- ¿En qué consiste el dolor en el codo y cómo identificarlo?
- Mejores productos para alivio del dolor de codo
- ¿Qué provoca los dolores articulares en los codos y cuáles son las causas qué lo originan?
- ¿Qué tipo de enfermedades pueden causar dolor en la articulación del codo?
- ¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión en el codo, muñeca o antebrazo?
- ¿Cómo podemos aliviar el dolor en los codos mediante terapias complementarias y no invasivas?
- ¿Cómo aplicar el método RICE paso a paso para reducir el dolor en el codo y antebrazo?
- ¿Cómo prevenir futuros dolores articulares en el codo?
- ¿Por qué debemos evitar las pastillas e inyecciones para aliviar el dolor en las articulaciones de los codos?
Reducir el dolor en los codos es esencial para poder llevar un día a día normal. Esto se debe a que esta articulación es de uso esencial para trabajar con los brazos, ya sea en tareas del hogar, la mayoría de profesiones o incluso en actividades deportivas como el tenis o el baloncesto.
Descubre en este post qué es bueno para el dolor en los codos, qué pasa cuando te duele el codo o, directamente, por qué nos duelen. Además, te enseñaremos a evitar que este dolor se produzca de nuevo y a tratarlo de manera no invasiva, usando terapias complementarias con evidencia científica pero no invasivas, así como protocolos de primeros auxilios como el método RICE.
¿En qué consiste el dolor en el codo y cómo identificarlo?
El dolor de codo es una incomodidad que se presenta en la zona articular que une la zona superior del brazo con el antebrazo. Esta, que consiste en un conjunto de elementos orgánicos de todo tipo (bursa, ligamentos, huesos, tendones...), permite que flexionemos los brazos, posibilitando la acción de cuantiosas actividades.
Esta sensación desagradable puede diferenciarse según su causa, pero lo cierto es que, precisamente en el caso del codo, el daño que se produce y los síntomas que presentan las patologías son muy parecidos, lo que supone que sea muy difícil que identifiquemos qué nos ocurre. Habitualmente el dolor de codo se generaliza denominándolo epicondilitis, pero lo cierto es que esta no es más que una de las muchas patologías que producen dicho dolor.
Aunque la zona es pequeña, resulta curioso saber que son 16 los músculos que cruzan esta articulación. Aquí hay, también, una importante cantidad de vasos sanguíneos y nervios, además de los ligamentos que unen la articulación a los huesos y músculos del brazo y el antebrazo.
Esto significa que, aunque no lo parezca y como ya hemos dicho, identificar por qué nos duele el codo puede resultar difícil, salvo en casos evidentes en los que nosotros mismos hemos sido testigos de un traumatismo. Realmente son muchas las causas que te producen dolor en el codo y precisamente por ser tan pequeño, nuestro consejo es que no trates de identificar el problema por ti mismo sino que, directamente, acudas a tu médico y que sea él quien te dé las pautas a seguir.
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¿Qué provoca los dolores articulares en los codos y cuáles son las causas qué lo originan?
Muchas situaciones provocan que nos duela el codo. Algunas son motivo directo, otras son agravantes y otras nos muestran qué tipo de problema podemos estar sufriendo.
Por traumatismos, golpes y caídas
Todo traumatismo puede lesionar el codo, que es una zona bastante prominente de nuestro cuerpo. Por supuesto, a mayor impacto, más dolor y más posibles perjuicios, incluyendo otros síntomas desagradables. Llegamos al punto, incluso, de poder sufrir roturas de los tejidos, lo cual implica que tengamos que pasar por quirófano. Las lesiones son de carácter directo, evidenciadas por la situación vivida y su graduación viene dada por los síntomas y su gravedad.
Fracturas, luxaciones, distensiones, esguinces, lesiones de los nervios, etc. Un traumatismo puede, prácticamente, producir directamente cualquier patología o hacer que estas aparezcan con el tiempo, como sería el caso de la artrosis.
Por desgaste del ligamento
Los ligamentos tienen la función de mantener la estabilidad articular y que esta cumpla su función. Su desgaste implica que los tejidos se rocen, causando irritación, haciendo que los huesos se desgasten y que se produzcan enfermedades y patologías tanto temporales como crónicas. Es muy importante mantener su buen estado y dar tiempo a que estos se regeneren o los perderemos para siempre.
El desgaste, además de por sobreuso, ocurre también por la aparición de enfermedades degenerativas, por lo que es importante chequearse de vez en cuando para comprobar que no hemos desarrollado alguna que esté desgastando de más los ligamentos. En cualquier caso, la acción de fricción hará que todos los tejidos nos duelan, que se inflamen, se vayan desgastando aún más y que, con todo ello, perdamos capacidad para la movilidad.
Al practicar el tenis, golf, padel o bádminton
Los deportes de raqueta hacen que continuamente el codo se flexione o bien que realicemos movimientos bruscos o sobreesfuerzos en zonas no preparadas para ello (como el antebrazo). En ambos casos estamos sobrecargando o forzando la zona y sus alrededores, lo que termina por producir síntomas diversos entre los que el dolor suele ser el principal afectado pero que pueden llegar a ser signo de patologías importantes de tratar para que no dejen secuelas.
Al levantar peso
Cuando levantamos peso flexionando el codo y nos excedemos con la cantidad de peso soportado o bien repetimos la acción demasiadas veces, los tendones se sobrecargan. Esto implica que se inflamen, que puedan quedarse rígidos, que se agrieten y no consigan regenerarse a tiempo. Todo ello provoca mucho dolor e impide el continuar con la actividad e incluso, el no poder realizar otras actividades menos exigentes.
Dolor al flexionar
Es posible que en este caso los tendones, inflamados o lesionados, sean los causantes del dolor. También un bíceps sobrecargado puede dolernos y confundirlo debido a que el daño se produzca en la zona articular. La bursitis de codo, especialmente cuando la zona está inflamada en exceso, es también muy dolorosa, tanto cuando flexionamos como al apoyar o incluso al estirar el brazo.
Dolor al estirar el brazo
Es posible que tengamos una lesión de la articulación radio-humeral, la cual, a su vez, suele venir dada por la torsión del brazo hacia abajo, como ocurre al practicar deportes como bádminton o tenis o por el lanzamiento con fuerza en algunos deportes como el béisbol. La bursitis también produce bastante dolor el estirar el brazo, especialmente si lo hacemos súbitamente.
Por ejercicio y esfuerzos intensos
Hacer ejercicio, sobre todo practicando ciertos deportes o en máquinas de gimnasio, hace que estemos continuamente flexionando y extendiendo el codo. Esto supone un desgaste y una posibilidad mucho mayor de que los tejidos se desgasten, lo que puede ocasionar, incluso, imposibilidad para realizar movimientos por rigidez o pinzamiento.
Del mismo modo, ejercer esfuerzos intensos, sobre todo si es durante demasiado tiempo, agotará los tejidos, que se fatigarán mucho antes y necesitarán de un esfuerzo cada vez mayor para poder realizar sus funciones. Esto los lesiona en mayor o menor medida.
Torsión de muñeca repetitiva
Muchos de los tejidos de la muñeca están relacionados con el codo debido a su unión en el antebrazo. La torsión de muñeca implica que trabajemos con los tendones del antebrazo, que también llegan al codo y le dan soporte. Si estos se usan en exceso con la muñeca, se debilitarán y no podrán ser totalmente funcionales para realizar otras actividades.
Por estrés y causas emocionales
Los problemas psicológicos, emociones negativas y el estrés causan dolor generalmente de tipo nervioso. El sistema se altera y manda señales erróneas a zonas aleatorias y que no se corresponden directamente con la psique, especialmente las articulaciones y la espalda. Al mismo tiempo, cuando nos sentimos mal, las partes ya afectadas por un mal son las primeras en verse perjudicadas por lo que cualquier problema emocional es un agravante de una patología en el codo.
¿Qué tipo de enfermedades pueden causar dolor en la articulación del codo?
Hay al menos una decena de patologías básicas, que prácticamente todos conocemos, que dan pie a que suframos daño en el codo, las más comunes son las siguientes:
Artrosis
El codo se va viendo degenerado en la zona articular por un uso excesivo, por una mala práctica, o ambas, así como por diversas enfermedades, por traumatismos y lesiones como la osteocondritis o condromatosis. La fricción de los huesos hace que estos se vayan endureciendo y que crezcan pequeñas formaciones óseas en la zona periférica de la articulación dañada.
Su sintomatología es tardía pero severa, incluyendo mucho dolor en la articulación así como una importante inflamación, rigidez y, con ella, limitación en la movilidad con su correspondiente pérdida de la capacidad funcional. Se puede tratar en quirófano pero, por supuesto, lo ideal es prevenir su aparición pues, como hemos dicho, podemos tardar muchísimo tiempo en darnos cuenta de su presencia y que cause estragos ya imborrables en nuestro organismo.
Osteoartritis
Las articulaciones se inflaman por causas diversas como la propia artrosis que acabamos de ver o por el padecimiento de otras muchas enfermedades. Que los propios huesos estén hinchados implica un cambio en la forma del codo, que pasa a verse más grande de manera definitiva, viéndose como un abultamiento poco prominente en el caso del codo pero, desde luego, apreciable a simple vista.
La articulación va volviéndose rígida, dificultándose la extensión y la flexión del brazo hasta bloquearse el propio codo. También puede aparecer hormigueo en esta zona. Por supuesto, el proceso es doloroso, mucho más conforme va pasando el tiempo. Las medidas conservadoras ayudarán en su tratamiento, pero, sobre todo, en su prevención.
Esguinces de ligamentos y músculos
Uno o más ligamentos de la articulación sufren un tirón o se rompen en parte o en su totalidad. Lo habitual es que ocurra por un esfuerzo a nivel mecánico como que el brazo se doble quedando en una postura antinatural. También puede darse si sufrimos un golpe muy fuerte. Por último, el exceso del uso articular también es motivo de esguince ligamentoso; esto ocurre principalmente realizando deportes repetitivos y de larga duración.
El codo duele tanto en reposo como en movimiento, este se inflama y habitualmente aparece un hematoma en la zona donde el ligamento se rompe o bien en su unión con un hueso si se desprende de este. Escuchar un chasquido durante una situación causante de una lesión, es prácticamente seguro que hablamos de un esguince.
La gravedad determinará el tratamiento, que suele incluir algún tipo de ayuda para mover el brazo correctamente al tiempo que inmoviliza los tejidos. También los remedios caseros o tratamientos convencionales serán primordiales. En muchas ocasiones es necesario recurrir a la cirugía para reparar los ligamentos si están demasiado afectados; después se debe seguir un tratamiento completo de recuperación.
Fracturas
Es la rotura de uno de los tres huesos que se encuentran en la articulación. Esta puede ser parcial (fisura) o total (fracturándose en dos o más pedazos). Además, hablamos de fractura desplazada cuando ambas extremidades del hueso que se ha roto se separan.
Depende de los huesos afectados, los síntomas son diferentes, por lo que el diagnóstico es sencillo. El dolor que se siente es muy fuerte, en ocasiones empeorando con el giro del brazo, el codo se hincha muchísimo y se calienta y puedes ver deformidades variadas, que no son más que parte del hueso hundiéndose en la piel.
En cualquier caso, debido a la gravedad, debes acudir al médico para que sea un experto quien encuentre la forma más idónea de soldar tus huesos y describa al detalle tu tratamiento y postratamiento, pues estos difieren mucho según el tipo de fractura.
Bursitis
Consiste en la irritación con o sin inflamación de una bursa, que es un compartimento donde se alberga líquido sinovial y cuya función es evitar las rozaduras entre los tejidos situándose justo en medio y procurar que el movimiento articular sea normal.
Cuando la bursitis es aguda, el codo se enrojece y sube de temperatura. Además, es un proceso muy doloroso. Si sufres de bursitis crónica notarás que se te inflama la zona y duele, y además, pierdes capacidad de movimiento, lo que deriva en atrofia muscular así como en debilidad motora por falta de uso. En cualquier caso, la piel circundante se vuelve sensible y comienzan a doler las articulaciones y a volverse rígidas. Bursitis del olecranon es la variante que se conoce como "codo de estudiante".
Tendinitis bicipital
El tendón del bíceps se lesiona y se inflama justo en el punto en el que se introduce en el radio. Lo habitual es que ocurra por repetición de actividades que requieren de bastante esfuerzo. El dolor es localizado en la cara interna del codo. Si se tiene una rotura del tendón, el dolor será súbito y muy intenso y vendrá acompañado de moretones, sentiremos debilidad y dificultad para rotar el antebrazo, además de que el dolor se irradie hacia el hombro.
También aparece una protuberancia encima del codo que corresponde al no insertarse el músculo en el hueso por haberse acortado. Es importante realizarse un chequeo completo porque es una patología que se suele presentar en conjunto con otras, como lesiones del manguito rotador, especialmente en el caso de deportistas y de personas que se han lesionado a causa de su actividad laboral.
Epitrocleitis
Se conoce también como codo de golfista. Se lesionan los músculos anteriores en el antebrazo, en la zona de inserción en el húmero. Un sobreesfuerzo, ya sea puntual o sometido que tenga como base movimientos repetidos suele ser el motivo que hace que el tejido se deteriore.
Se produce un dolor en la zona medial que aparece tanto en movimiento del codo y de la muñeca, como en reposo. Se precisa de descanso y demás remedios caseros, pero también de sesiones de fisioterapia como el masaje, osteopatía, educación postural, etc, además del uso de terapia de compresión, electroterapia entre otras.
Epicondilitis o codo de tenista
Es la inflamación de los músculos extensores de la muñeca y de los dedos cuando esta se produce en el epicóndilo del húmero. La causa es el sobreesfuerzo de la propia musculatura, incluyendo una acción brusca o una actividad mantenida durante demasiado tiempo así como una repetición incontrolada de tensión de muñeca. En esta situación, el tejido muscular se lesiona levemente y si nuestro organismo no es capaz de repararlo más rápidamente, se termina produciendo una lesión mayor, que puede llegar a una rotura.
Aparece dolor, especialmente, en la cara externa del codo y durante la palpación del epicóndilo que nos impide llevar a cabo las funciones propias de los tejidos implicados, no pudiendo extender la muñeca ni supinar el antebrazo. Es posible que este ocurra en situaciones sencillas, cotidianas y domésticas y que no remita con descanso, frío o fármacos. Puede volverse una enfermedad crónica, pasando a llamarse tendinosis. Por este motivo, nuestro mejor consejo es la prevención, que evitará el dolor y los procesos inflamatorios.
Neuritis del mediano
Cuando el nervio mediano se lesiona repetidamente causa un dolor muy vivo tras la cara interna del codo, tras la epitróclea. También produce hormigueo y puede llegar a hacer que se nos duerman los dedos 4 y 5 de la mano así como notar debilidad en los músculos.
Bloqueo mecánico
La musculatura de los extensores de dedos y muñeca se tensa de más y sufre estrés mecánico (con la tensión seguimos realizando actividades de alto rendimiento para estos tejidos. Ocurre un bloqueo del radio a la altura de la articulación de este con el húmero.
Este es un problema que no se basta únicamente de terapia conservadora sino que se debe acudir a fisioterapia rápidamente y tratarnos en numerosas ocasiones. En muchos casos, de hecho, también es necesaria una cirugía aunque, eso sí, de mínima invasión.
Problemas cervicales
El dolor irradiado se da en cantidad de zonas de nuestro cuerpo. En el caso de los codos, es común que venga desde las cervicales, concretamente porque algún nervio se lesiona, aunque sea levemente, haciendo que se manden señales erróneas por todo el nervio y que, a la altura del codo, entre los músculos escalenos, por el poco espacio disponible, se produzca el dolor.
La alteración de los nervios puede darse por instabilidad cervical o poco o mal control motor, que nos llevan a, sin darnos cuenta, producir daños en los discos o, directamente, afectar los nervios en su raíz. Obviamente, la solución para por tratar de normalizar la situación del sistema nervioso, trabajando sobre las cervicales.
¿Cuáles son los síntomas y tipos de dolor que nos hacen pensar que tenemos una lesión en el codo, muñeca o antebrazo?
Cuando el codo en particular y el antebrazos en general se lesionan aparecen cuantiosos síntomas que nos ayudan a definir qué nos ocurre y, por tanto, cómo debemos tratarnos.
Tipos de síntomas más comunes
- Dolor: Cuanto hay una lesión hay dolor, si bien es cierto que puedes tener otros muchos síntomas, pero el dolor siempre aparece como reacción a una acción adversa para los sistemas de nuestro cuerpo. En el caso del codo, el dolor suele ser muy agudo, sobre todo por golpes, roturas de ligamentos y distensiones. Puede ser más seco o tosco en el caso de degeneración articular y muy incidente si existen fluidos en la zona.
- Hinchazón: Cualquier lesión, excepto, quizás, las que ocurren a nivel nervioso, van a suponer una inflamación, leve o más notable, de la zona del codo. Esto se debe a que el cuerpo activa sus mecanismos de defensa para contrarrestar situaciones peligrosas como las patologías que hemos desarrollado antes.
- Rigidez: La encontramos en el caso de enfermedades relacionadas con el desgaste óseo y ocurre porque la cobertura protectora de los huesos se desgasta, quedan desprotegidos y van perdiendo su forma, haciendo que no encajen y que el movimiento de articulación sea cada vez más difícil.
- Enrojecimiento: En general es un síntoma acompañante de la inflamación, aunque no siempre aparece. Sí es propio en el caso específico de la bursitis.
- Reducción de movimiento: El dolor, cuanto más fuerte es, ya va resultando incapacitante. Pero, además, según la lesión sufrida vas a ver que el movimiento se reduce aún más por motivos como que las articulaciones se bloquean, los tejidos no pueden estirarse y flexionarse, etc.
- Inestabilidad articular: Es muy común y supone la entrada inmediata a quirófano, pues los daños que podemos provocarnos al no tener control sobre el codo son bastante graves, incluyendo la rotura de otros tejidos.
- Deformidad: Muchas de las patologías que hemos visto incluyen deformidad como síntoma bastante común. Las lesiones en zonas tan particulares propician que cualquier desplazamiento o inflamación, por leves que sean, hagan que nuestro codo se vea deformado. Por supuesto, hay casos de mayor gravedad como ligamentos rotos, fracturas, desplazamientos
- Hematomas: Casi seguro que los encontramos si sufrimos un esguince en el codo y muy a menudo también en los casos de tendinitis. Un latigazo interno y, por supuesto, un golpe directo también causarán que la piel se torne morada debido a un prolapso de las vías circulatorias, que acumulan la sangre en la zona afectada.
Tipos de síntomas según la zona
- Dolor en la parte interna: La cara interna del codo se compone principalmente de tendones, de manera que si es en la que sentimos dolor, seguramente padezcamos una tendinitis, seguramente la tendinitis bicipital, que es la más común y la más dolorosa. Por supuesto, un traumatismo y cualquier esfuerzo continuado serán causa para sufrir este dolor, que se acompañaría de debilidad. También la epitrocleitis produce un daño aquí y, además, a menudo se extiende hacia el antebrazo, que es donde realmente no hemos lesionado.
- Dolor en la parte externa: La zona externa es la que da lugar a más problemas, por ello es mucho más habitual que sintamos dolor en ella. Epicondilitis, bursitis, desgaste o fractura del húmero etc. Los síntomas que acompañan al dolor son tan variados como la cantidad de causas que lo producen.
- Dolor en uno de los huesos: Prácticamente seguro estemos ante una fractura del hueso en cuestión. También es posible que exista una lesión nerviosa que esté produciendo dolor irradiado, por ejemplo de la mano o el hombro, a través de uno de los huesos.
¿Cómo podemos aliviar el dolor en los codos mediante terapias complementarias y no invasivas?
Existen diferentes terapias que no requieren de métodos invasivos con los que podemos tratar el dolor en los codos. Estos son manuales, naturales, armoniosos con nuestro organismo y, sobre todo, no incluyen el tratamiento con fármacos, ya que estos solo pueden ser recetados por un especialista.
Terapia de acupresión
La acupresión o digitopuntura o masaje Shiatsu nos va a ayudar a calmar el dolor del codo así como otros síntomas de una manera realmente sencilla. Simplemente tenemos que aplicar presión en unas partes muy específicas del cuerpo. Cada una de estas es un punto denominado meridiano que, pulsándolo, frotándolo o haciendo presión a círculos sobre él, nos ayuda a tratar enfermedades y síntomas muy diversos que, generalmente no se encuentran en esa zona, aunque a veces sí coinciden.
Así, conociendo dónde se encuentran exactamente esos puntos y la manera de estimularlos, ya se con que tipo de acción, por cuánto tiempo, con cuánta presión, con la ayuda de complementos de acupresión, etc, conseguiremos el alivio del dolor en los codos que necesitamos
Los puntos de acupresión para reducir el dolor de codo son los siguientes:
- Li-12, Li-11, Li10 y SJ10: Para tratar problemas de distensión de tendones o músculos, el dolor, la inflamación y la sensación de pesadez.
- RN-4, BL23: Ayudan a reducir el dolor y la inflamación y trabajan para evitar que la articulación llegue a fatigarse.
- TC 10: Reduce el dolor generalizado, no importa cual sea su procedencia.
Termoterapia
El calor es un recurso excelente que podemos utilizar cuando sintamos dolor crónico, que vemos que va y viene durante bastante tiempo. También si tenemos problemas de flujo sanguíneo insuficiente o si hemos sufrido una lesión y el dolor agudo ha ido calmándose (y no tenemos inflamación). Sólo tienes que envolver tu codo en un producto para aplicar calor, recomendamos los sacos térmicos para microondas o sumergirlo en agua caliente, darte una buena ducha con vapor etc. Además aprovecha ese tiempo para descansar la articulación.
Crioterapia
Recurriremos al frío cuando nos acabemos de lesionar y sintamos un dolor agudo, cuando tengamos inflamación o en conjunto con la terapia de calor en el caso de problemas óseos, sobre todo si se friccionan los huesos y se nos van anquilosando. El dolor por problemas nerviosos también se alivia poniéndonos productos de aplicación de frío.
Su efecto es muy reconfortante, notando una analgesia inmediata así como una reducción rápida de la inflamación porque reducimos el caudal sanguíneo. Lo importante de esta terapia es no abusar, esto significa que no recurramos a temperaturas demasiado bajas, que no estemos demasiado tiempo con frío en nuestro cuerpo, intentando que las sesiones sean cortas y que no sean más de 4-6 por día, recomendamos el uso de bolsas de gel frío.
Terapia de masaje
Aconsejamos los masajes en casos en los que haya tejido blando afectado, principalmente por sobreesfuerzo pero que no llegue a estar roto. Por supuesto, en absoluto debemos masajear una fractura, no importa si es ósea o ligamentosa. También es muy importante considerar si trabajar sobre quistes y otras protuberancias pues lo habitual es que la palpación sea bastante dolorosa.
Así, los masajes podrán realizarse siempre que lo haga un profesional o este te muestre cómo hacerlo y te supervise hasta que aprendas a automasajearte, en casos específicos donde el dolor no sea muy severo, cuando no haya roturas ni heridas. El caso en el que más se indica el uso del masaje es en el de epicondilitis, siempre que un profesional lo recomiende en tu caso específico.
Terapia de compresión
Es esencial cuando se han desplazado tejidos, si se forman quistes o se dan deformidades. La compresión, aunque inicialmente se utiliza con otros fines, es capaz de mantener toda la composición del codo en un estado normal. Esto hace que sintamos menos dolor porque nos va a inmovilizar las partes afectadas, al tiempo que ayudamos a que la recuperación sea más efectiva al encontrarse los tejidos en su sitio, soldándose adecuadamente.
También servirá para drenar la articulación en caso de rotura de la bursa o si hay infecciones, limpiando la zona y evitando que se produzcan dolores mucho peores. Es importante comprimir el codo con prendas adecuadas que ejerzan la presión necesaria en cada momento. Se recomendará para evitar recurrencia de las lesiones una vez nos hayamos recuperado, el uso de coderas de compresión mientras realizamos actividades deportivas o laborales que requieran de un esfuerzo en el codo.
Otras terapias alternativas efectivas
- Remedios naturales con uso de plantas: Los emplastes de plantas son muy adecuados en los casos en los que se producen inflamaciones y deformidades como la bursitis. Utiliza cúrcuma, jengibre, uña de gato o hierba de San Juan.
- Acupuntura: En la acupuntura se trabajan los mismos puntos que si recurrimos a la acupresión. La diferencia e encuentra en que no usamos los dedos para presionarlos sino que clavamos en ellos unas agujas en ángulo y profundidad únicos para cada caso.
- Kinesioterapia: Es muy recurrida cuando sufrimos daño en el epicóndilo, existiendo varias técnicas que se pueden aplicar: musculares, de aumento de espacio etc.
- Osteopatía: Son muchas las acciones que un osteópata puede llevar a cabo sobre un codo dolorido, esté o no lesionado de gravedad. Curiosamente, se comienza tratando las cervicales para normalizar la inervación del sistema nervioso sobre el área. Otras acciones son asegurar el caudal sanguíneo, la manipulación de las dorsales para trabajar sobre el control neurovascular, detectar y revisar las disfunciones del codo o que supongan una reacción negativa en él y se realizará un tratamiento de los tejidos blandos correspondientes.
¿Cómo aplicar el método RICE paso a paso para reducir el dolor en el codo y antebrazo?
Si tienes un daño en el codo y/o en el antebrazo y quieres reducir su dolor, en la mayoría de los casos, la aplicación del método RICE es lo más idóneo. Debes hacerlo siempre que el dolor sea repentino, que estés seguro de que has padecido una lesión y si tienes hinchazón.
Las pautas a seguir en el método PRICE, que es la versión mejorada de RICE, son las siguientes:
- Protección: Haz lo posible para mantener la zona segura. Esto incluye dejar de hacer lo que estabas haciendo, colocarte en un lugar donde no te molestes, presionar y tapar una herida si la hubiese y, si acudes a un experto, seguir sus indicaciones hasta continuar con el siguiente paso.
- Descanso: Evidentemente, tendrás que dejar de articular el codo para no ir favoreciendo el dolor ni la causa que lo produce. Por supuesto, no debes permanecer en cama totalmente inmóvil. Lo adecuado es descansar la zona varias horas pero realizando algunas actividades, especialmente las diarias. Eso sí, habrá que considerar el utilizar recursos para que esto no sea difícil. Sí es aconsejable reducir la actividad deportiva y el trabajo al mínimo o, directamente, eliminarlos de nuestra recuperación unos días.
- Hielo: El método PRICE indica que nos pongamos hielo en la zona afectada. Al hablar de hielo nos referimos a frío, por supuesto. Aunque nos puede sacar de un apuro, lo ideal es contar con productos como bolsas de gel frío, que están diseñados específicamente para tratar los dolores. La baja temperatura reduce la inflamación porque hace que no llegue tanta sangre a la zona.
- Compresión: Es probable, sobre todo si has sufrido una lesión mixta de codo y antebrazo, que estos se te inmovilicen buscando una sanación más acertada y, por supuesto, para evitar que hagamos movimientos que nos produzcan dolor o resulten perjudiciales. Evidentemente, si hay una herida, ya sea interna o externa, esta debe mantenerse inmóvil para cicatrizar.
- Elevación: Siempre que puedas, trata de tener el brazo en alto, por encima de la altura del corazón. De este modo, evitarás que la sangre baje y, con ello, ayudas a que la inflamación remita reduciendo la presión sanguínea.
¿Cómo prevenir futuros dolores articulares en el codo?
Desgraciadamente, no hay mucho que se pueda hacer de manera preventiva para que no nos duela el codo. Aun así, por supuesto, vas a leer todos los consejos y precauciones beneficiosos para conseguirlo de la manera más idónea.
- Calentamiento: Tanto para las actividades diarias que te pueden producir daño en el codo como a la hora de hacer deporte y actividades que lo propician lo ideal es calentar. Puede resultar ridículo porque la zona es pequeña pero, si estás leyendo esto, es porque, de un modo u otro, has tenido este dolor, de manera que considera mucho este consejo. Cualquier parte del cuerpo bien preparada será menos propensa a lastimarse cuando la usemos más de la cuenta.
- Frío en la zona: Después de las sesiones deportivas, usa productos de frío para evitar que una posible inflamación llegue siquiera a producirse. Es una manera sencilla de frenar posibles lesiones y prevenir el dolor.
- Descanso: Un buen momento para ponerte frío puede ser durante un merecido descanso. No fuerces los brazos durante demasiado tiempo o ya sabes que el dolor volverá tarde o temprano. Haz descansos tanto en el trabajo como cuando estés haciendo ejercicio (por ejemplo, puedes hacer tablas de ejercicios cruzados).
- Ejercicios y automasajes: Puedes haber padecido varias lesiones, ser propenso, haberte curado mal etc. Hay muchos motivos por los que la prevención del dolor de codos debe incluir una tabla de ejercicios específicos. Acude a un fisioterapeuta experto en kinesiología o un osteópata para que te indique cuáles serán los más adecuados y hazlos con la periodicidad que te indique. El pilates también es una muy buena opción.
- Buenas prácticas: Cuando tengas que articular los codos continuamente, hazlo de la manera correcta. Infórmate sobre cual es la técnica correcta en el deporte que estés practicando para no sufrir lesiones y, si te ocurre en el trabajo, por supuesto, acude a tu médico para que te asesoren sobre cómo realizar cada tarea sin sacrificar tu cuerpo. Si puedes elegir, opta por variar los deportes que realizas, de manera que no siempre cargues esta articulación.
- Mantente en tu peso: Puede parecer que no tiene mucho que ver pero el tejido graso siempre va a resultar negativo en este tipo de casos. ¿Por qué? Este produce compuestos químicos que favorecen la inflamación. No es el punto más agravante si hablamos de los codos pero, desde luego, tener un índice de grasa bajo siempre nos ayudará.
¿Por qué debemos evitar las pastillas e inyecciones para aliviar el dolor en las articulaciones de los codos?
Cualquier tipo de automedicación está desaconsejada, no importa si hablamos de algo importante como una inyección o de una cosa que podamos considerar básica, como sería un antiinflamatorio de amplio espectro. Los fármacos tienen efectos secundarios. Esto significa que, aunque reduzcan el dolor durante un rato, pueden producir en ti otros problemas tanto inmediatos como a medio o largo plazo.
Desde luego, con la cantidad de terapias alternativas existentes y basadas en evidencia científica para el alivio del dolor en los codos, esto no resulta necesario. Además, aunque desaparezca el dolor un tiempo, no se cura el daño. Si te medicas para eliminar el dolor no vas a solucionar nada.
Deja, precisamente, la toma de fármacos para, si son necesarios, curar el problema que hace que te duelan los codos. En última instancia, si crees que tu dolor es demasiado fuerte o que no se corresponde con la situación, ve a tu médico y que sea él quien determine si debes tomar algo.
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