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Bursitis de la mano y la muñeca

Padecer bursitis en muñecas y manos es doloroso, molesto y provoca limitaciones en los movimientos. Sin embargo, la vida del paciente puede mejorar con tratamientos conservadores y con otras técnicas. Buscar ayuda ante los signos de la afección es el primer paso para mejorar los síntomas de esta dolencia.

Por tal motivo, es conveniente que conozcas de qué se trata la bursitis de mano y muñecas y cuáles son los factores de riego más importantes. Esta información, la encontrarás en los siguientes párrafos. También leerás sobre los métodos de prevención que debes tener en cuenta para evitar la bursitis, comencemos.

¿Qué es la bursitis de manos y muñecas?

La bursitis de manos y muñecas se presenta como una condición inflamatoria de las bursas en esta zona. Estas dos bolsas independientes, radial y cubital, están llenas de líquido sinovial que sirven para lubricar los movimientos entre los tendones, los huesos y los cartílagos hialinos. Sin embargo, al irritarse esta bolsa (debido a diversos factores) comienza a generar más fluido de lo normal.

Como consecuencia de esto provocan en el paciente hinchazón y molestia persistente. Tal malestar puede surgir de forma brusca o luego de varios episodios posteriores agudos. Además, es probable que la persona sienta rigidez articulatoria cuando intente mover la mano hacia atrás, lo cual genera la aparición de dolores. Debido a esto, la principal medida a tomar es el cese del movimiento y concurrir al médico cuanto antes.

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de la bursitis de manos y muñecas?

Este tipo de dolencia puede aparecer en diferentes individuos independiente de su profesión. Entre las causas y factores de riesgos ligadas a esta condición se encuentran:

  • Movimiento de rotación repetitiva: al exponer el tejido blando a múltiples rotaciones continuas este se irrita y genera edemas, siendo esto un factor común en ciertos trabajos manuales y en deportes. Esto puede provocar inflamación en las articulaciones, lo cual afecta de manera directa las bursas radial y cubital.
  • Golpes y traumatismos directos: ante el impacto el cuerpo responde de forma natural enviando células sanguíneas a la región afectada. Así se crea una acumulación de fluido que es lo que se evidencia en las bolsas sinoviales de la zona afectada.
  • Lesiones: ante una herida el sistema autoinmune envía células inmunomoduladores al área para que actúen como mecanismo de defensa. Debido a esto, es posible que una lesión cercana a la bolsa sinovial la hinche el propio sistema inmunitario.
  • Presión prolongada sobre la muñeca: estando en una misma posición muchas veces ejercemos presión en el tejido, llevando la capacidad de amortiguación al límite. Una vez que esta presión se extralimita se sobrecarga la bursa debido al poco espacio que queda para la apertura de la articulación.
  • Artritis: en la artritis reumatoide el sistema inmune tiende a atacar a los propios tejidos, es entonces cuando los tejidos blandos articulatorios, como las bursas, se ven afectados provocando erosión e inflamación.
  • Gota: la concentración de cristales de ácido úrico en el cuerpo articular son generadores de la enfermedad de la gota, la cual inflama a los tejidos circundantes, por ejemplo, las bursas.
  • Osteoartritis: al presentarse un desgaste en los cartílagos que funcionan para proteger a los huesos, hay menos tejidos que soporten los movimientos. De esta forma, la bursa se ve sometida a una presión mayor.
  • Enfermedad de tiroides: el hipotiroidismo provoca síntomas adversos en algunas personas referentes a sus articulaciones. Por ejemplo, hay más probabilidades de padecer hinchazón en zonas articulatorias pequeñas como son las manos.
  • Padecimientos degenerativos crónicos: la bursitis puede aparecer por la falta de recuperación de algunas enfermedades, las cuales inciden negativamente en los tejidos blandos.
  • Infecciones: el organismo entra en acción de manera inmediata ante las bacterias, hongos y virus enviando líquidos que contienen glóbulos blancos para atacar al microorganismo invasor. Si por algún motivo extraño, los líquidos aumentan desmedidamente en la bolsa es probable la aparición de bursitis en manos y muñecas.
  • Edad: las personas mayores suelen ser propensas a contraer esta dolencia dado que muchas de ellas presentan desgaste óseo, enfermedades debilitantes, pérdida de masa muscular o padecimientos degenerativos.
  • Malformaciones congénitas: el exceso de huesos o la presencia de espolones es un factor desencadenante de la bursitis, debido a la presión que sufren las bursas por el esfuerzo continuo que deben padecer para lubricar la región afectada.

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Principales signos y síntomas que nos advierte que tenemos bursitis en las manos

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Es prudente visitar a un médico cuando sospeches que padeces bursitis, el doctor podrá hacer preguntas, palpar la zona y pedir que ejecutes movimientos.

En la primera cita el médico observará si presentas:

  • Dolor en una o en ambas manos: el sistema nervioso alerta sobre una anormalidad en el área generando dolor. Esta sensación de molestia aparece por la rigidez de la estructura músculo-tendinosa o por la inflación de las bursas
  • Hinchazón repentina: la acumulación de fluidos en el tejido es una reacción normal del cuerpo ante una anomalía. Así el tejido superficial se inflamado, enrojece y se vuelve sensible.
  • Dificultad o disminución del movimiento: a raíz del dolor, la hinchazón y la retención de líquidos conlleva al paciente con bursitis mover la articulación con gran esfuerzo. Quizás no pueda en absoluto o el solo hecho de intentarlo sea muy doloroso.
  • Sensación de incremento de temperatura: la dilatación de los vasos y el aumento del flujo sanguíneo generan un incremento de calor en el área afectada.
  • Entumecimiento: dado que existe una alteración articulatoria, es normal que se vean afectados los nervios en el tejido. Es por esto que el paciente tiende a perder parte de la sensibilidad en las manos, muñecas y hasta en la zona del cúbito. Incluso puede llegar a sentir rigidez.
  • Bulto en la parte superior de la muñeca: la cantidad excesiva de fluidos que el sistema autoinmune entrega afecta naturalmente a la zona. En ocasiones, estos líquidos se retienen en el área generando nódulos notorios.
  • Hormigueo en la cara interna o externa de las manos: la misma enfermedad puede alterar en ocasiones la sensación nerviosa normal que debería trasmitir el cuerpo. La parestesia en las manos va relacionada con el entumecimiento, dolor y ardor.
  • Piel rojiza: la piel se torna ruborizada como consecuencia directa del incremento de flujo sanguíneo interno.
  • Sensación de dolor al escribir, levantar peso o coger objetos: cuando una bursa esta hipersensible cualquier movimiento relacionado detona el dolor, ya que el espacio que tiene en la apertura de la articulación se ve afectado.

¿Qué tratamientos hay para mejorar los síntomas de la bursitis de las muñecas?

Después del diagnóstico positivo de la existencia de bursitis en muñeca o mano el médico indicará reposo, al menos durante un tiempo. Cada doctor determinará el grado de movilidad permitido de las manos de acuerdo con el caso. La recuperación de muñeca y mano suele tardar, en promedio, de 1 a 6 semanas.

En casos un poco más avanzados se pueden aplicar ciertos tratamientos comunes, los cuales detallamos a continuación:

Terapias alternativas y complementarias

Los tratamientos auxiliares ayudan al paciente a sentir menos dolor y a encontrar un cierto equilibrio mental para afrontar las dolencias. Estos enfoques rehabilitadores son:

  • Terapia de frío y calor: una de las mejores maneras de desinflamar el tejido sinovial es con ayuda de compresas frías y de calor. Estas han de colocarse en el área varias veces al día unos 15 a 20 minutos. El efecto calmante del frío es gradual, por eso no debe dejarse más tiempo del debido, mientras que el calor genera estímulos en el torrente sanguíneo para que se relajen las articulaciones de la mano y la muñeca, lo cual conlleva a mejorar los movimientos y a descomprimir la abertura de la bursa. En este caso serán necesarias compresas frías y tibias, bolsas de agua caliente y heladas y geles los que ayudarán a emitir la temperatura correcta.
  • Terapia de compresión: para la región de la muñeca la terapia compresiva suele ser muy efectiva. El médico puede recomendar una especie de muñequera que cubra la unión articulatoria, esta debe ser colocada por un especialista para que no quede demasiado ajustada o floja. En el primer caso podría causar sobrecarga en la bursa o impedir la irrigación sanguínea. Hay que recordar que estas cumplen la doble función de comprimir e inmovilizar. Por lo tanto, el descanso y la elevación paulatina son necesarios en este tratamiento, más aún si se utiliza una de estas luego de una bursectomía. También es posible usar férulas y vendas elásticas.
  • Terapia de acupresión: es posible someterse a esta medicina oriental siempre que la persona que la realice sea un experto. No hay que olvidar que los masajes no son recomendables en la bursitis porque pueden afectar las bolsas sinoviales y provocar una mayor lesión. En caso de ser derivado por el médico a un terapeuta de acupresión el mismo realizará masajes en diferentes puntos estratégicos del cuerpo para que el paciente libere endorfinas, las cuales trabajarán como analgésicos y provocarán disminución de rigidez muscular y alivio en las dolencias.
  • Termoterapia: se considera a la terapia de calor profundo con dispositivos de compresión a nivel cutáneo como uno de los tratamientos más efectivos para este tipo de enfermedades. Además, el calor interno provoca que las raíces nerviosas no manden señales de dolor al cerebro, lo cual disminuye el estrés del paciente.
  • Remedios naturales con uso de plantas: los maniluvios son importantes para relajar la musculatura de las manos y muñecas. Para esto se utiliza en el baño tibio diferentes tipos de hierbas y plantas con efectos curativos. Por ejemplo, es común encontrar menta, jengibre, romero y lavanda dentro de esta técnica.
  • Hábitos de vida saludable: tras el desarrollo de bursitis aguda es importante mejorar los hábitos diarios. En estos aspectos terapéuticos se enfocará en volver al fortalecimiento paulatino de la muñeca. Una vez que recupere la fuerza y la movilidad se debe cuidar de no volver a irritar las bursas. Dentro de esta reeducación del paciente se encuentra la prohibición de alzar elementos pesados, corregir las posturas para realizar ciertas tareas y comer una dieta equilibrada pobre en ácido úrico.

Suplementos alimenticios

Este tipo de agregados que se receta al paciente para que ingiera durante el día están basados en componentes que ayudan a mejorar los síntomas de la bursitis. Es por eso que se incluyen en las píldoras, tabletas, polvos o líquidos elementos que están presentes en el cuerpo articulatorio de la mano y muñeca. Entre los más comunes, se puede encontrar el sulfato de condroitina, glucosamina, magnesio y el selenio.

Tratamientos de fisioterapia

Es importante tener presente que los masajes solo son recomendados en la bursitis si lo practica un profesional fisioterapeuta, de lo contrario podría provocar lesiones y hemorragias internas en las zonas afectas.

Este tipo de terapia incluye:

  • Ejercicios: el enfoque integral del fisioterapeuta será que mejore el rango de movimiento. Así, pasado un tiempo de recuperación se incentiva a reactivar el fortalecimiento manual. Con las repeticiones, estiramientos y estabilización ligera se busca la educación apropiada de los músculos que previenen nuevas lesiones.
  • Ultrasonido: mediante ondas sonoras se consigue un efecto estimulante de calor imperceptible para el paciente. Los dispositivos, técnicas y medios conductores de energía (aceites y cremas, entre otros) varían de acuerdo con el criterio del profesional.
  • Estimulación eléctrica: hay diversos tipos de estimulación eléctrica que suelen aplicar los fisioterapeutas. Desde tratamientos TENS, EMS hasta microcorrientes. Estos dispositivos ejercen un efecto analgésico, antiinflamatorio y térmico en las zonas afectadas. La ventaja más destacada de esta técnica fisioterapéutica es que no suele tener efectos secundarios notables.
  • Láser: en cuadros de inflamación de bursas severa el tratamiento con láser mejora los signos del padecimiento. Se emplea luz amplificada con baja potencia o de alta intensidad de acuerdo con cada paciente. Esto le facilita al tejido la recuperación progresiva, por lo que se aplica directamente sobre el área.

Medicamentos

La terapia farmacológica debe ser dosificada y recetada por el médico, por lo que nunca es conveniente automedicarse ya que esto puede afectar de forma severa los síntomas y el desarrollo de la enfermedad.

Dentro de los medicamentos más recetados por los doctores para el tratamiento de la bursitis de mano y muñecas están:

  • Fármacos antiinflamatorios: ibuprofeno, naproxeno y ácido acetilsalicílico son muy útiles para reducir la inflamación. Hay que tener presente que estos pueden provocar efectos secundarios a largo plazo.
  • Medicamentos antibióticos: Aunque existe una amplia variedad de fármacos, solo el médico puede escoger el más apropiado. Esto dependerá de factores como sus antecedentes médicos y gravedad. Por supuesto, variará de acuerdo a la bacteria que ha atacado al sistema sinovial.
  • Inyecciones corticosteroides: son usadas igual para desinflamar. Son un poco más agresivas que los tratamientos vía oral o tópicos, pero sus efectos son más rápidos y efectivos para aliviar la tensión de tendones y ligamentos circundantes. Nunca se deben utilizar sin supervisión médica.

Cirugía y extracción de líquido

En casos avanzados es necesario recurrir a la intervención quirúrgica, entre las cuales es posible encontrar estas prácticas:

  • Drenaje de líquido: pese a ser un método considerado un tanto invasivo, la aspiración del líquido sinovial es útil para eliminar el líquido excedente en las bursas de las manos y muñecas. El especialista hará el procedimiento insertando una aguja en la región y luego pasará a extraer el excedente de fluido con una inyectadora tanto como sea posible. Tal procedimiento se lleva a cabo fundamentalmente en cuadros infecciosos.
  • Cirugía: en ciertos casos extremos se requiere de cirugía en la cual la bursa afectada se extirpa. Es un último recurso que se adopta dado que supone una recuperación lenta y dolorosa. De hecho, hace surgir más tejido cicatricial a nivel de tendones y ligamentos, lo cual puede hacer aparecer complicaciones más severas en el futuro.

¿Qué métodos de prevención para la bursitis en las manos y muñecas son los más efectivos?

¿Qué métodos de prevención para la bursitis en las manos y muñecas son los más efectivos?

Una correcta educación sobre la forma de cómo usar las articulaciones reduce la probabilidad de sufrir bursitis. Tales lineamientos son útiles para todos, pero en especial para los atletas, trabajadores y personas mayores.

Debes tener en cuenta estos aspectos:

  • Calentar las articulaciones antes del ejercicio: el calentamiento previene estas patologías porque prepara los músculos, tendones y demás tejidos progresivamente para la actividad.
  • Practicar una rutina de ejercicios constante: si los tejidos se van adaptando gradualmente al estímulo del movimiento, es menos probable presentar traumas.
  • Tener buena postura: colocar las manos en una posición cómoda para realizar movimientos comunes de las acciones diarias impide que llevar al límite el funcionamiento de la bursa.
  • Alternar las manos al llevar a cabo trabajo mecánico repetitivo: haciéndolo así le daremos tiempo a las bursas a recuperarse naturalmente de la estimulación.
  • Cambiar de posición cada cierto tiempo: esto evitará que se produzca sobrecarga como consecuencia de la presión continua. Solo exigiremos a la bursa lo que está diseñada para soportar y no más.
  • Descansar las manos en superficies cómodas: las zonas articulatorias necesitan estar en estado de reposo periódico. Hacerlo en superficies suaves y confortables permitirá que el área no se continúe irritando. Por ejemplo, frente al ordenador es recomendable tener las manos en posición cómoda tanto para el teclado como para el manejo del ratón.
  • Dejar de hacer movimientos con los que se sienta dolor: mientras más se exija a una articulación dolorida mayor será la posibilidad de agravar su funcionamiento. Es importante recordar que el dolor es un signo de alerta del cuerpo, es mejor descansar hasta que se sienta alivio para luego continuar con el movimiento.
  • Evitar cambios violentos posición: una alteración tan repentina en la región articulatoria de las manos también puede afectar las bursas. Por tal motivo, si practicas algún deporte en donde debes realizar este tipo de acciones debes procurar proteger el área para evitar sufrir lesiones.
  • Hacer yoga y meditación: el yoga es una actividad relajante que funciona para reducir el estrés y la tensión en todo el cuerpo, sobre todo en las áreas articulatorias. La meditación también ayuda a encontrar un equilibrio mental que afloja las tensiones de la persona, lo cual evita las contracciones bruscas de los músculos.
  • Comer sano: tener una alimentación equilibrada ayudará a evitar el ácido úrico y la aparición de afecciones en las articulaciones. Lo cual ayudará a las bolsas sinoviales no trabajar de forma exigida.

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