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Fracturas de la pierna

Básicamente, una fractura se define como la pérdida de continuidad de un hueso o cartílago y se produce cuando una porción ósea se rompe o se quiebra. Debido a que las piernas tienen tres huesos principales, esta es una de las partes del cuerpo que suele fracturarse con mayor frecuencia.

En tal sentido, las fracturas de los huesos de la pierna son uno de los casos más comunes y se distinguen como una afección difícil de tratar. Es por eso que, resulta interesante conocer más de cerca que son este tipo de lesiones, cómo se diagnostican, cuáles son sus causas, qué se debe hacer para tratarlas y los métodos que existen para prevenirlas.

¿Qué es una fractura de los huesos de la pierna y cómo se diagnostica?

En términos específicos, una fractura de pierna o una pierna quebrada consiste en un tipo de lesión en la que los huesos de la extremidad afectada resultan fisurados o rotos.

Se trata de una rotura que puede intervenir en uno o más de los tres huesos largos ubicados en las piernas, que son:

  • El fémur: Aquel que se encuentra en la parte superior y conecta los huesos de la parte inferior de la pierna con el hueso pélvico. Es decir, las articulaciones de la rodilla con la articulación de la cadera, respectivamente.
  • La tibia: Se considera una de las porciones óseas más largas del cuerpo humano que forma el esqueleto de la pierna y va desde el tobillo hasta la rodilla. Así, tiene la función de proporcionar estabilidad y soporte al cuerpo.
  • El peroné: Junto con la tibia, este hueso conforma la pierna desde la rodilla hasta el tobillo o bien, su región inferior. Por ende, se encuentra respaldado por la tibia y también aporta estabilidad al tobillo, además de que funciona como sujeción a los músculos de la pierna. Este es el más pequeño de todos y se localiza en la zona inferior.

Los principales síntomas en la mayoría de los casos, son:

  • Dolor e inflamación en la pierna.
  • Incremento de la intensidad del dolor con el movimiento.
  • Sensibilidad al tacto.
  • Equimosis o hematomas.
  • Deformidad o acortamiento de la extremidad impactada.
  • Incapacidad para caminar y soportar peso del lado de la pierna lesionada.
  • Imposibilidad de mover la rodilla o la cadera de la parte afligida.

Por su parte, una vez se concluya la exploración física, es pertinente llevar a cabo una evaluación por imagen para así identificar el sitio específico de la fractura y definir la extensión de la lesión a cualquier articulación adyacente. Para esto, normalmente, se realizan radiografías o pruebas de rayo X que, además de simplificar la confirmación de la diagnosis, ayudan a establecer las características detalladas de la rotura ósea.

Sumado esto, en ocasiones, resulta conveniente que el profesional de la salud recurra a otros tipos de exámenes más detallados a fin de que el diagnóstico sea mucho más conciso. Dichos exámenes, básicamente, corresponden a tomografías computarizadas (TC) o una resonancia magnética (RM) de la pierna.

¿Cuáles son los tipos de fracturas de los huesos de la pierna que hay?

¿Cuáles son los tipos de fracturas de los huesos de la pierna que hay?

Para establecer un óptimo tratamiento tras sufrir una fractura en estas extremidades, primero que todo, es necesario detectar cuál es el tipo de rotura ósea que se ha generado en la extremidad.

La principal clasificación se basa en que hueso ha sido afectado:

  • Fractura de fémur: Por supuesto, se trata de una rotura que impacta el fémur que es el hueso del muslo ubicado en la parte superior de la pierna. El cual, en vista de que es el hueso más fuerte y largo del cuerpo, tiende a generar un dolor agudo que varía dependiendo de cómo se produce la rotura a través del hueso, cuál es la localización exacta y si también resultaron afectados la piel y el músculo. En la mayoría de los casos, requiere una intervención quirúrgica para su sanación.
  • Fractura de tibia: Se define como una de las fracturas óseas más usuales y se genera a causa de impactos de alta energía (atropellos, accidentes de tráfico o lesiones deportivas, por ejemplo). Esta clase de lesión, a su vez, se clasifica en tres subgrupos que son: Fractura de la diáfisis tibial, fractura de la extremidad proximal y fractura de la extremidad distal de la tibia (o fractura de tobillo).
  • Fractura de peroné: Ocurre en el hueso delgado y lateral que se encuentra entre la rodilla y el tobillo, es decir, el peroné. En este caso, los principales síntomas que manifiesta el paciente es la imposibilidad de apoyar el pie por el dolor, la inflamación y la impotencia funcional que genera. Incluso, es posible que la fractura provoque un chasquido sonoro al tratar de mover esta parte de la extremidad. En referencia a su tratamiento, este se define dependiendo de la dimensión de la lesión y por lo tanto, puede ser ortopédico o quirúrgico.

Por otro lado, en función de las fracturas de pierna, también se distingue otra clasificación de interés que abarca los siguientes tipos basados en las particularidades que exhibe la fractura ósea:

  • Fractura cerrada: Es un tipo de rotura en el que la piel circundante de la zona permanece intacta.
  • Fractura expuesta: En este caso, el hueso con quebradura perfora la piel y en consecuencia, resulta más agresiva por las probabilidades de contraer una afección.
  • Fractura completa: Consiste en una clase de fractura en la cual la parte ósea presenta una rotura de dos o más fragmentos.
  • Fractura incompleta: En estos casos, el hueso afectado muestra una separación, pero no ha logrado disgregarse en dos partes.
  • Fractura de tallo verde: Hace referencia a una lesión que provoca la fisura del hueso, pero este no se rompe por completo. Mayormente, los pacientes de dicha clase de fractura son los niños, ya que estos tienen huesos más blandos y flexibles que los adultos.
  • Fractura desplazada: Se trata de una fractura en la que las porciones óseas de cada lado de la quebradura no se encuentran alineadas. Por lo que, para ahilar los huesos nuevamente de forma correcta, la persona requiere un proceso quirúrgico.​

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¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de sufrir fracturas en la pierna?

La manifestación de una fractura de pierna puede deberse a múltiples factores, ya que, así como es una rotura ósea más común de lo que crees, sus causas también son corrientes.

A continuación, listamos los factores más habituales por lo que se puede desarrollar una fractura en la pierna:

  • Las caídas repentinas suelen lesionar uno de los huesos inferiores de la pierna o incluso, ambos (la tibia y el peroné) ocasionando su rotura. No obstante, en algunas eventualidades, también se produce la quebradura del fémur, pero con traumatismos de menor importancia.
  • Accidentes en automóvil: Durante la colisión, las rodillas quedan atascadas contra el panel volante del coche y de ese modo, se pueden quebrar los tres huesos principales de la extremidad.
  • Los golpes o traumatismos que impactan algún hueso de la pierna directamente, son otros de los motivos por los que se desencadena esta afección.
  • Lesiones deportivas: En los deportes de contacto, fútbol americano, hockey, baloncesto, etc y en definitiva, cualquier deporte que implique usar las piernas en mayor o menor medida.
  • El uso excesivo de la extremidad que desarrolla una fractura por sobrecarga, también suele romper los huesos de la pierna. Tomando en cuenta que, esta causa, casi siempre implica la afección de la tibia.
  • Ciertas patologías, tales como: la osteoporosis, la artritis reumatoide y la diabetes; incrementan los riesgos de padecer una fractura ósea en las piernas.
  • Si se realiza una torsión extrema y brusca de la pierna, también es posible que se manifiesta una fractura o ruptura de huesos en ella.
  • La edad se destaca como otro factor de riesgo para sufrir una fractura en las extremidades inferiores (o en cualquier región del cuerpo). Pues, con el paso de los años, los huesos se debilitan y propagan estas afecciones con facilidad.
  • Los malos hábitos, tales como fumar y beber alcohol en exceso, aumentan el peligro de contraer una fractura ósea. En vista de que, el tabaco favorece el desarrollo de la osteoporosis y el alcohol causa la pérdida de hueso e incita las caídas por desorientación o confusión.

Cuidados de primeros auxilios para tratar una fractura de pierna

Para tratar una fractura de pierna tras generarse el accidente, primero que todo, lo más sustancial es solicitar ayuda médica para socorrer a la persona afectada.

Estos son las acciones para asistir una lesión con primeros auxilios básicos:

  • Mantén a la persona inmovilizada: Es vital que el paciente no se movilice ni trate de hacerlo antes de recibir la ayuda médica. Puesto que, si la pierna afectada recibe cualquier movimiento, es probable que el dolor aumente y la afección se agudice.
  • Verifica si existen otras lesiones: Por medio de las indicaciones de la persona accidentada y lo que puedas observar, es apropiado revisar si hay otras lesiones en su cuerpo o no. Este es un dato de gran ayuda para los especialistas que arriben al sitio del accidente.
  • Supervisa sus signos vitales: En la medida de lo posible, debes vigilar la constantes vitales del paciente, ya sea verificando la circulación sanguínea, tomando su pulso, comprobando que la respiración sea regular y confirmando que se encuentra en un estado de consciencia normal. Además, es importante evitar que cierre los ojos o se duerma.
  • Evita que pierda mucho calor: También es útil prevenir que la temperatura del individuo aumente a tal punto de liberar todo su calor corporal. Para cuidar esto, puedes arropar o tapar su cuerpo, sobre todo en la parte de las piernas.
  • No intentes alinear la fractura: Sin importar como se observa el hueso quebrado, no es recomendable tratar de enderezarlo, apretarlo o tocarlo. Ya que, esto causará más daño y hasta puede infectar el área lesionada.
  • Aplica hielo o compresas frías: Con la ayuda de dicha práctica, será posible reducir o limitar la inflamación y el dolor que manifiesta la persona. Si optas por hacerlo, ten en cuenta que no es conveniente colocar el frío directamente sobre la piel, porque podría quemarla.
  • No mediques al paciente sin la previa indicación de profesionales: Tras sufrir la fractura, se aconseja evitar que el afectado se automedique con fármacos de cualquier tipo para tratar de calmar el dolor o atenuar los síntomas de la patología. Ya que, sin la previa formulación por un médico especialista, esto resulta perjudicial para la salud del paciente. Asimismo, tampoco es apropiado darle algo de comer o beber.

Tratamientos más indicados en una fractura en la pierna

Si bien es cierto, el tratamiento específico de una fractura en la pierna, se determinará según el tipo de lesión y su severidad, al igual que del estado del paciente.

En términos generales, se pueden llevar a cabo los siguientes tratamientos para mejorar la rotura de hueso en la extremidad:

  • Reducción de la fractura: Por defecto, el tratamiento inicial de una pierna quebrada empieza en una sala de emergencia y los médicos que asisten el caso, deben evaluar todos los síntomas que presenta el afectado, al igual que, las particularidades de la lesión. Así, para permitir que la inflamación se reduzca, el profesional optará por inmovilizar la pierna de manera provisional mediante una férula durante el tiempo necesario. En caso de que la rotura sea con desplazamiento, es apropiado que el médico manipule los fragmentos óseos para que se ubiquen en sus posiciones correctas y así, poder aplicar una férula.
  • Inmovilización absoluta: Una vez se haya logrado disminuir la hinchazón, es vital restringir el movimiento del hueso afectado para que esté muestre una recuperación y evolución pertinente. Generalmente, para realizar la inmovilización absoluta, se debe colocar un yeso o una tablilla en la pierna a fin de que esta permanezca estática durante 6 u 8 semanas e incluso más, según los requerimientos de la fractura. Para proveerle facilidad  a la persona y que evite cargar peso sobre la pierna impactada, se recomienda que utilice muletas o un bastón.
  • Formulación de medicamentos: Durante el tratamiento, también es relevante que el médico recomiende los fármacos necesarios para minimizar el dolor y la inflamación que percibe el paciente. Tomando en cuenta que, si el dolor es agudo, lo mejor será recetar medicamentos más potentes para atacar la afección en el menor tiempo posible. Además, a la hora de prescribir los fármacos, es esencial que el profesional de la salud considere ciertos pormenores (antecedentes clínicos, tolerancia a los medicamentos, posibles alergias, edad, estado de salud general, etc.) para prevenir la aparición de efectos colaterales (mareos, desmayos, somnolencia, diarrea, vómitos, paros cardiacos, etc.).
  • Tratamiento terapéutico: Cuando se cumpla el tiempo indicado para retirar el yeso o la tablilla, es conveniente que el paciente sea sometido a un tratamiento terapéutico que, en la mayoría de los casos, recurre a la fisioterapia para disminuir la rigidez de la pierna lesionada y restaurar su movilidad.  Dado que, ayudará a eliminar la debilidad muscular que se pudo haber desarrollado durante el tiempo que estuvo inmóvil. En caso de que haya sido una fractura severa, el tratamiento terapéutico podría tardar varios meses para garantizar una rehabilitación total.
  • Cirugía: Por medio de la inmovilización con yeso o tablilla, es probable que una fractura de pierna logre sanarse en el tiempo que lo advierte. No obstante, en muchos casos, resulta obligatorio realizar un proceso quirúrgico para restablecer el funcionamiento de la pierna tal y como era antes de sufrir la lesión. Por lo general, estas cirugías se basan en colocar dispositivos de fijación interna (tornillos, varillas o placas) que permitan conservar la postura correcta de los huesos de la extremidad, mientras la fractura logra consolidarse. Aparte, si es necesario, es posible que también se aplique un dispositivo de fijación externa para proporcionar estabilidad durante el proceso de consolidación.

Rehabilitación después de una fractura en los huesos de la pierna

Rehabilitación después de una fractura en los huesos de la pierna

Tanto después de la inmovilización de la pierna como también un tiempo posterior al haber practicado la cirugía en los huesos fracturados de la extremidad, el paciente debe cumplir con un proceso de rehabilitación de forma responsable. En la mayoría de los casos, se somete a un tratamiento fisioterapéutico que es dirigido por un terapeuta físico y tiene como objetivo mejorar el movimiento de la pierna, fortalecer los huesos y tonificar los músculos del área.

En ese sentido, el médico definirá el tiempo para dar inicio a la rehabilitación tras el tratamiento quirúrgico; considerando que, esto depende de la evolución que muestre el paciente, al igual que de la eficacia de la operación. Una vez se empiece, los objetivos preliminares consisten en conservar el nivel de fuerza anterior a la fractura para así favorecer los movimientos con la pierna y prevenir la pérdida de tono muscular.

Además de realizar los ejercicios de rehabilitación que sean establecidos, el paciente también deberá emprender un plan de prevención para eludir las diversas complicaciones que comprende una fractura ósea de este tipo (dolor a lo largo de la extremidad, longitud desigual de las piernas, artritis, retraso en la consolidación del hueso, infección ósea, daños en los vasos sanguíneos, etc.) y también, evitar el desarrollo de otras lesiones en la zona.

Métodos de prevención para evitar la rotura de huesos de pierna

Dado que es preferible evitar una fractura de pierna que tener que curar los síntomas propios de esta patología y hasta ser intervenido quirúrgicamente, te recomendamos practicar los siguiente métodos preventivos:

  • Haz ejercicio de forma constante y progresiva: Las prácticas deportivas se caracterizan por aumentar la cantidad de hueso en las personas, al igual que por, fortalecer los músculos y mejorar la salud articular. En consecuencia, reduce la probabilidad de sufrir roturas óseas por la debilidad que presentan o por sufrir una caída. A la hora de implementarlo, es vital hacerlo de forma constante para que el cuerpo obtenga más suficiencia y de manera paulatina para evitar sobreesfuerzos súbitos que generen lesiones.
  • Evita el entrenamiento excesivo: Aunque es relevante practicar actividades físicas constantemente, esto no significa que las personas deban someterse a un entrenamiento excesivo. Ya que, así aumentan los riesgos de padecer lesiones que, como resultado, desencadenen una fractura en los huesos de las piernas.
  • Realiza ejercicios cruzados: Un método útil para eludir las roturas por sobrecarga, consiste en hacer entrenamiento cruzados o alternados. Los cuales, por ejemplo, consisten en alternar entre actividades como andar hacer bicicleta, nadar o correr, de esta forma no cargarás en exceso las articulaciones y huesos.
  • Utiliza zapatos deportivos adecuados: El calzado es otro aspecto esencial para prevenir eventualidades que ocasionen las fractura en las piernas. Por ende, asegúrate de seleccionar un calzado apto para practicar ciertos deportes y evita colocarte zapatos que presenten un desgaste irregular.
  • Emplea el equipo de protección que corresponde: Si quieres entrenar un deporte extremo o de contacto, es importante que utilices el equipo de protección para evitar accidentes. Ya sea rodilleras, tobilleras o coderas de compresión, etc.
  • Aprende las técnicas para practicar deportes: Cuando te ejercites o practiques una determinada actividad física, es oportuno que sepas cuales son sus técnicas para hacerlo de modo correcto. De lo contrario, las malas posturas o movimientos incorrectos podrían producir diferentes lesiones y entre ellas, las fracturas en las extremidades inferiores.
  • Ten una dieta sana y balanceada: Si ingieres alimentos saludables, tu organismo logrará tener un funcionamiento óptimo en general. Considerando que, si consumes cantidades apropiadas de calcio y vitamina D junto con una dieta equilibrada, podrás conservar la salud de tus huesos y desarrollar su fuerza. Para ello, puedes recurrir a suplementos que aporten estas sustancias o comer alimentos ricos en calcio y vitamina D.
  • Evita fumar y beber alcohol: Estos hábitos perjudiciales para la salud, apoyan el desarrollo de fracturas en los huesos. Debido a que, el tabaco favorece la aparición de la osteoporosis y el alcohol causa pérdida de hueso, así como también produce caídas y accidentes de tránsito (por generar desorientación o confusión en las personas).
  • Prevén los accidentes en el hogar manteniendo el suelo acondicionado: Para ello, es pertinente conservar el suelo libre de desorden, dejar de usar cera resbaladiza al hacer la limpieza, retirar las alfombras y/o cables sueltos, así como, mantener los muebles en su sitio habitual.
  • En los baños de tu casa, considera instalar barras para sujetarte en las paredes (al lado de la ducha, bañera e inodoro), contar con alfombras de goma antideslizante dentro la ducha o usar zapatillas de baño antideslizantes. De esa forma, también evitarás sufrir una caída.
  • En las escaleras de tu casa u oficina, puedes optar por mantenerlas bien iluminadas con interruptores de luz en la parte superior e inferior, colocar pasamanos resistentes a los dos lados de ellas para poder sostenerte y marcar el escalón superior e inferior con cinta adhesiva brillante; así lograrás eludir eventualidades súbitas que produzcan una fractura como resultado.
  • En la cocina, asegúrate de instalar alfombras antideslizantes sobre el piso cerca de la cocina y el fregadero, al igual que limpiar los derrames de líquidos o comida una vez que ocurran. Este es otro método para obstaculizar las probabilidades de resbalarse.
  • En los dormitorios, es recomendable tener una linterna o colocar interruptores de luz que se encuentren al alcance de la cama, así como también levantarse lentamente cuando estés acostado o sentado sobre ella. De tal modo, también podrás evitar graves accidentes caseros que promuevan una rotura ósea en las piernas o en cualquier otra parte del cuerpo.

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