- ¿Cuáles son los tipos de lesiones más comunes cuando realizamos escalada?
- Mejores productos para recuperación de lesiones en escalada
- ¿Cómo prevenir las lesiones cuando practicamos escalada o deportes de montaña?
- ¿Cómo aplicar el método RICE para tratar las lesiones de primeros auxilios en la escalada?
La escalada es un deporte que requiere mucho valor y un espíritu aventurero, sobre todo porque no todos pueden superar el vértigo que supone estar colgado a gran altura con una cuerda. ¡Ni hablar de la escalada en bloque o bouldering en donde no se usa ningún tipo de amarre!
Los escaladores pueden lesionarse de pies a cabeza, mientras escalan o descienden por la pared rocosa debido a distintos motivos como traumas o sobreuso. Acompáñanos y descubre cuáles son las lesiones más frecuentes en la escalada. También, te mostraremos algunos métodos para prevenir estas afecciones. ¡Vamos allá!
¿Cuáles son los tipos de lesiones más comunes cuando realizamos escalada?
Las lesiones más comunes en la escalada pueden clasificarse según el área en que se produzcan. Por un lado, hay que decir que las zonas más afectadas pertenecen a las extremidades superiores. No obstante, otras áreas como los miembros inferiores también pueden salir lastimadas en este deporte, sobre todo las rodillas.
Las lesiones deportivas más comunes en la escalada son:
Lesiones en el hombro
Estas afecciones en el hombro representan el 17% de todas las lesiones asociadas a este deporte. La mayoría se debe al uso excesivo más que a un trauma específico. Los movimientos repetitivos del hombro mientras se escala pueden dañar esta zona con el tiempo. A mayor dificultad y frecuencia, los riesgos aumentan.
Las lesiones de hombro más comunes en la escalada son:
- Lesiones SLAP: Se trata del desgarro parcial o completo de la parte superior del labrum glenoideo, un anillo fibrocartilaginoso ubicado en el hombro. Puede generarse por movimientos repetitivos sobre la cabeza o por un trauma (caída sobre el brazo en extensión, una fuerte tracción).
- Lesiones del manguito rotador: Los escaladores pueden presentar desgarros y tendinitis del manguito rotador (MR). Por un lado, la tendinitis consiste en la inflamación de los tendones del MR y es causada principalmente por sobreuso. Por su parte, los desgarros implican la rotura de las fibras musculares y/o tendinosas del MG, y pueden ser de etiología traumática o degenerativa.
- Dislocación de hombro: Sucede cuando el húmero se sale de la cavidad articular glenoidea del omoplato. Esta dislocación puede ser parcial (subluxación) o completa (luxación). Es causada por un trauma como una fuerte caída, estiramiento o torsión. Puede implicar daño en los tejidos adyacentes.
- Lesiones del bíceps: En este punto se destacan la tendinitis y las distensiones de bíceps que sufren muchos escaladores. La tendinitis implica la inflamación del tendón superior del bíceps que se inserta en los huesos del hombro. Este tendón también puede sufrir una distensión, es decir, un estiramiento excesivo o desgarro.
- Bursitis en hombro: Radica en la inflamación de alguna de las bursas del hombro. La bursa subacromial es una de las que resulta afectada con mayor frecuencia. Se produce por sobreuso, un trauma como un golpe, entre otras posibles causas.
Lesiones en manos, dedos y muñecas
Son de las lesiones deportivas más comunes en la escalada. De hecho, hay quienes estiman que casi la mitad de las afecciones relacionadas a este deporte se producen en mano y muñeca. Y es que estas zonas son el foco de mucha tensión y riesgo al escalar, de modo que pueden padecer lesiones por sobreuso o trauma.
Las lesiones de mano y muñeca más frecuentes en la escalada son:
- Lesión de poleas de los dedos: Sucede cuando las poleas de los dedos (bandas fibrosas que sostienen los tendones flexores contra los huesos) se estiran demasiado o desgarran. Las poleas A2 y A4 son las que más tienden a lesionarse, aunque las demás también pueden verse afectadas. Básicamente esta lesión puede originarse por una carga excesiva sobre la punta de los dedos flexionados.
- Desgarro del complejo de fibrocartílago triangular: Es una lesión de muñeca que afecta al complejo del fibrocartílago triangular (TFCC), una estructura que proporciona estabilidad y transmisión de carga. El TFCC puede desgarrarse por un trauma (caída con brazo extendido, torsión…) o debido a la degeneración progresiva (envejecimiento, uso excesivo…).
- Distensión de los tendones flexores de los dedos: Se trata del estiramiento excesivo o desgarro de los tendones flexores de los dedos. Sucede cuando el dedo se fuerza demasiado a estirarse mientras está flexionado, como puede ocurrir durante la escalada.
- Esguince de ligamentos colaterales de los dedos: Se trata de un estiramiento en exceso o un desgarro de los ligamentos colaterales de las articulaciones de los dedos. Se produce por un trauma o tracción que implique un movimiento lateral forzado del dedo. Esto puede ocurrir en la escalada al realizar agarres como gaston o sidepull, por ejemplo.
- Fracturas: Los escaladores pueden sufrir la ruptura parcial o total de algún hueso de la mano o muñeca. Esto puede ocurrir por un trauma como una caída o un golpe de una roca. También pueden surgir fracturas por sobrecarga o estrés.
- Dislocación de los dedos: Ocurre cuando los huesos de los dedos o el pulgar salen de la articulación. Puede originarse por un trauma como una caída, aplastamiento, extensión excesiva, entre otros, que ejerza una tensión significativa sobre la articulación, separándose como resultado.
- Tenosinovitis: En general, esta tendinitis implica la inflamación de la vaina que recubre el tendón. Los escaladores pueden presentar tenosinovitis en los tendones flexores de los dedos. Igualmente, estos deportistas pueden padecer tenosinovitis De Quervain, que afecta los tendones abductor largo y extensor corto del pulgar.
- Distensión de los músculos lumbricales: Se refiere al estiramiento excesivo o rotura de alguno de los músculos lumbricales de la mano. Puede suceder cuando un dedo se estira mientras los dedos adyacentes están flexionados.
Lesiones en la rodilla
Las lesiones de rodilla en la escalada son realmente muy frecuentes. Algunas son de etiología traumática y pueden acontecer al realizar alguno de estos movimientos o al caer accidentalmente. Igualmente, los escaladores también pueden sufrir lesiones por uso excesivo como la bursitis.
Las lesiones de rodilla más comunes en la escalada son:
- Rotura de menisco: Se refiere al desgarro parcial o total del menisco, cartílago en forma de “C” ubicado en la rodilla. Puede suceder por un giro o torsión forzada de la rodilla, especialmente mientras soporta peso.
- Esguince de rodilla: Sucede cuando uno o más ligamentos de la rodilla se estiran demasiado o desgarran. El ligamento cruzado anterior (LCA) y el colateral medial (LCM) son de los más afectados, si bien los demás también pueden lesionarse. Ocurre por un trauma que ejerce demasiada tensión sobre el ligamento, como una torsión repentina o caída.
- Dislocación de rótula: Sucede cuando la rótula, el hueso triangular anterior de la rodilla, se sale de su lugar natural. Es de etiología traumática y puede generarse por un golpe, caída o torsión forzada de la pierna.
- Fractura: Los escaladores son propensos a sufrir fractura (rotura parcial o total de un hueso) a nivel de la rodilla. La tibia, el fémur y la rótula son los tres huesos que componen la rodilla y pueden resultar fracturados. Esto generalmente como consecuencia de una caída en el caso de los escaladores.
- Bursitis de rodilla: Se trata de la inflamación de una o más bursas pertenecientes a la rodilla. Puede generarse por uso excesivo, un trauma (golpe, caída), entre otros factores. La tensión ocasionada por movimientos propios de la escalada pueden dar origen a esta afección.
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¿Cómo prevenir las lesiones cuando practicamos escalada o deportes de montaña?
Si luego de revisar la sección anterior te atemoriza lastimarte al subir o bajar por la pared, entonces debes seguir leyendo. A continuación, te daremos algunos métodos y sugerencias para prevenir lesiones deportivas en la escalada.
- Realizar un buen calentamiento: Es fundamental realizar un buen calentamiento previo a la actividad deportiva para preparar el cuerpo y evitar lesiones. En esta etapa primeramente deben incluirse ejercicios aeróbicos y estiramientos dinámicos. Posteriormente se deben realizar escaladas sencillas aumentando progresivamente el nivel de dificultad.
- Acabar los entrenamientos con un enfriamiento: Es necesario enfriar luego de la sesión de escalada. Esto permitirá, entre otras cosas, eliminar tensiones y desechos en los músculos dejándolos saludables y listos para las próximas sesiones. En esta etapa deben realizarse ejercicios de cardio ligeros, estiramientos estáticos, respiraciones y masajes.
- Buena nutrición e hidratación: Con una mala nutrición e hidratación se aumenta el riesgo de lesiones. Por ende, el escalador debe consumir una dieta que combine adecuadamente los distintos nutrientes (carbohidratos, proteínas, grasas…). Esta dieta debe adaptarse al individuo y a sus objetivos, contar con la guía de un nutricionista sería excelente. Igualmente, es importante mantenerse hidratado a la hora de escalar.
- Mejorar tu estado físico: Es fundamental que el escalador cuente con el estado físico adecuado para la escalada. En general, en este deporte es importante contar con suficiente fuerza, potencia, flexibilidad y resistencia. Desarrollar estas cualidades es vital para tener un buen rendimiento y evitar lesiones.
- Masaje deportivo: Los masajes deportivos son ideales en el diagnóstico, prevención y tratamiento de lesiones deportivas en la escalada y demás disciplinas. Básicamente se emplean para preparar al escalador frente a la escalada y fomentar la recuperación tisular.
- Uso de terapias de frío y calor: También se conoce como terapia de contraste pues radica en emplear frío y calor de forma alternada. Genera un efecto bombeo en la circulación que ayuda a reducir la inflamación, el dolor y la fatiga. Por ende, está indicada en el tratamiento y prevención de lesiones.
- Uso de prendas de compresión: Las prendas de compresión (mangas, shorts, medias, camisetas…) son elásticas y más pequeñas que el área a cubrir, por lo que generan presión. Se les atribuyen distintos beneficios como el aceleramiento de la recuperación muscular, el incremento del rendimiento y atenuación de vibraciones musculares. Tales beneficios pueden ayudar a reducir el riesgo de lesiones deportivas.
- Uso de terapias de acupresión: Es una terapia de origen chino que consiste en aplicar presión en zonas puntuales del cuerpo. Aunque se asemeja a la acupuntura se diferencia de esta porque no utiliza agujas sino otros recursos, como las manos y codos, para ejercer presión. Se considera como una terapia alternativa de lidiar con el dolor y la tensión muscular, por ende, muchos la utilizan en el tratamiento y prevención de lesiones.
- Uso de termoterapia y crioterapia: La termoterapia utiliza el calor para generar un efecto analgésico y relajante, así como el aumento de circulación y elasticidad. Por otro lado, la crioterapia ayuda a aliviar el dolor, la inflamación y la espasticidad. Por tanto, ambas terapias están indicadas para tratar y prevenir lesiones deportivas comunes en la escalada.
- Uso de equipamiento adecuado: Es importante utilizar cuerdas, mosquetones, aseguradores, arnés y demás equipos de la mejor calidad. La vestimenta debe ser cómoda de modo que permita un amplio rango de movimiento. Es importante llevar casco y unos buenos zapatos especiales para escalar (pies de gato). Todo esto reduce el riesgo de lesión.
¿Cómo aplicar el método RICE para tratar las lesiones de primeros auxilios en la escalada?
El método RICE está indicado en el tratamiento de lesiones deportivas agudas en la escalada. Existe una actualización de este protocolo llamada PRICE, aunque menos conocida, este método agrega un nuevo paso inicial: protección. Ambos métodos se recomiendan especialmente en la atención de lesiones en la fase aguda, durante las primeras 48 o 72 horas de haberse producido.
Los pasos para aplicar el protocolo PRICE a lesiones deportivas agudas en la escalada son:
- Protección: En este paso se debe proteger la zona lesionada evitando la actividad que la haya causado. Es importante inmovilizar la zona en cuestión con ayuda de un inmovilizador como un cabestrillo entre otros.
- Reposo: En esta etapa se debe suministrar un reposo de 48 horas a la zona afectada. Sin embargo, es importante realizar movimientos leves que no comprometan la integridad del paciente para evitar la rigidez.
- Hielo: Se debe utilizar la crioterapia para disminuir la inflamación y el dolor asociados a la lesión. Bastará aplicar una compresa fría sobre la zona afectada en sesiones de 20 minutos. Pueden realizarse de 6 a 8 sesiones diarias.
- Compresión: En esta etapa es necesario presionar el área afectada para otorgar firmeza y promover la circulación, disminuyendo la inflamación. En general se recomienda vendar la zona con un tejido que posea cierta elasticidad. No se debe apretar demasiado o se corre el riesgo de cortar la circulación, un efecto indeseado.
- Elevación: Este paso está indicado especialmente en el caso de lesiones en las extremidades inferiores o superiores. Se debe elevar la extremidad lesionada a una altura por encima del corazón, apoyándola en una superficie acolchada como una almohada. Esto ayudará a aminorar la inflamación y el dolor.
Referencias
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