas que no conocemos y que van a afectarnos de manera diferente según nuestras propias circunstancias.
Es importante saber que los fármacos de venta libre que vas a poder comprar por tu propia cuenta no implican la curación de tu problema, sólo te van a quitar el dolor. Esto significa que son temporales, pero sus compuestos sí permanecen por mucho más tiempo en nuestro cuerpo; ¿Merece la pena?.
Además, tanto prescritos como los que compramos por nuestra cuenta, los medicamentos tienen efectos secundarios. Sin embargo, si tenemos otras maneras de deshacernos de ese malestar, ¿Para qué arriesgarnos a padecer un efecto secundario o adverso?
No olvidemos que son muchas las soluciones que existen y que no implican tomar ningún tipo de pastillas. En cualquier caso, si padeces mucho dolor, recuerda que siempre tienes la opción de acudir a tu médico y que sea este quien, una vez habiendo diagnosticado tu caso, considere usar medicamentos en tu tratamiento o enviarte a un especialista para otras pruebas de diagnóstico.
Referencias
- Bordoni, B., & Varacallo, M. (2018). Anatomy, bony pelvis and lower limb, gastrocnemius muscle. https://europepmc.org/article/NBK/nbk532946
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