- Definición: ¿Qué es la tendinitis o inflamación de los tendones?
- ¿Cuáles son los tipos de tendinitis más comunes que hay?
- Mejores productos para la tendinitis
- ¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir tendinitis?
- Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos tendinitis
- ¿Qué tratamientos hay para mejorar y curar la tendinitis?
- ¿Qué métodos de prevención para la inflamación de los tendones son los más efectivos?
- F.A.Q: Preguntas frecuentes
Es posible controlar la tendinitis por medio de un tratamiento con fármacos y con terapias conservadoras, esto hará que la enfermedad entre en remisión en poco tiempo. Pero existen otros casos, algo más complejo, en los que se necesita de fisioterapia y hasta de cirugía. Pero antes de conocer en detalle estos puntos es necesario que sepas qué es la tendinitis y cómo se origina.
Te explicaremos de manera fácil cuáles son los principales síntomas de esta lesión en los tendones y también conocerás los métodos preventivos más efectivos que debes tener en cuenta para tratar de manera efectiva la aparición de tendinitis en alguna de tus articulaciones.
Definición: ¿Qué es la tendinitis o inflamación de los tendones?
La tendinitis es una anomalía aguda inflamatoria que se presenta en uno o en más tendones de nuestro cuerpo, pero no hay que confundir con la tendinosis o tendinopatía, la cual es una complicación o cuadro crónico en el tendón. Cuando se presenta la tendinitis el tejido fibroso no se direcciona de forma longitudinal, sino que lo hace de forma errática debido a una condición inicial que no sanó adecuadamente. Como consecuencia, las raíces nerviosas y los vasos sanguíneos que se ubican dentro del tejido se comprimen produciendo hinchazón y dolor.
Al principio se ven afectados otros tejidos blandos como son los ligamentos o fascias, pero esto va aumentando a medida que transcurre el tiempo. Por lo que, a esta dolencia se la clasifica por grados dependiendo de su gravedad. Desde el grado 1, donde se siente la molestia al ejercitar, hasta el grado 4 que imposibilita la actividad y los movimientos. Hay que tener presente que una tendinitis mal curada fácilmente puede dar paso a una tendinosis.
¿Cuáles son los tipos de tendinitis más comunes que hay?
De acuerdo con las características o a la zona de ocurrencia es posible clasificar las tendinopatías. Pese a que las más conocidas son las de rodillas, caderas y hombros hay otras derivadas o menos típicas.
Por tal motivo, resulta conveniente dividirlas de acuerdo con diferentes criterios, los cuales te mencionamos a continuación:
Clasificación por tipos
La tendinitis se puede dividir en:
Epicondilitis lateral: Es una irritación del tejido conectivo que se localiza en el epicóndilo lateral externo del codo (proyección de hueso sobre un cóndilo). Específicamente, el punto donde el tendón inserta al extensor radial corto del carpo, en el hueso del húmero. Esta dolencia es conocida como “codo de tenista” debido a que existe un movimiento de tal deporte que la desencadena.
Sin embargo, puede producirse por diferentes factores ajenos a esta práctica. Por ejemplo, lanzar un objeto con fuerza o alzar objetos demasiados pesados sin la flexión correcta. Es un síndrome doloroso punzante focalizado que no presenta inflamación significativa. Por lo general, entra en remisión entre las 4 a 6 semanas de tratamiento conservador.
Epicondilitis medial: Se produce al irritarse el grupo de tendones pronadores flexores, los cuales se insertan en el epicóndilo, en el área interna media del codo. Similar a la lateral, también recibe nombres asociado al deporte como lo es “el codo de golfista debido al movimiento que los golfistas realizan y provocan la tendinopatía.
También puede aparecer debido a trabajos mecánicos como escribir en un teclado, usar un martillo o construir con ladrillos. La razón frecuente es el sobreuso que genera micro lesiones en el tejido. Por lo tanto, su sintomatología está ligada al dolor y molestia.
Tendinitis del manguito de los rotadores: Surge como una inflamación en uno o algunos de los tendones (infraespinoso, supraespinoso, redondo menor y supraescapular) que trabajan para la articulación del hombro, los cuales conectan diversos músculos con la cabeza del húmero y la escápula.
Su característica más notable es un dolor continuo en la región externa de esta articulación, por lo que los movimientos del brazo pueden aumentar la sensación de dolor. Si se continúa forzando el movimiento o postergando el tratamiento el desgarro podría ser inminente. Es una de las tendinitis más frecuentes.
Tenosinovitis de De Quervain: Es más frecuente en pacientes de sexo femenino. En este síndrome los tendones inflamados son los que se encuentran localizados en la muñeca, en dirección al pulgar. También es probable que se hinche la vaina sinovial que protege estos tejidos conectores dando paso a la sinovitis. Al igual que otras tendinitis, esta dolencia aparece por la sobrecarga o sobreuso del tendón.
La sensación dolorosa, hormigueo e hinchazón se enfocan en la parte baja del pulgar. Algunas personas describen una rigidez y dificultad particular para mover este dedo. En casos no tratados los síntomas dolorosos se pueden extender hasta el antebrazo. No obstante, tienden a ser temporales y se aplican tratamientos conservadores.
Dedo o pulgar en resorte: El termino médico es Tenosinovitis estenosante generándose cuando uno de los dedos se atora estando flexionado pudiendo apreciar un bulto en la base del dedo perjudicado y se logra flexionar al mismo con rigidez y con poco deslizamiento.
Tales signos son consecuencia de un engrosamiento por hinchazón en el tejido sinovial que recubre el tendón, por lo que la inflamación provoca dolor y se hace difícil realizar el movimiento de extensión. Es posible escuchar un leve chasquido al moverlo, de allí su denominador “dedo en resorte”, similar al sonido que hace un resorte al liberar la tensión. En cuadros extremos, el dedo afectado puede quedar trabado.
Tendinitis del tendón de Aquiles: Se conoce como la patología inflamatoria del tendón más potente del aparato locomotor, el calcáneo o de Aquiles. Este conecta los músculos sóleo, plantar delgado y gastrocnemio de la pantorrilla a la parte posterior del calcáneo, siendo más propensos a sufrirla los individuos de sexo masculino y personas de mediana edad.
Su ocurrencia también es común en deportistas, aunque puede surgir a cualquiera que sobrecargue la zona articulatoria o que sufra un desgaste anormal. Existe un buen pronóstico para estos casos, pues mejoran bajo terapias médicas, fisioterapias y fármacos (solo usados bajo vigilancia médica).
Tendinitis de los peroneos: Esta dolencia es una hinchazón de los cordones fibrosos que llevan los músculos peroneos en el lateral externo de la pierna hacia el hueso. Tales músculos dan estabilidad a la zona articulatoria del pie y el tobillo. El síndrome a veces es causado por tensión, estrés, lesiones o traumas recientes en el área, incluso un factor de riesgo potencial son los esguinces, elongaciones o rupturas de ligamentos.
Por su parte, los tendones peroneos perjudicados se ubican detrás del maléolo lateral en el tobillo, hasta la base del 5to Tales cordones fibrosos igual proveen estabilidad a la vez que posibilitan el movimiento lateral e inferior del tobillo. Una vez se hincha dolerá y se sentirá mayor sensibilidad al tacto en la zona.
Tendinitis de los extensores de los dedos de los pies: Es un proceso inflamatorio presente en los tendones extensores que posibilitan mover los dedos de los pies, aunque también funcionan para regular el movimiento y levantamiento del tobillo. Por lo general, los movimientos repetitivos o estrés durante un largo tiempo producen las micro lesiones en el tejido.
Aumenta el riesgo cuando se usa calzado inadecuado, pasa mucho tiempo de pie o se ejecutan mal ciertos ejercicios. Para padecimientos como estos se sigue una línea de tratamiento antiinflamatorio, de descanso y de terapia. Solo ciertos cuadros requieren inmovilización bajo vigilancia médica.
Tendinitis rotuliana: Ante la tendinitis rotuliana o “rodilla de saltador” es posible encontrar un trastorno en el tendón rotuliano, tal tejido unifica la rótula en la zona articular de la rodilla con la tibia. Tiene el propósito de facilitar el movimiento de extensión de la rodilla sin complicaciones. No obstante, cuando se hincha la situación es molesta y dolorosa.
Su nombre particular se debe a la aparición con frecuencia en actividades de salto, como es el caso del voleibol. Uno de los factores de riesgo latentes es el fortalecimiento desigual del cuádriceps sobre otros músculos. Ignorar el dolor o molestias en la zona solo podría producir desgarro, pero el reposo, los tratamientos médicos y fisioterapéuticos suponen una mejora.
Clasificación por partes del cuerpo
También es posible dividir la tendinitis en base al lugar del cuerpo en donde aparece. Mira a continuación:
Tendinitis del manguito rotador: Este grupo de tendones que rodean al hombro se encargan de mover y mantener el húmero unido la escápula (u omoplato), por lo que el trabajo al que se someten es continuo. Cuando se produce un estrés o fatiga tendinosa o la presión es constante y prolongada provoca la tendinitis. Es entonces cuando el paciente presenta un dolor el cual puede variar de leve a intenso, dependiendo de la complejidad del movimiento que quiera realizar. Si el cuadro inflamatorio empeora puede provocar una distensión (cuando el tendón colapsa alongándose o rompiéndose) o una bursitis.
Tendinitis en el hombro: Al lanzar un objeto o elevar, bajar, flexionar y extender el brazo se genera una tensión normal en los músculos y tendones del hombro deslizándose por el tejido sinovial para dar paso al movimiento en la articulación. No obstante, cuando los tendones del supraespinoso o del bíceps se sobreexponen a un esfuerzo significativo o se golpean provoca inflamación y dolor. Es un padecimiento bastante frecuente y tiende a ser repetido si no se trata a tiempo. De hecho, mientras dure, se pueden generar leves necrosis o micro roturas dando paso a la tendinosis. Los síntomas comunes son la pesadez y rigidez en toda o parte del área afectada. La fisioterapia es ideal para tratar esta dolencia.
Tendinitis en el codo: Un dolor en el codo por inflamación puede provenir de distintos tendones ubicados en el área. Por ejemplo, el tendón que se ubica en la zona interna del antebrazo provoca epitrocleitis, aunque también es posible encontrar epicondilitis lateral en la misma estructura que va desde los músculos del antebrazo al codo. A este último caso se le denomina popularmente como codo de tenista. Hay que tener en cuenta que en ambos casos la etiología es similar, pero se diferencian en la zona lesionada. Mientras que la hiperextensión del codo atiza una, la hiperflexión fomenta la otra.
Tendinitis en manos y muñecas: Las pequeñas articulaciones de la muñeca contienen múltiples tendones que pueden ser afectados por inflamación. En condiciones normales permiten los movimientos entre la mano, los dedos y la muñeca. Sin embargo, cuando surge tendinitis es porque cualquiera de estos cordones fibrosos conjuntivos ha sido afectado. El más común es el que se refleja en el nacimiento del pulgar como tenosinovitis de De Quervain. Tales tendones flexores son afectados por actividades tan comunes y repetitivas como escribir o cortar con tijeras. Además, algunas enfermedades como la gota o artritis también la desencadenan.
Tendinitis en la cadera: En el trocánter cualquiera de los tendones de los glúteos (mayor, medio y menor) podrían padecer tendinopatía. Estos cordones cercanos a la cadera posibilitan la marcha, por lo que su inflamación provoca dolor al caminar o flexionar la pierna. En algunos casos, los síntomas pueden verse reflejarse incluso al dormir. Esta dolencia tendinosa tiene una alta prevalencia en mujeres de mediana edad, aunque actividades como el ciclismo, caminatas o running también inciden en la aparición. Otras patologías asociadas como la artritis, el pinzamiento o las malformaciones también son factores de riesgo de esta dolencia.
Tendinitis en la rodilla: O tendinopatía rotuliana es una reacción inflamatoria en uno de los tendones de la zona de las rodillas. Por lo general, es causada por la degeneración en los tejidos, sobrecarga, golpes o lesiones que se producen en el tendón rotuliano ubicado en la cara superior insertado en la rótula. Otra tendinopatía recurrente es la “pata de ganso” o anserina, la cual lastima el tendón anserino interno en la rodilla. También es posible que se presente en esta zona la tendinitis cuadricipital o la de la banda iliotibial. En estas el tendón del cuádriceps y el tensor de la fascia lata son los que se inflaman respectivamente.
Tendinitis en el tobillo: Es posible sufrir de una hinchazón tibial posterior, flexora o peronea en esta parte del cuerpo. En la tendinitis peronea los perjudicados son los tendones de los músculos peroneos que cubren la parte exterior del tobillo. De forma similar, el tendón del músculo tibial hinchado genera la tibial posterior. Por último, la tendinitis flexora exhibe un dolor más pronunciado en la parte posterior del tobillo, por el dedo gordo. Pese a que estas tres categorías son las más comunes, cualquiera de los cordones fibrosos ubicados en esta articulación puede inflamarse.
Tendinitis del tendón de Aquiles: También es conocida como tendinopatía aquilea o de Aquiles. Es una condición de hinchazón anómala en el tejido fibroso conectivo entre los músculos de la pantorrilla y el talón. El dolor se exhibe mayormente de 3 a 10 centímetros sobre la inserción del tejido en el hueso. Cuando el tejido está comprometido la rigidez, dolor leve o intenso e hipersensibilidad se hacen notar. Se encuentra entre una de las lesiones más recurrentes entre atletas o personas que se ejercitan irregularmente. Si se expone a arranques, paradas o simplemente movimientos repentinos el tendón se tiende a estresar provocando la tendinitis. Este es una de las causas más comunes de esta dolencia.
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¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir tendinitis?
Se ha calculado que alrededor del 70% de las personas han sufrido un cuadro de tendinitis leve o crónica en su vida. Y es que las simples actividades cotidianas pueden exponer este tejido fibroso, resistente y flexible, a una inflamación.
Mira una a una cuáles son las causas más comunes que la desencadenan:
- Profesiones demandantes: Cualquier tipo de trabajo que exija realizar movimientos en la misma articulación de forma prolongada expone a los tendones a un esfuerzo desmedido. Esto aumenta las probabilidades de contraer inflamaciones en las bandas.
- Movimientos bruscos: Un giro inesperado, un levantamiento de peso súbito o una flexión brusca pueden desencadenar en una irritación del tendón. Más aún si los músculos han estado demasiado tiempo en reposo y se cambia a una actividad de esfuerzo intenso.
- Sobreuso: Si se llega a reproducir un movimiento por demasiado tiempo se puede producir en los tendones lesiones por uso excesivo. Por ejemplo, los trabajadores de la construcción cuando tienen que demoler una pared.
- Sobrecarga: Mantener tensionado el músculo y tendón tiene como consecuencia que los tejidos se fatiguen. Tal agotamiento se puede manifestar con dolor, irritación y debilidad en estos tejidos, lo cual origina una tendinitis.
- Malas posiciones: La sobrecarga por tensión excesiva también se debe a malas posiciones o a mantenerse en el mismo plano por mucho tiempo. El riesgo aumenta cuando la posición fuerza la zona articular; por ejemplo, estar en cuclillas.
- Traumatismos: Un impacto directo en la región que cubre el tendón podría afectar significativamente a este tejido. También las caídas, incluso sin tener heridas abiertas, son una causa frecuente de tendinopatías.
- Lesiones: Las heridas articulatorias son un factor agravante muy frecuente en las tendinopatías debido al maltrato que ha sufrido el área de los tejidos encargados de la movilidad, los cuales se terminan hinchando.
- Envejecimiento: A nivel celular todos los tejidos van perdiendo su estructura fibrosa con el paso de los años. Pierden elasticidad, potencia y fortaleza, por lo que los tendones no están exentos de esta degeneración. Por lo tanto, a más edad más aumenta la posibilidad de sufrir tendinopatías.
- Deportes: Ciertas prácticas deportivas de alto impacto fortalecen unos músculos sobre otros. Esto termina siendo contraproducente para el aparato locomotor, en especial para los tendones.
- Ciertas enfermedades autoinmunes: La enfermedad de la gota, la artritis reumatoide, la psoriasis son trastornos que pueden provocar una tendinitis. Dado que estas inciden en cualquiera de los tejidos blandos articulatorios modificando y corroyendo las paredes de cada uno.
- Diabetes: Aunque no es un originador directo, sí es un factor común dada las alteraciones músculo-esqueléticas que genera. Así las consecuencias de sufrir cuadros diabéticos (anomalías microvasculares y acumulación de colágeno, entre otras) suelen traer complicaciones en los tejidos conectivos.
- Calzado inadecuado: Para las tendinopatías de las extremidades inferiores el uso de un calzado ajustado e incómodo es agente causal. La razón es que las estructuras comprimen la articulación dando paso a una irritación a nivel del tejido.
- Sobrepeso: Las personas con cualquier índice de obesidad están más expuestas a sufrir de inflamación en los tendones. Esto se debe al esfuerzo anormal que realizan estos tejidos conectivos para mantener el sistema locomotor.
- Falta de calentamiento previo: La inexistencia de ejercicios paulatinos con diferentes niveles de esfuerzo pueden originar movimientos bruscos, lo cual conlleva a una tendinitis.
Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos tendinitis
Es necesario recurrir al médico ante cualquier signo que pueda advertir de la presencia de la tendinitis. Por tal motivo te mostraremos a continuación una lista con una serie de patrones de la sintomatología que tienen estos trastornos:
- Hinchazón: La vasodilatación en una región del cuerpo lacerada, golpeada o con micro desgarros es normal y necesaria. Es la respuesta de protección del organismo en su sistema inmune para recuperar la zona. Claro, la inflamación debe ser controlada para que cumpla su objetivo (eliminar el tejido dañado) sin perjudicar las estructuras.
- Sensibilidad en las regiones cercanas: En una tendinitis el tejido fibroso conjuntivo ha sido lastimado, por lo que es probable que otras partes hayan salido dañadas como las bursas, fascias y demás. Por este motivo, es de esperar que los nervios estén más sensibles al tacto, también es común que la piel esté ensanchada o enrojecida.
- Dificultad o imposibilidad para ejecutar movimientos: En el desarrollo del trastorno la inflamación tal vez continúe aumentando. Debido a la falta de espacio, micro lesiones e hinchazón posiblemente le cueste al cuerpo o no se pueda mover la articulación por completo.
- Dolor: Las fibras nerviosas también sufren la consecuencia de la hinchazón del tejido. Por esto, lo primero que hará el organismo es dar una señal de alarma nerviosa mediante la sensación de dolor.
- Empeoramiento en ciertas horas del día: Un signo común entre estos trastornos es que el dolor aumenta al acostarse y al levantarse. Esto sucede en algunas zonas del cuerpo afectadas porque se sobrecarga en el tejido fibroso para realizar estas tareas.
- Aparición de nódulos: Otro síntoma frecuente en este tipo de dolencia es la aparición por debajo de la piel de bultos que se aprecian a simple vista. Si se tocan estos nódulos provocan dolor pudiendo aumentar el grado de tendinitis, por lo que no es recomendable presionar en los mismos.
¿Qué tratamientos hay para mejorar y curar la tendinitis?
Es posible mejorar y curar la tendinitis por medio de tratamientos que deben ser aplicados y dirigidos por un profesional médico. Mira continuación cuáles son las terapias más efectivas que se aplican en la actualidad.
Terapias alternativas y complementarias
Los tratamientos auxiliares y complementarios ayudan a disminuir los síntomas de la tendinitis, estos son:
- Terapia de frío y calor: Los contrastes de temperaturas mediante baños fríos y luego calientes (sin que causen quemaduras) suelen usarse para lesiones tendinosas. Esta técnica consiste en no sobreexponer el área afectada a más de unos minutos con tales temperaturas. Por lo general, se lleva a cabo sumergiendo la región dentro de baños o por medio del uso de compresas o pañuelos húmedos. Es recomendable buscar el asesoramiento del fisioterapeuta previo al procedimiento.
- Terapia de compresión: A través de vendaje elástico o ropa de compresión como rodilleras, coderas, tobilleras etc se logra la compresión. Aunque no es apropiado prolongar su uso, los primeros días logra mejorar la movilidad, reducir la hinchazón y como consecuencia el dolor. Además es habitual usar estas prendas de compresión en las actividades diarias o en prácticas deportivas mejorando el rendimiento.
- Terapia de masaje: Hay variedad de masajes y automasajes que se pueden aplicar de acuerdo con el cordón fibroso lesionado. El masaje de fricción es el más usado, pero también es posible encontrar expertos que recomiendan los masajes manuales de Cyriax, por medio de presiones deslizantes o el amasamiento. No obstante, uno u otra alternativa siempre tiene que ir guiada en todos los pasos por un terapeuta especializado para evitar que aumenten las lesiones. Lo que se busca con esta terapia es incentivar las paredes capilares por medio del calor para que la sangre irrigue de forma correcta en los tendones afectados.
- Terapia de acupresión: La tendinitis también se puede tratar por medio de esta técnica oriental milenaria, la cual consiste en presionar puntos estratégicos del cuerpo para lograr la emisión de endorfinas como analgésico natural. Esto ayudará a disminuir el dolor, desinflamar la zona afectada y lograr que el paciente se encuentra en equilibrio mental para afrontar la dolencia. Si se tomará esta vía de terapia es necesario que la misma sea practicada por un auténtico especialista para evitar el efecto contrario, provocando una inflamación mayor.
- Termoterapia: En ciertos pacientes es posible que la tendinitis pase a ser una tendinosis crónica. De ser así la termoterapia funciona para aumentar la temperatura en aquellos tejidos fibrosos dañados. Una vez aplicada se consigue un efecto analgésico profundo a nivel del tendón dañado. Puede llevarse a cabo mediante lámparas de calor, baños, paños calientes, sauna, onda corta, ultrasonido y más.
- Remedios naturales con uso de plantas: Hay múltiples plantas, hierbas y alimentos benéficos para la salud, los cuales contienen magnesio, vitamina C, E y bioflavoides y actúan como miorrelajantes, antinflamatorios y analgésicos. Un ejemplo de esto es la cúrcuma, el jengibre y el árnica. Se puede aplicar por medio de infusiones o a través de uso externo, como es el caso del aloe vera. Hay que tener presente que esto no debe suplir el tratamiento médico.
- Hábitos de vida saludable: Continuar con las visitas al fisioterapeuta, mejorar la dieta y los ejercicios son algunos puntos a tener en cuenta para cuidar la salud de los tendones. Este tratamiento también incluirá la reeducación de los movimientos peligrosos y las posturas correctas que debe asumir el paciente, entre otros consejos preventivos para evitar llegar a la tendinosis o desgarros.
Suplementos alimenticios
Es posible incorporar a la dieta del paciente diferentes suplementos que ayudarán a mejorar los nutrientes del cuerpo. Echa un vistazo a los mismos:
- Arginina: Tiene efectos vasodilatadores, lo cual se transforma en óxido nítrico para incidir en la micro restauración del tendón y del resto de la articulación. Se ha descubierto que también contribuye a la generación de insulina y de hormonas necesarias.
- Vitaminas: Las vitaminas A, C y D son usadas como suplementos para mejorar las condiciones de la tendinitis. Por ejemplo, la vitamina A incrementa la sintonización natural en el cuerpo de colágeno. Tal componente es parte de tejidos conectivos por lo que le da estructura al cuerpo entero.
- Magnesio: El magnesio es un elemento que el cuerpo recibe por la alimentación balanceada, por lo que solo en ciertos casos es necesario suplementar. Otros minerales presentes ya en el organismo suelen tomarse de forma preventiva como es el caso del zinc, calcio, cobre y silicio.
- Suplementos de colágeno y agregados: El colágeno es una proteína disponible en todo el cuerpo humano, por lo que para algunos pacientes se decide que la ingieran por vía oral para adquirir aminoácidos esenciales. No obstante, este tipo de aplicación y el inyectado de esta sustancia tiene efectos muy diferentes, en cada caso debe consultarse con un especialista.
Tratamientos de fisioterapia
La fisioterapia para la tendinitis puede incluir:
- Estiramientos: Hay diferentes terapias con ejercicios fisioterapéuticos para la afección del tendón. La mayoría incluyen estiramientos suaves, repeticiones breves y fortalecimiento muscular.
- Electroterapia con efectos analgésicos: La electroterapia se comprende como una terapia que, mediante diferentes dispositivos, envía impulsos eléctricos a los tejidos. Métodos como TENS, estimuladores de alta y baja frecuencia y corrientes galvánicas han mostrado buenos resultados. En tendinopatías sus efectos más buscados son los sedantes y antiinflamatorios.
- Osteopatía: Ataca aquellos trastornos que se encuentran en la biomecánica del cuerpo. Es un conjunto de técnicas que tienen como objetivo buscar la auto recuperación del organismo.
- Ondas de choque: En esta terapia son las ondas sonoras las que desempeñan un rol importante, ya que existen ondas radiales y focales para tratar lesiones dolorosas en lo profundo del tejido. Se aplican sobre la piel, no duelen y van directamente al punto más lastimado. Es llevado a cabo en sesiones de hasta 7 visitas.
- Punción seca: Junto con el tratamiento miofacial se utiliza la punción seca. Se trata de agujas similares a las de acupuntura que van a los puntos de gatillo para activar la relajación. No obstante, es un tanto dolorosa y considerada semi invasiva. Por lo tanto, es necesario que se consulte al médico antes de tomar cualquier decisión.
- Ultrasonido: Por medio del fisioterapeuta, el ultrasonido es un medio útil para la aplicación de calor profundo. Este se genera mediante vibración con una frecuencia que supera los 20 mil ciclos por segundo. No obstante, debe evitarse su abuso porque en lugar de reparar puede terminar lacerando el tejido fibroso. Su principal objetivo es facilitar la regeneración y el alivio del dolor desde lo profundo.
Medicamentos
Lo más importante en este punto es que sepas que la terapia farmacológica debe estar supervisada por el médico para evitar efectos secundarios y lesiones futuras. Por tal motivo nunca debes automedicarte, ya que esto provocará complicaciones aún más graves que la tendinitis.
Dentro del conjunto de medicamentos que se utilizan se encuentran:
- Antiinflamatorios: Con esto se apunta al objetivo principal, el cual es disminuir la hinchazón para que no surjan alteraciones en el tejido.
- Corticoides o glucocorticoides: Estas hormonas son producidas por el organismo en las glándulas suprarrenales. No obstante, son trabajadas de forma sintética en forma de fármacos para tratar distintas dolencias. Se utilizan para disminuir las respuestas del tejido a la inflamación.
- Toxina botulínica: Tal compuesto producido por la bacteria Clostridium botulinum se puede aplicar en forma de inyección. Una vez colocada, genera un bloqueo temporal de las señales nerviosas, por lo que el cerebro deja de percibir el dolor intenso.
- Colágeno: Las infiltraciones de colágeno en la zona cercana al problema es un buen medio para conseguir restauración pronta. Entre sus muchas ventajas aporta hidratación y cohesión al tejido. Esta sustancia estructural, presente en el cuerpo humano, se inyecta con anestésico u otros medicamentos.
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP): El centrifugado de una muestra de sangre propia permite a los especialistas aislar las plaquetas, en estos y otros componentes sanguíneos similares están contenidos proteínas regeneradoras. Tal concentración rica en factores de crecimiento o PRP es reinsertada justo en el área inflamada. Así en el tendón se observa mejoría en muchos casos en un tiempo más cercano.
Cirugías
En casos crónicos o de ruptura tal vez sea necesaria la cirugía de reparación del tendón para ver mejorías, aunque algunas veces se requiere incluso de injertos tendinosos. Estos procedimientos ambulatorios utilizan anestesia y necesitan reposo posterior. Es probable que ciertos médicos cirujanos lo lleven a cabo en varias sesiones cuando el caso reconstructivo es muy grave.
¿Qué métodos de prevención para la inflamación de los tendones son los más efectivos?
Las acciones que se realizan a diario influyen en el bienestar del sistema locomotor. Por lo que es convenientes que conozcas las medidas preventivas que reducen el riesgo de sufrir tendinitis.
- Calentamientos previos: No debes olvidar que la preparación muscular es vital para evitar irritaciones articulares. Al menos de 15 a 25 minutos se procura hacer ejercicios suaves que incrementen paulatinamente la actividad.
- Entrenamientos equilibrados: Toda persona, independientemente de su edad, puede llevar una rutina de ejercicio equilibrada. Realizando actividades que involucren todo el cuerpo se fortalece la musculatura, por lo que de esta manera se mantiene en forma las estructura de los tejidos blandos y conjuntivos.
- Evita la sobrecarga: No te mantengas demasiado tiempo en la misma posición, tampoco ejecutes el mismo movimiento una y otra vez. Además, procura cambiar las zonas del cuerpo que utilizas para las actividades diarias, esto te ayudará a evitar un esfuerzo excesivo con un mismo grupo de tendones. No te olvides de mantener siempre una postura correcta para llevar a cabo estas tareas.
- Fortalece los tendones: Por su parte, la falta de ejercicio y actividad va produciendo debilidad en el aparato locomotor. Es entonces cuando las personas sedentarias son más propensas a sufrir tendinopatías. Realizar ejercicios excéntricos con tu propio peso ayuda a fortalecer los tendones de forma progresiva.
- Mantener un ritmo de vida activo sin estrés: Estar descansado lo suficiente y practicar yoga o meditación ayudarán a disminuir el riesgo.
- Elige una dieta equilibrada todos los días: Consumir alimentos ricos en vitamina C, B1, B5 y vegetales previenen la tendinitis. Lo importante es evitar las grasas trans y comida chatarra que hacen aumentar el peso corporal y el ácido úrico.
- Toma agua todos los días en cantidades saludables: Hidratarse es una de las claves para una correcta irrigación sanguínea en los cordones fibrosos.
F.A.Q: Preguntas frecuentes
Conoce las preguntas más recurrentes que te ayudarán a entender mejor lo que es la tendinitis:
Referencias
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