- Definición: ¿Qué es la fascitis plantar o inflamación de la fascia del pie?
- ¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir fascitis plantar?
- Mejores productos para alivio del dolor de pies
- Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos inflamación de la fascia del pie
- ¿Qué tratamientos hay para aliviar el dolor y curar la fascitis plantar?
- ¿Qué métodos de prevención para la fascitis plantar son los más efectivos?
- F.A.Q: Preguntas frecuentes
Entre las afecciones podológicas, la fascitis plantar es un trastorno que suele ceder con tratamiento conservador. El 95% de los casos de fascitis en el pie tiene cura, aunque el proceso de mejora sea gradual y lento. Por supuesto, esto requiere revisión médica, reposo, fisioterapia y otro tipo de terapias conservadoras.
Si quieres conocer de qué se trata esta lesión en la fascia plantar, te invitamos a que continúes leyendo este post hasta el final. Te mostraremos de forma fácil por qué surge esta dolencia y cómo puedes prevenirla. No te pierdas las preguntas frecuentas de esta inflamación de la planta del pie.
Definición: ¿Qué es la fascitis plantar o inflamación de la fascia del pie?
La fascitis plantar es una irritación del tejido conectivo o fascia que se ubica en la parte inferior de los pies. Este tejido fibroso y grueso conecta el hueso calcáneo del talón hasta la base de los dedos del pie, en condiciones normales da estructura a los tejidos, soporta y ayuda a mantener el arco plantar. Sin embargo, por el sobreuso, sobrepeso y otros factores tiende a inflamarse.
De esto surge un dolor punzante y focalizado a nivel inferomedial del talón, el cual es el síntoma típico de esta lesión. Aunque pocos casos son graves y es un trastorno común en la población, es un cuadro incapacitante para el paciente porque le impide ejercitarse, moverse, caminar o estar de pie por largo rato. Si no se atiende a tiempo podría empeorar volviéndose un trastorno crónico que puede generar otras complicaciones más graves.
¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir fascitis plantar?
Como es de esperarse los corredores, gimnastas y futbolistas son propensos a la inflamación de su fascia, pero los atletas de alto nivel no son los únicos afectados. Al menos un 11% de la población ha sufrido este mal, mientras que las mujeres, mayores de 50 años poseen mayores probabilidades de padecer esta dolencia.
Pero estos no son los únicos factores, existen diversas causas que pueden generar una fascitis plantar. Veamos con más detalle cuáles son:
- Uso excesivo de los pies: Los pies son zonas relativamente pequeñas del cuerpo que soportan de forma constante todo el peso corporal, realizan fuerza para caminar y reciben tensiones casi permanentemente. Cuando se camina demás, se está mucho tiempo de pie o en una mala posición la fascia también se hincha. En medio de la fase de apoyo de la marcha la fascia plantar se somete a microtraumatismos y tracciones continuadas que pueden provocar una inflamación.
- Trastorno en la pisada: Cuando en la pisada el pie arroja la carga hacia el lado interno (pronación) es probable que se sufra de fascitis plantar. Esto puede ser tratado y diagnosticado luego de un estudio de la pisada para mejorar la situación clínica del paciente.
- Acortamiento muscular: Si algún músculo cercano a la articulación del pie se encuentra tensado, la fascia se resentirá. Quizá la sobretensión muscular se deba a trastornos biomecánicos, tendinitis, contracturas o enfermedades reumáticas.
- Sobrepeso: El aumento desmedido de peso corporal expone a los tejidos del pie a un sobreesfuerzo continuo. Dicha presión extra genera que la fascia se hinche con facilidad aumentando las posibilidades de la aparición de la fascitis plantar.
- Uso de tacones: El uso de tacos en los zapatos genera diversos trastornos en el aparato locomotor, entre ellos la fascitis plantar. Esto se debe a la exposición exagerada de los músculos y tendones (por ejemplo, el tendón de Aquiles) a un acortamiento. Además, altera la pisada provocando mayor tensión en la fascia.
- Llevar calzado inadecuado: No solo los tacones pueden provocar una lesión en la fascia, sino también cualquier calzado que modifique la pisada. Por ejemplo, un calzado excesivamente ajustado o demasiado flojo o incluso aquellos que exponen la planta a una superficie muy dura.
- Practicar labores exigentes: Cualquier actividad que implique que el pie se mantenga apoyado o impulse al cuerpo expone al pie a una exigencia mayor. Por supuesto, si no se descansa de forma correcta las posibilidades de lesionar la fascia aumentan.
- Entrenamiento corporal inadecuado: Las rutinas de ejercicio que requieran tensión en posición de apoyo en los pies predisponen al pie a una lesión. Esto también sucede al iniciar una actividad física intensiva sin el acondicionamiento adecuado es perjudicial. Inclusive si ya existe una condición estresante para la fascia y no se lleva a cabo un calentamiento completo.
- Deformidades anatómicas: Ciertas anomalías biomecánicas en el aparato locomotor también inciden en la fascitis plantar. Por ejemplo, extremidades desiguales, espolones óseos, pies planos y pies cavos, entre otras. Por mínimas que parezcan terminan afectado a la continua estructura fascial a largo plazo.
- Edad del paciente: Al igual que otros tejidos corporales, la fascia también va perdiendo elasticidad, rigidez y fuerza con el transcurso del tiempo. Es por esto que es frecuente ver personas de entre 40 a 60 años con este síndrome.
- Alimentación inadecuada: La falta de nutrientes en el organismo provocan que los tejidos del cuerpo no funcionen de forma adecuada. Por tal motivo, la fascia puede resentirse si los niveles de calcio, magnesio, colágeno y otros están bajos.
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Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos inflamación de la fascia del pie
En la zona de los pies pueden surgir distintas problemáticas de salud, como por ejemplo, bursitis retrocalcánea o espolones óseos, entre otras. Conocer la sintomatología de la fascitis plantar ayuda al descarte y al correcto tratamiento médico.
Por lo que para el paciente estos signos son una llamada de atención a buscar ayuda especializada:
- Dolor en el talón: Debido a la hinchazón, los nervios se ven alterados y se presenta un dolor severo o moderado, lo cual se refleja justo en el talón. En ocasiones se expande por todo el borde interno y el arco de los pies.
- Incremento de la sensibilidad: Es posible sentir hormigueo y sensación de ardor en la planta del pie. Además, al palpar la zona estará mucho más sensible al tacto. Tal aumento de sensaciones se debe a las micro lesiones en nervios y tejidos que se encuentran en la zona.
- Inflamación: Cuando el tejido conectivo denso se inflama de forma interna hay un aumento de volumen externa. Por esta razón, es posible que toda la planta del pie externamente se torne hinchada.
- Aumento de la temperatura: Es probable que en toda la planta del pie el paciente sienta un aumento de temperatura. Esto es consecuencia directa de la hinchazón donde la irrigación sanguínea es incorrecta.
- Dificultad para apoyar el pie: Este es uno de los síntomas más comunes y recurrentes que sufren los pacientes. Al tener inflamada la planta del pie es posible que el dolor no permita el apoyo correcto.
¿Qué tratamientos hay para aliviar el dolor y curar la fascitis plantar?
Como principal medio de diagnóstico los médicos se valen de la exploración física y radiografía. Si el diagnóstico de fascitis plantar ha sido acertado es probable que recomiende alguno de los tratamientos que mencionamos a continuación.
Terapias alternativas y complementarias
En este tipo de tratamiento lo que se busca en mejorar los síntomas por medio de diferentes técnicas. Mira a continuación de qué se trata:
- Terapia de frío y calor: Usando la terapia alternada de frío y calor se han observado resultados prometedores al reducir los signos inflamatorios. En esta técnica se busca sumergir el o los pies afectados en agua fría por un periodo corto. Luego, se lleva a cabo el mismo proceso con agua tibia o caliente (no en extremo). Los fisioterapeutas aconsejan que este tiempo no supere los 15 minutos. Además, ambas temperaturas deben mantenerse controladas para que no generen laceraciones y produzcan el efecto deseado en la fascia. Se debe comenzar y terminar con el calor en todas las sesiones.
- Terapia de compresión: Mediante el uso de ropas compresivas, vendajes o tobilleras de compresión en toda la zona se mejora la irrigación sanguínea. Esto permite que se reduzca la inflamación ofreciendo alivio al paciente, incluso logra reducir la presión en los arcos plantares. Aunque esta terapia de apoyo es eficiente al principio del tratamiento, no es conveniente prolongarla demasiado. La utilización de férulas durante la noche ha demostrado tener efectos positivos al despertar, ya que la compresión que esta ejerce permite que la hinchazón interna no sea desmedida e impida la movilidad al día siguiente.
- Terapia de masaje: Hay variados automasajes recomendados por fisioterapeutas. Por ejemplo, existe uno que se aplica desde una posición cómoda usando los nudillos, los cuales se llevan de forma lenta desde el talón hasta donde inician los dedos. Los especialistas recomiendan hacerlo cada 5 días durante unos 3 a 5 minutos. También es posible colocar la yema de los dedos en el centro para realizar movimientos profundos y tirantes en cada lado de la planta del pie. También es válido usar un implemento cilíndrico rotatorio para masajear la zona afectada. En estos automasajes no es necesario utilizar aceites o cremas, aunque siempre es bueno consultar primero al especialista.
- Terapia de acupresión: Basándose en los puntos gatillos o de presión de la acupuntura es posible conseguir un efecto analgésico mediante masajes. La acupresión es aplicada por los terapistas con las yemas de los dedos y con una presión leve a moderada. Se masajea en la zona del arco y el talón buscando “adormecer” la respuesta nerviosa del dolor. Es un medio menos invasivo que la acupuntura, pero igual debe ser consultado con el médico antes de iniciar este tipo de tratamiento.
- Termoterapia: El uso del calor como medio terapéutico y regenerador es también valido para la fascitis plantar. Todo depende del estado en que se encuentre la inflamación y de las recomendaciones médicas. La termoterapia abarca distintas prácticas desde bolsas de agua tibia, pediluvios y hasta el uso de almohadillas eléctricas. Con este tratamiento se estimula las paredes capilares para obtener una mejor irrigación sanguínea.
- Remedios naturales con uso de plantas: Por vía tópica muchos pacientes han visto mejorías al reducir los signos de inflamación con ciertas plantas. Por ejemplo, la cúrcuma, el jengibre y la pimienta de cayena se utilizan con frecuencia en este tratamiento, pero para ello es necesario consultar con el médico actuante para su aprobación definitiva. El gel de aloe vera aplicado en la zona externa sin laceraciones también resulta benéfico.
- Hábitos de vida saludable: El médico aconsejará llevar una bipedestación equilibrada hasta notar mejoría. Por ejemplo, las rutinas de ejercicio deberán ser mucho más moderadas o tal vez remita al paciente a un nutricionista para que, junto con el ejercicio físico se pierda peso corporal. Llevar una dieta balanceada y un estilo de vida saludable mejorará la condición. Además, es probable que el podólogo recomiende el uso de plantillas ergonómicas para el calzado. Todos estos aspectos son tratados en esta terapia de reeducación.
Suplementos alimenticios
Los nutrientes que se emplean en jarabes, líquidos, polvos o pastillas como suplemento alimenticio son:
- Omega 3: Ciertos suplementos nutricionales contienen ácidos grasos que contribuyen a reducir la inflamación, aunque el cuerpo no lo produce es posible incorporarlo por medio de la alimentación. El omega 3 está presente en pescados, nueces y demás.
- Complejo vitamínico B: Este conjunto de 8 vitaminas se utiliza con el fin de provocar un efecto analgésico natural. Incluye la cobalamina, tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico y piroxena, entre otros. Son muy útiles, con resultados probados, para combatir el dolor asociado con la lesión en la fascia.
- Calcio y magnesio: El calcio por lo general se obtiene de alimentos lácteos, ciertos vegetales y pescados. Sin embargo, en determinados individuos los suplementos de calcio aportan la cantidad que el cuerpo no absorbe de forma natural. Muchas veces es combinado con el magnesio (otro elemento que el organismo requiere). Estos elementos posiblemente puedan evadir el surgimiento de espolones calcáneos. Además, es importante notar que dichas sustancias pueden interactuar con su medicación.
Tratamientos de fisioterapia
Las terapias de rehabilitación más usadas en este tipo de dolencias son:
- Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: Es necesario que varios conjuntos de tejidos vayan recuperando la elasticidad y fortaleza perdida después de sufrir fascitis plantar. Con las repeticiones de estiramiento, los músculos retoman paulatinamente su fuerza, mientras que con los ejercicios de tonificación y estiramiento provocan la isometría de tipo excéntrica.
- Liberación miofascial: También denominada terapia de puntos de gatillo miofasciales. Se enfoca en mantener o devolver la fascia a un estado óptimo por medio de ciertas presiones o movimientos, suele aplicarse en todo el cuerpo para que se liberen las tensiones en la fascia y de esta manera se logre restaurar la movilidad del paciente.
- Ultrasonido: El ultrasonido es uno de los medios fisioterapéuticos más usados en todo el mundo, funciona para la cicatrización del tejido conjuntivo usando la energía sonora. Estas vibraciones mecánicas son trasmitidas fuera del cuerpo por distintos dispositivos. Los terapeutas actuales suelen preferir los equipos de energía pulsada.
- Ondas de choque extracorpóreas: También denominado por sus siglas ESWT, es un tratamiento terapéutico no invasivo muy usado en la fascitis plantar. Su ventaja respecto a otros tratamientos es que no es necesaria ni la inmovilización ni la alteración de los hábitos del paciente.
- MEP: La microelectrolisis percutánea (MEP) se vale de corriente galvánica para producir una respuesta inflamatoria regulada. Aunque suene contradictorio, la estimulación provoca una respuesta de recuperación natural. Los efectos vasodilatadores son momentáneos, ya que se reducen después de una semana.
- Terapia láser de alta potencia: La laserterapia de alta intensidad actúa en las membranas celulares usando la bioestimulación por medio de un láser de alta potencia que logran una mayor penetración en los tejidos. Solo así se puede obtener una respuesta más efectiva según la opinión de muchos especialistas.
- Hidroterapia: Es una forma de terapia muy amplia que abarca diferentes usos del agua. Esta actúa como agente reparador, terapéutico y sobre todo para restaurar la movilidad. También es aplicada para conseguir alivio, mejorar el equilibrio, reducir la hinchazón, entre otros. Entre los métodos más aconsejados por terapistas para esta afección está el tanque terapéutico, aunque las tinas de remolino es otra alternativa.
- Hipertermia de contacto o tecarterapia: Tal método utiliza las ondas de radio como un medio de electroterapia para regenerar los tejidos afectados. Estas ondas de largo alcance son enviadas al cuerpo a través de accesorios externos. En esta técnica existe una modalidad resistiva y una capacitiva en función de cada caso. Por lo general es llamada TECAR.
- Mecanoterapia: Este tratamiento hace uso de ejercicios de tonificación y estiramiento junto con la combinación de otros métodos. Por ejemplo, el ejercicio de la propiocepción, la restauración del equilibrio y una correcta educación de la marcha, son algunas técnicas que aplican en esta terapia.
Medicamentos
La terapia farmacológica emplea los siguientes medicamentos para tratar la lesión producida en la fascia:
- AINE: Los antiinflamatorios no esteroideos son parte del tratamiento conservador para fascitis plantar. Dependiendo del caso, solo el médico podría recetar Ibuprofeno, Diclofenaco (potásico o sódico) y Ketoprofeno. Estos no solo tienen efectos antiinflamatorios sino también analgésicos.
- Inyecciones de esteroides locales: La cortisona posee una intensa propiedad antiinflamatoria. Basado en esto, los médicos suelen recomendarla y colocarla ante casos de inflamación fascial, lo que hace es reducir la hinchazón de los ligamentos circundantes generando alivio. Son dejadas para casos muy puntuales donde el siguiente paso, de no funcionar, es la cirugía.
- PRP: El plasma, rico en plaquetas o PRP, es una metodología de regeneración preventiva muy útil con resultados favorecedores en trastornos asociados como el espolón calcáneo y la tendinitis.
- Toxina botulínica de tipo A: Se aplica mediante infiltración para garantizar una mayor precisión. Esta sustancia permite que se inhiba la liberación de acetilcolina y neurotransmisores para disminuir las contracciones musculares. Tiene efectos relajantes, terapéuticos y analgésicos al aliviar los espasmos dolorosos.
Hay que tener presente que la terapia farmacológica debe ser guiada y aconsejada por el médico. Por lo que la automedicación no es recomendable porque podría ocasionar daños irreparables.
Cirugía
Solo en ciertos casos crónicos en donde el tratamiento conservador resulte insuficiente es posible aplicar esta técnica. Bajo anestesia local se hace una incisión para cortar la fascia plantar, aunque luego de la intervención es posible la aparición de ciertos dolores posquirúrgicos. Aun así, es apropiado en ciertos casos para permitir es estiramiento y devolver movilidad. Otro efecto secundario quizá sea el surgimiento de pie plano.
¿Qué métodos de prevención para la fascitis plantar son los más efectivos?
Pese a que gran parte de los individuos sufrirán fascitis plantar en algún momento de su vida, es posible prevenirla.
- Utilizar un calzado adecuado: Todo calzado debe ser ergonómico y adecuado a la anatomía del pie, sin ser demasiado ajustado o flojo. Por lo que la persona debe sentirse cómoda.
- Realizar estiramientos y calentamientos: Antes de llevar a cabo cualquier ejercicio es importante realizar estiramientos integrales. Este tipo de actividad debe durar por lo menos entre 15 a 20 minutos para adecuar los tejidos a la acción que se está por realizar.
- Mantener el equilibrio en las posiciones corporales: Para mantener una saludable postura muscular es necesario para evitar la fascitis plantar; además, es conveniente alternar las posiciones. El cuerpo necesita moverse, pero también descansar (al sentarse, recostarse o mantenerse quieto), esto hará que los sistemas biomecánicos no se esfuercen.
- Alimentarse de forma balanceada: Junto al ejercicio llevar una dieta balanceada permite evitar la obesidad. Es posible integrar ciertos alimentos ricos en calcio, vitamina D, proteínas y sales minerales. Con ayuda del nutricionista es posible rebajar de peso, siempre que los médicos lo estimen necesario.
- Hacer ejercicio equilibrado con regularidad: El ejercicio regular en contra del sedentarismo evita el sobrepeso y mantiene en equilibrio todo el sistema articulatorio, en especial, los pies. De esta manera es menos probable sufrir una fascitis plantar.
- Evitar los entrenamientos extremos: En contraposición con el ejercicio sano, hay ciertas rutinas o deportes que exigen demás al organismo porque se necesita colocar el pie en posiciones incómodas. Incluso pueden llevar a ejercer un peso demasiado elevado sobre estos. Dejar de lado esta clase de actividades extremas disminuye la probabilidad de ocurrencia de la lesión en la fascia.
F.A.Q: Preguntas frecuentes
Conoce las preguntas frecuentes que existen sobre la fascitis plantar:
Referencias
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