Las bolsas de gel de frío o calor son una excelente solución para reducir la inflamación de dolores o lesiones musculares. Desde tiempos antiguos el frío y el calor se ha usado para mejorar las molestias de inflamaciones musculares.
Sin embargo, ¿Cuándo y cómo aplicar una bolsa de gel frío o calor para reducir la inflamación?. Si no sabes cómo usarlas correctamente para reducir la inflamación y el dolor ¡echa un vistazo a este post donde te lo contamos todo!
¿En qué momentos de una lesión es mejor aplicar frío, calor o terapia de contraste?
Las bolsas de gel de frío o calor forman parte de una terapia para desinflamar cualquier parte del cuerpo. Como ya te hemos comentado, ambas temperaturas ayudan a mejorar los síntomas de inflamación en lesiones musculares o dolores.
Existen lesiones agudas y otras crónicas, por lo que de acuerdo al tipo de lesión dependerá el uso de frío, calor o un contraste de ambas. Por eso, antes de usar cualquiera de esas temperaturas debemos conocer su mecanismo de acción en el cuerpo.
Para disipar tus inquietudes te vamos a explicar el momento ideal para aplicar las bolsas de gel de frío o calor:
¿Cuándo es mejor aplicar frío?
Las bolsas de frío están indicadas en lesiones musculoesqueléticas agudas producto de un golpe, torcedura o distención muscular. Es sumamente importante que estas se apliquen durante las primeras 48 horas después de producida la lesión. El frío tiene un mecanismo de acción antiinflamatorio, porque contribuye a disminuir el dolor y el aumento de volumen en la zona afectada.
Colocar frío inmediatamente luego de producida la lesión tiene un efecto de vasoconstricción y por consiguiente disminución del flujo sanguíneo. Esto provoca en la zona afectada mayor control de la inflamación, menor daño en los tejidos adyacentes y mejoría considerable del dolor. Es por eso que, cuando se produce cualquier lesión donde se coloca frío de forma inmediata no se producen hematomas.
También, puede usarse ante las siguientes situaciones:
- Quemaduras leves: Las primeras 48 horas de una quemadura de primer grado son cruciales para evitar la aparición de complicaciones en la piel. Él frio es un potente vasoconstrictor que mejora el dolor, el daño tisular, formación de edemas y previene la formación de ampollas.
- Migrañas y los dolores de cabeza: Las temperaturas frías son muy útiles para disminuir la intensidad del dolor porque tienen acción analgésica.
- Dolores musculares por entrenamientos intensos: El frío provoca en las fibras musculares un efecto de relajación por eso es ideal para mejorar el dolor y la flexibilidad.
- Enrojecimiento de la piel: Cuando se coloca frío en una zona enrojecida de la piel se genera un mejor retorno venoso y linfático lo que mejora la apariencia de la piel.
- Golpes, traumatismos o torceduras: Cualquier lesión musculoesquelética provocará siempre daño a nivel de las fibras musculares y por consiguiente inflamación y dolor. Colocando frío se generan dos efectos beneficiosos, la relajación de las fibras musculares y vasoconstricción para evitar el edema y la inflamación.
¿Cuándo es mejor aplicar calor?
El calor es un excelente controlador de espasmos musculares y es ideal para inflamaciones no traumáticas musculoesqueléticas. Por eso, resulta muy efectivo para aquellas lesiones que provocan inflamación y dolor crónico.
Colocar calor en afecciones a nivel de músculos y ligamentos ayuda a devolver la elasticidad y flexibilidad. Las temperaturas elevadas del calor inducen a una vasodilatación lo que genera mayor flujo sanguíneo. De esa forma, existe una mayor distribución de nutrientes y oxígeno a los tejidos dañados.
Por eso, es el tratamiento no farmacológico ideal para devolver la movilidad de la zona afectada. Es muy usado en casos de:
- Enfermedades crónicas como la artritis y la artrosis de rodilla: Estas patologías generan una inflamación en las articulaciones que producen mucho dolor y limitación de movimientos. Las terapias de calor son muy útiles para mejorar la presión en las articulaciones y por consiguiente el dolor.
- Lumbagos, tensión y dolor muscular: Las compresas de calor alivian considerablemente la sensibilidad y el dolor continuo. El calor mejora el flujo sanguíneo de los tejidos y por lo tanto hay mayor oxigenación y nutrición en el área afectada.
- Mejorar la flexibilidad y movilidad: En caso de rigidez y tensión de ligamentos y tendones el calor y mejor relajación. Aunque el frío contribuye a mejorar considerablemente, el efecto del calor suele ser más duradero. Es útil en pies cansados, ciática, rigidez de nuca, espasmos de cuellos y espalda, lumbalgias y cervicalgias.
¿Cuándo es mejor alternar frío y calor?
Aunque las temperaturas de frío y calor tienen sus grandes beneficios para la salud, colocarlas alternadamente puede ser muy útil. Esta terapia de contrastes de temperaturas de calor y frío producen una vasoconstricción y vasodilatación que estimulan la circulación sanguínea.
Este mayor flujo sanguíneo provoca una depuración de los tejidos afectados por lo que hay disminución de inflamación, rigidez y del dolor. Este tipo de tratamientos no farmacológicos se usan cuando la lesión es crónica y el frío o calor no han funcionado individualmente.
Por eso, son muy útiles en rehabilitación de lesiones deportivas, problemas circulatorios, dolores lumbares y cervicales. Además, es un tratamiento con menores efectos secundarios, muy accesible y mucho más económico.
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¿Cómo se realizan las terapias de frío y calor de forma correcta para recuperar y desinflamar lesiones?
Como en cualquier tratamiento, en las terapias de frío y calor se deben seguir unos protocolos para lograr la mejoría de las lesiones:
Protocolo para aplicar terapias de frío o crioterapia
Es necesario que sigas una serie de pasos con las bolsas de gel de frío o calor. A continuación, te explicaremos qué hacer:
- Enfriar la bolsa: Se debe colocar con antelación la bolsa de gel en el congelador. El tiempo recomendado es de aproximadamente 2 horas para que logre llegar a la temperatura óptima.
- Usar las primeras 48-72 horas: Es importante colocar en la zona afectada durante las primeras 48 a 72 hora posterior a la lesión. Se deben realizar intervalos de 10 minutos cada hora, sin embargo el tiempo dependerá de la recomendación del especialista.
- Continuar después de las 72 horas: Después de haber disminuido la inflamación y el edema se recomienda continuar con la crioterapia. La finalidad es mejorar la relajación del musculo, tendones y ligamentos afectados, aportando flexibilidad y movilidad.
- Tomar en cuenta la gravedad de la lesión: Debes tener muy en cuenta que mientras mayor sea el daño, más tiempo deberá ser la exposición a la terapia de frío.
- No colocar directo sobre la piel: El frío directo en la piel puede causar quemaduras y por lo tanto otras consecuencias. Debes considerar siempre colocar un paño o envolverla en una funda.
- Intervalo de descanso: El intervalo de descanso va a depender del reposo del paciente. Cuando el paciente está en reposo puede ser de 2 horas, pero sino esta de reposo deberá disminuir a 1 hora.
Protocolo para aplicar termoterapia o terapias de calor
Usar bolsas rellenas de gel caliente también son una excelente opción para mejorar los síntomas de dolor e inflamación. Sigue los siguientes pasos para disfrutar de sus beneficios:
- Calentar la bolsa: Existen varias opciones para calentar la bolsa, puede ser en microondas o en baño María. El tiempo de exposición al calor va a depender de las indicaciones del fabricante, aproximadamente 30 segundos en el microondas.
- Proteger la piel: Antes de colocar la bolsa es importante proteger la piel con un paño o envolverla en una funda. Esto con la finalidad de evitar quemaduras en la piel de la zona afectada.
- Aplicar en la zona de la lesión: Se debe colocar en la zona afectada en intervalos de 10 a 20 minutos, dejando reposar por 1 hora. Con este tiempo de exposición se garantiza una penetración del calor hacia los tejidos más profundos.
- Evitar en las primeras 48 a 72 horas: El calor nunca se recomienda las primeras horas después de la lesión porque produce mayor inflamación.
- No colocar en lesiones abiertas de la piel: Se debe evitar siempre la colocación de calor en heridas abiertas, quemaduras, o en problemas de circulación.
- Extrema precaución en pacientes cardiovasculares: Se debe tener extremas medidas de precaución en pacientes con tratamiento con anticoagulantes o que padezcan cardiopatías.
¿Cómo usar las bolsas rellenas de gel para frío o calor para reducir la inflamación?
Las bolsas rellenas de gel para frío o calor deben tener un correcto uso para poder garantizar el efecto deseado. El proceso de enfriar o calentar es muy sencillo, pero si no tienes idea de cómo hacerlo presta atención a estos pasos:
Usar en frío
Sigue al pie de la letra las siguientes recomendaciones para usar bolsas rellenas de gel en frío:
- Colocar en el congelador o frigorífico: Las bolsas de gel deben colocarse mínimo 2 horas en el congelador o frigorífico para garantizar resultados óptimos.
- Probar la temperatura: Se debe probar la temperatura con la mano para saber si encuentra adecuada al tacto. En caso de no serlo, debe dejarse por más tiempo en el congelador.
- Esperar si está demasiado frío: En caso de que el frío sea mayor, antes de usarla es mejor esperar unos minutos fuera del congelador.
- Colocar directamente en la zona afectada: Nuestras bolsas de gel pueden ser colocadas directamente en la zona. No requieren funda o paño de tela para su aplicación, incluso algunos modelos en una de sus caras tienen un tejido suave. En cambio, otras bolsas de gel de otras marcas si requieren de protección con paño para la piel.
- No exceder el tiempo de exposición: Esta terapia está indicada especialmente para tiempos de exposición no mayores de 30 minutos. Bajo ningún concepto se debe prolongar ese tiempo para evitar daño o quemaduras en la piel.
- Siempre elevar: Siempre se debe combinar la crioterapia con la elevación de la zona afectada para mejorar la inflamación y el edema.
- Volver a enfriar: Luego de haber cumplido el tiempo de exposición se debe regresar la bolsa de gel al congelador para poder usarla nuevamente.
- Supervisar la piel de la zona: Es necesario evaluar cada 5 minutos la piel de la zona afectada para evitar cualquier daño. En caso de decoloración o enrojecimiento inmediatamente debe suspenderse su uso.
- Repetir varias veces al día: Un buen tratamiento de crioterapia debe incluir varios ciclos de exposición durante el día, no basta con solo colocarlo una vez. De esta forma, se garantizan buenos resultados para la hinchazón y el dolor. Recordando siempre que cualquier tratamiento de crioterapia debe ser supervisado por un especialista.
Usar en caliente
Si requieres el uso de termoterapia es importante que sepas que nuestras bolsas no es recomendado usarlas en caliente. Sin embargo, ellas permiten un calentamiento sencillo mediante un microondas.
Para este proceso sigue las siguientes recomendaciones:
- Calentar la bolsa: Usar un microondas y colocar a una potencia de 800W durante 30 segundos. En caso de no poderlo hacer con esa potencia, ir calentando poco a poco hasta lograra la temperatura adecuada.
- Comprobar la temperatura: Luego de pasado el tiempo retira del microondas y comprueba al tacto si se encuentra caliente.
- Masajea el gel: Es necesario que todo el contenido de gel de la bolsa se caliente homogéneamente. Por eso es importante que se masajee y haya una mejor distribución del calor. En caso de no estar completamente calientes, dejar enfriar a temperatura y volver a calentar nuevamente.
- Calentar nuevamente: Si no encuentras la temperatura correcta puedes calentar nuevamente durante 10 segundos.
- Temperatura excedida: En caso de que la temperatura de la bolsa de gel se sobrecaliente se debe dejar afuera del microondas. Además, se debe esperar a que se enfríe a temperatura ambiental para iniciar el proceso de calentamiento.
- Nunca calentar congeladas: Las bolsas de gel siempre deben calentarse estando a temperatura ambiente, jamás lo hagas si está congelada.
- Supervisa el calentamiento: Si observas una dilatación de la bolsa suspende el proceso de calentamiento inmediatamente. Por lo general, ocurren cuando hay exceso de temperatura. Espera a que se enfríe para volverla a calentar.
- Nunca sentarse o apoyarse sobre la bolsa: Recuerda que las bolsas de gel están elaboradas en un material que no soporta exceso de presión. Cuando alguien se apoya o se sienta sobre la bolsa puede producirse una rotura o fuga del gel. Si esto ocurre espera que se enfríe para desecharla en la basura.
- No calentar en hornos: Nuestras bolsas de gel no están preparadas para ser calentadas en horno, ya que podrían sufrir daños en su estructura.
Si no cuentas con un microondas en casa puedes usar este método alternativo siguiendo estos sencillos pasos:
- Calentar el agua: Coloca a hervir 3,5 litros de agua en la estufa.
- Sumerge la bolsa: Retira el agua hervida de la estufa y coloca la bolsa de gel durante aproximadamente 5 a 7 minutos. Jamás coloques la bolsa dentro del agua mientras esté hirviendo en la estufa.
- Retira del agua: Usa pinzas sin filo para evitar causar daño al empaque. Luego, seca la bolsa de gel con una toalla o paño.
- Observa que no haya rupturas: Visualiza que no existan fugas del gel y en caso de existir deséchala de inmediato.
- Comprueba la temperatura al tacto: Usa tus manos para asegurarte de que tenga la temperatura adecuada. En caso de estar muy caliente espera unos minutos para colocarla en la zona afectada.
- Utiliza una funda: Al momento de colocarla en la zona afectada coloca la bolsa de gel en una funda o envuelve en un paño.